Bisordi volvió a criticar a «K» y denunció a Kunkel

El presidente teme por las causas de corrupción, indicó. Afirmó que el consejero oficial lo amenazó.

BUENOS AIRES (ABA) . En un fuerte discurso de confrontación contra el presidente Néstor Kirchner, el titular de la Cámara Nacional de Casación Penal, Alfredo Bisordi -al recusar a seis miembros del Consejo de la Magistratura- dijo que lo persiguen por «ser enemigo político e ideológico de este gobierno».

En el mismo tono, afirmó: «No le tengo miedo a Kirchner» y denunció al consejero Carlos Kunkel por haberlo amenazado con un apriete y un escrache violento en su domicilio para el caso que no renunciara.

Por esta última información, los integrantes del Consejo presentes acordaron poner en manos del juez federal de turno la investigación de la denuncia.

Kunkel no asistió a la audiencia, lo que envalentonó a Bisordi para decir: «No vino porque no se anima a mirarme a la cara».

En un escrito de 99 páginas, el camarista en cuestión no ahorró reparos para descalificar al propio presidente Kirchner a quien calificó de «un aprendiz de déspota no ilustrado».

Tal como adelantó hace dos días «Río Negro», Bisordi recusó a los consejeros Kunkel, Diana Conti, Nicolás Fernández María Laura Leguizamón (legisladores kirchneristas), la representante del Poder Ejecutivo, Marcela Losardo, y al representante del Colegio de Abogados, Santiago Montaña. Prácticamente se puede descartar la posibilidad que prospere la recusación, dado que

quienes componen la Comisión de Acusación cumplen el rol de fiscales. Además, según explicó Nicolás Fernández, una parte del Consejo por ley representa al gobierno y si se desplaza a los recusados tal representación quedaría desierta.

Bisordi es uno de los camaristas acusados por demorar los procesos relacionados con los derechos humanos, los otros son Ana Capolupo, Gustavo Hornos y Eduardo Riggi, pero estos últimos no efectuaron recusación alguna. Incluso, una fuente aludió a que un hijo de Capolupo es candidato a un cargo político en Santa Cruz. Es decir, el que quedó peor parado fue Bisordi pues aún cuando lo que se juzgan son actos y no dichos, su pirotecnia verbal perjudicó su imagen aún frente a consejeros no oficialistas.

Pero a su vez, cuando destacó que le quedan nueve meses para su jubilación, deslizó también que la estrategia del gobierno es sacarse de encima a los jueces que pueden investigar hechos de corrupción.

El consejero Federico Storani sostuvo que el presidente Kirchner dañó la independencia del poder judicial al haberse entrometido en el tema.

Bisordi arrojó un manto de sospecha cuando (como también anticipó este diario) expresó que la camarista Berraz de Vidal «no fue nominada» entre los camaristas a los que se les pide juicio político (cuando tuvo la misma actuación que los otros tres jueces cuestionados) por su buena relación con Eduardo Farah el juez «recientemente ascendido por su estrecha relación con el ministro De Vido».

También alertó sobre operaciones que pudiera realizar el jefe de gabinete Alberto Fernández en el caso Skanska sobre supuestas coimas anticipando con nombre y apellido posibles movidas de jueces. Ayer cuando parecía que todo terminaba llegó un ex consejero, Abel Cornejo, para atacar a la Sala I de Casación por haber frenado la investigación sobre la masacre de Las Palomitas en Salta durante 1976. El único integrante de esa sala de los que ahora tiene el Consejo bajo la lupa es Bisordi.


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