Juicio «La Escuelita»: “No querían ser interpelados por un desaparecido”, dijo el cineasta Echeverría

Pasó por Neuquén y en una entrevista con “Río Negro” habló del documental “Juan, como si nada hubiera sucedido”, que narra el secuestro y desaparición de Juan Herman, en 1977.

«No creo que se pudieran hacer esas entrevistas hoy. Estaban preocupados porque se los interpelaba por un desparecido, pero el grado de impunidad que hubo en ese tiempo y el temor que había en la sociedad, contribuyó al escenario en el que se realizaron las entrevistas”, aseguró el cineasta Carlos Echeverría, realizador del documental “Juan, como si nada hubiera sucedido”, en un diálogo con “Río Negro” durante su visita a Neuquén.

El documentalista presentó en esta ciudad su último film “Chubut, Libertad y Tierra”, un largometraje que documenta, con las voces de sus protagonistas, la apropiación de tierras fiscales en la Patagonia; con un desandar de un viaje que se inicia en la costa atlántica chubutense y un trayecto que involucró la línea sur rionegrina hasta las inmediaciones del río Chubut y la comunidad Cushamen.

La proyección de “Chubut…” se llevó a cabo en el cine Español -espacio INCAA- durante tres noches, a fines de julio, con la presencia del propio director. “Es la primera proyección pública en la Patagonia de este documental”, cuyo rodaje y edición terminó a principios de este año, explicó Echeverría a los presentes.

Una postal de «Chubut, libertad y tierra», el documental que presentó en Neuquén, en julio pasado.

El documentalista entrevistó hace 32 años, a dos de los militares de Bariloche que son juzgados en el marco del sexto juicio “La Escuelita”, por su responsabilidad en la desaparición de Juan Herman. Hubo un tercer militar interpelado en aquel primer documental, pero no está imputado en el juzgamiento en curso, pese a que no negó su intervención en el secuestro. El joven fue secuestrado por los militares en julio de 1.977 que sigue desaparecido.

Sobre aquel trabajo documental, Echeverría recuerda: “A los militares les sorprendió que desde nuestra juventud -yo tenía 26 años y Esteban Buch, 22- ejerciéramos el derecho de reclamar a quienes tenían responsabilidad en el terrorismo de Estado, de demandar respuestas sobre lo que habían hecho”.

Durante las audiencias del juicio, Echeverría explicó cómo se contactaron con los jefes militares, cómo el general Néstor Castelli intentó manipular el material para que se editara el tramo en el que se hablaba del desaparecido de Bariloche y cómo Néstor Zárraga contradijo la versión oficial que ofreció Castelli.

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“Zárraga dijo que se enteró de la desaparición de Herman la misma noche del secuestro, en una fiesta que había en casa de Castelli donde se comentó el hecho. Pero el general Castelli dijo que se había enterado después, cuando fue el padre de Juan Herman a preguntar por su hijo”, describió el cineasta ante los jueces.

Debido a la contradicción de sus dichos, Zarraga y Castelli no comparten el defensor oficial, como el resto de los militares acusados por la desaparición de Herman en este juicio .

Recuerdos de un trabajo documental revelador


Las entrevistas que el periodista de Río Negro, Esteban Buch, y el cineasta Carlos Echeverría llevaron a cabo, en 1985, con los responsables de inteligencia y de los secuestros en la zona Andina sólo estuvieron precedidas por el contacto telefónico, luego de encontrar el número en la guía de papel, en aquel tiempo.

“A (Néstor) Castelli lo entrevistamos en su casa. Al entonces capitán Miguel Isturiz -que fue señalado por sus entrevistadores como uno de los secuestradores- lo encontramos cuando estaba destinado en el Regimiento Patricios, y allí hicimos la entrevista, en una oficina del segundo piso”, contó Echeverría.

“Él reconoció el auto con el que fue al secuestro y que estacionó afuera de la casa de los Herman en Bariloche, interrumpió la entrevista y llamó al personal de inteligencia para que revisara nuestro material. Pero no se quedó, y el de inteligencia no sabía” la importancia del registro que debía intervenir, especuló.

“Nos invitó a almorzar en un piso arriba, en una situación tensa, porque debíamos dejar todos los equipos en su oficina. No sabíamos cómo íbamos a salir y si salíamos con el equipo y el material. Le insistimos sobre testigos que lo reconocieron en el secuestro: el no lo negó ni dijo en ningún momento que no estaba ahí. Dijo que si era convocado por la justicia acudiría, pero estaba tranquilo porque a corto plazo iban a promulgar la ley de Punto Final, lo que a los pocos meses ocurrió”, recordó.


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