Beneficios de la concertación
Miguel A. Knecht*
Podemos afirmar con total convicción que el acuerdo alcanzado entre dos o más personas, instituciones o entidades sobre un determinado asunto se lo conoce como concertación. Él o los responsables de efectuar la convocatoria para alcanzar una concertación a las demás partes interesadas en acordar sobre una determinada cuestión, no lo posiciona en un escaño superior, sino que los ubica en igualdad de condiciones que los demás convocados.
En España se celebraron los Pactos de la Moncloa (fueron dos) denominados Acuerdo sobre el Programa de Saneamiento y Reforma de la Economía y Acuerdo sobre el Programa de Actuación Jurídica y Política, dichos acuerdos firmados durante la transición española el 25/10/1977, se comprometieron a incentivar el desarrollo, posteriormente en el Congreso de los Diputados dos días después, y el Senado el 11 de noviembre, lo homologaron definitivamente.
Este acuerdo se celebró entre el gobierno de España de la legislatura constituyente, presidido por Adolfo Suárez, los principales partidos políticos con representación parlamentaria en el Congreso de los Diputados, con el apoyo de las asociaciones empresariales y el sindicato Comisiones Obreras y el rechazo de la Unión General de Trabajadores (que finalmente lo firmaría) y de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), con el objetivo de procurar la estabilización del proceso de transición al sistema democrático, así como adoptar una política económica que contuviera la gran inflación que alcanzaba en ese entonces el 26,39%.
En la actualidad, la República Argentina supera ampliamente dicho índice, por ello y por muchas otras razones más, nos debemos una convocatoria para un gran Pacto Federal o Concertación Nacional.
Por otra parte, quién convoca no se encuentra en un plano superior a los demás convocados, ya que el acuerdo que se desea alcanzar, constituye un beneficio para ambas partes por igual. O sea, debe existir un interés común para que la Concertación resulte más provechosa.
En ese sentido, nuestro país reclama a gritos la posibilidad de convocar una gran concertación Nacional que incluya todos los partidos políticos, empresarios, gremios, instituciones públicas y privadas; Iglesia; etc. que dispongan de su intención de renunciamiento a intereses particulares y cambiarlos por intereses generales que nuestra Patria demanda.
En ese orden, quien convoca no ordena, sólo solicita con agrado la posibilidad de realizar una determinada acción junto al compromiso de los demás, mediante coincidencias plenas con el compromiso contraído.
Tampoco debe tomarse la convocatoria como símbolo de debilidad, en este caso del gobierno Macrista, ya que si éste convoca a todos los actores señalados es porque realmente lo considera necesario.
Es más, constituye un acto de grandeza convocar para alcanzar un beneficio común y entre todos buscar un objetivo común que permita soluciones, tratando de reducir en cantidad las personas pobres en un País tan rico como el nuestro.
El objetivo no debería discutirse pero sí los medios para alcanzarlo. En España lo lograron, porqué no hemos de lograrlo nosotros en Argentina.
* Docente. Ex Concejal del P.J.
Miguel A. Knecht*
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