Caminar en la luna en la Salina del Gualicho

Desde Las Grutas se pueden contratar visitas a este sitio lleno de leyendas. La propuesta es disfrutar del encanto del paisaje que durante el atardecer se tiñe de los más curiosos colores entre el cielo y la sal.

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Los pueblos originarios juran que allí habita el mismísimo diablo. Gualicho significa “alrededor de la gente” y lo usaban para nombrar un espíritu dañino en la mitología Mapuche y Tehuelche. Al estar frente a ese horizonte extraño y blanco, todo es atractivo y misterioso como los secretos que encierra su nombre.

El primer engaño, como cosa de mandinga, los turistas lo vivirán antes de llegar a Las Grutas. Al recorrer el camino verán en la inmensidad del paisaje chato una prolongada franja celeste que confundirán con la costa del mar, pero es sal.

Para todos los que llegan por estos días a la ciudad, cuando las altas temperaturas del verano no confirman asistencia a diario, las Salinas del Gualicho son una opción para recorrer y conocer, otro costado de la zona.

Un manto de sal infinito ubicado a 60 kilómetros al oeste de la ciudad balnearia y a 72 metros bajo el nivel del mar, se presenta como la salinas más grande de Argentina, las segundas de Sudamérica y las terceras del mundo.

Si bien la entrada permanece restringida al público ya que el yacimiento está concesionado para la explotación, se pueden contratar empresas turísticas que los llevarán.

“Por ser una gran depresión, durante el verano, las temperaturas al mediodía suelen alcanzar los 50 grados. Por esta razón, y para que todos disfruten de este paisaje lunar, se organizan excursiones al atardecer para terminar la noche cenando bajo la luz de las estrellas”, explicó Fernando Skliarevsky de Desert Trucks, uno de los prestadores del servicio.

Con 72 metros bajo el nivel del mar es la segunda mayor depresión de la Argentina

Durante la visita guiada, se puede observar la cosecha y el movimiento de camiones, conocer parte de los 8.000 usos que tiene el cloruro de sodio, mientras el guía explica cómo y porqué se reproducen los cristales de sal.

Con las excursiones se realiza un recorrido por la historia del lugar. Se explican los orígenes de este curioso sitio y los guías sostienen que hace por lo menos 300 millones de años, allí hubo mar, por lo que en las capas profundas se suelen encontrar huesos de animales petrificados y hasta dientes de tiburón.

“Luego, las parvas, que alcanzan las 450 mil toneladas de sal están junto al acceso que permite el ingreso del grupo para disfrutar de la espectacular puesta del sol”, dicen desde Desert Trucks.

Los turistas pueden recorrer las murallas de sal, con la altura de un edificio de tres pisos y luego disfrutar de una cena con pollo al disco acompañada de vinos finos de la Patagonia y postre.

El cierre de lujo de la excursión lo darán cientos de estrellas. Se hará la observación de los cráteres de la Luna y el entorno mágico que se disfruta con unos poderosos lentes infrarrojos.

Antes de regresar el guía cuenta los misterios y las historias del Gualicho. Escalofriantes historias que dan el nombre a este mágico lugar.

1.800

pesos los mayores y 1.200 pesos los menores es la tarifa de la excursión. De Semana Santa en adelante 2.000 pesos por persona en tours privados de 4 a 8 pasajeros.

Información útil para ganarle al diablo

A las 18 has salen las excursiones a las salinas para disfrutar de la espectacular puesta de sol sobre el salar y terminar la noche con una cena regional acompañada de vinos patagónicos. A las 16, dependiendo la época del año sale una opción más corta y económica de solo 4 has, sin cena ni observación de estrellas. Regresan a las 21. Durante la tarde, baja mucho la temperatura, por lo que se recomienda llevar abrigo. Llevar protector solar, agua para beber y no olvidar la cámara de fotos y el celular bien cargados de batería.

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