Boca armó su fiesta inolvidable

Celebró su quinta Copa Libertadores al estilo NBA.

Los Ratones Paranoicos calentaron las gargantas de los más de 50.000 hinchas, Soledad los hizo revolear camperas y banderas. La Bombonera estaba de fiesta. Como nunca en una celebración de un título, aunque éste sea el de la Copa Libertadores.

Mientras, los jugadores se ubicaron en el palco de prensa escrita, donde los periodistas realizaron notas y se produjo un desborde de público, pues los plateístas accedieron a ese sitio de privilegio Los campeones fueron rodeados por la multitud y, para ello, los hinchas debieron escalar los pupitres; al tiempo que sobre las pantallas gigantes comenzaron a proyectarse imágenes de los partidos ganados por Boca en las Libertadores pasadas, en especial goles o atajadas históricas del inolvidable Hugo Orlando Gatti Luego, Mauricio Marci y los principales dirigentes ingresaron en la cancha y se subieron al escenario donde se erigía un luminoso escudo de Boca, donde recibieron a los héroes de esta última gesta de la Libertadores, en medio de la ensordecedora ovación de «La Número 12» En el escenario, tras el fraternal abrazo, los directivos colgaron del cuello de cada dirigido por el exitoso Carlos Bianchi la tan deseada medalla Y el momento cumbre de la noche fue cuando el capitán Diego Cagna alzó el trofeo y desde el túnel asomó la calva de Bianchi. Al unísono tronaron las burlas hacia River Entonces, simpatizantes y protagonistas saltaron al mism ritmo, mientras de fondo se escuchaba «We are the champions» (Somos los campeones), del grupo británico «Queen», y «Color Esperanza», de Diego Torres, entre otros temas alusivos a la felicidad El Gran DT -en compañía de su hija-, los integrantes del plantel y auxiliares descorcharon botellas de champagne y se pasearon por el campo de juego de La Bombonera en una improvisada, pausada y muy disfrutada vuelta olímpica Finalmente, sobre la cancha se desplegó una inmensa bandera «azul y oro» con una leyenda de gratitud hacia la multitud en las casi colmadas tribunas y plateas Boca tuvo su fiesta, estilo NBA, con shows, fuegos de artificio, música y los colores azul y amarillo en cada rincón.

Mientras la fiesta transcurría en la Bombonera, los chicos de la cuarta de Boca, reforzada con Bracamonte, ponían la cara a Rosario. Y Central no los perdonó ni por ser jóvenes ni por haberles permitido entrar a la Copa. El equipo 'canalla' goleó 7 a 2 y le hizo precio.

Luciano Figueroa fue la estrella de la tarde y, con sus cinco goles, terminó siendo el goleador del Clausura, con 17.

Central dominó a voluntad a los chicos de Regenhardt y pudo haber gritado un par de goles más para alegría de la multitud que copó el 'Gigante' festejando la permanencia en Primera y la clasificación a las Copas.


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