El poder de los ilusos

*por Nelson Damián Cabral ,(texto reducido)

Es importante rodearse de personas positivas, y más en estos tiempos de crisis, pero cuando éstos se tornan en meros aduladores de turno un peligroso globo de ego y soberbia podría empezar a formarse.
Una de las carencias comunes que tienen los altos puestos de mando (más en la política) está justamente en los mecanismos de autocontrol y límites, los mismos que deberían ser marcados por la realidad pero que se vician por los aduladores de turno.
Los tristemente llamados “chupamedias” son quizás solo una parte del problema, la otra cara se da por el sinnúmero de narcisistas que pululan las esferas de poder, una combinación claramente problemática cuando se espera que la dirigencia toque tierra bajando de los célebres globos de realidad paralela, donde se sienten intocables dioses de la verdad.
Esto que a primera vista parece una mera sátira de humor, es una problemática sería, contribuidora de las máximas tiranías del mundo y, en lo más bajo, de las tantas micro dictaduras de oficina. Una problemática que atrapa a dependientes en esferas tóxicas de trabajo y al “jefe” dentro del rumbo de las malas decisiones, potenciadas por el ego y la falta de valentía para que alguien le marque sus errores.
Una regla básica del buen liderazgo es premiar la razón por sobre la adulación, dando lugar a la crítica constructiva; y en este apartado me detengo,: encontrar las debilidades y exponerlas es un ejercicio práctico, sólo si se entabla dentro de la búsqueda de soluciones.


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