Audiencia preliminar por el caso Belsunce

BUENOS AIRES (DyN).- Carlos Carrascosa, viudo de María Marta García Belsunce y único acusado de su homicidio, reapareció ayer para enfrentar a los jueces que definirán su sentencia, en el marco de la audiencia preliminar que intenta fijar cuáles serán las pruebas del proceso oral, aún sin fecha.

Con bigotes, lentes y en silencio, Carrascosa se vio nuevamente cara a cara con el fiscal que lo acusó del crimen, Diego Molina Pico, y conoció a los jueces María Angélica Echegoyen, Hernán San Martín y Luis María Ricci, del Tribunal Oral Criminal 6 de San Isidro, que llevarán adelante el proceso.

La defensa de Carrascosa, en tanto, apuntó a que se tomara como pruebas para el descargo los elementos que, a su criterio, les permitirán demostrar la supuesta parcialidad del fiscal durante la instrucción suplementaria. También reclamó que se incluya material que apunta a Nicolás Pachelo -vecino del country Carmel, de Pilar, donde ocurrió el crimen-, quien está preso por diferentes robos a conocidos pero no imputado en el caso de María Marta, ocurrido hace dos años y medio.

El fiscal Molina Pico, en tanto, buscaba que Carrascosa fuera a juicio junto a los otros imputados por presunto encubrimiento del crimen: el cuñado de la víctima, Guillermo Bártoli; los hermanos Horacio García Belsunce (h) y John Hurtig; el padre de éste, Constantino; los vecinos Sergio Binello y Nora «Pichi» Taylor, la masajista Beatriz Michelini y el médico Juan Gauvry Gordon. Pero la defensa de Carrascosa se negó porque quiere que el juicio se realice lo antes posible, y considera que esperar al resto hubiera demorado el debate aún más.

Si bien no hay fecha, el tribunal evaluará ahora los requerimientos e, inmediatamente, fijará el día del inicio del debate, estimado para fin de año o principios del próximo.

María Marta García Belsunce, quien tenía 50 años y era vicepresidente de la entidad Missing Children, fue encontrada muerta en el baño de su casa del country Carmel el 27 de octubre de 2002. Su viudo y otros familiares sostuvieron la versión de que había patinado en la ducha y se golpeó con las canillas, pero luego se descubrió que, en realidad, la habían matado de cinco tiros en la cabeza; el sexto balazo rebotó en el cráneo y fue considerado un «pituto» -como se llamó a un presunto sostén metálico de estantes- que la familia tiró al inodoro.

Según la acusación fiscal, María Marta fue asesinada por supuestos negocios que habrían mantenido ella y su círculo íntimo con el Cartel de Juárez, el narcotráfico y el lavado de dinero.


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