Esperemos que, ahora sí, se haga justicia

Carlos Gervasio Martínez
CIPOLLETTI

Escucho el valiente alegato del fiscal Darío Luciano y, si bien conocíamos desde hace años esta gigantesca maniobra de corrupción con la obra pública, no dejo de azorarme por el descaro con que la familia Kirchner favoreció y tomó parte de estos delitos.

Con tanto detalle y prueba, tengo la esperanza de que -ahora sí- pueda estar haciéndose justicia. Probablemente antes de fin de año tengamos a la Vicepresidenta y los otros 12 acusados (entre ellos Lázaro Báez, Julio De Vido, José López y Carlos Kirchner) condenados a los varios años de prisión que están tipificados en este tipo de hechos.

El fiscal Luciani ha enfatizado con claridad que Néstor Kirchner y luego su esposa Cristina Fernández “instalaron una de las matrices de corrupción más extraordinarias vistas en el país”.

Ya lo vimos con las causas Hotesur y Los Sauces, en la que lamentablemente se dictaron absoluciones que esperemos sean revertidas con las apelaciones. Pero también está la gran causa de los Cuadernos de Centeno, que ha dado profusos datos del mecanismo de corrupción y el reparto de bolsos.

Y no olvidemos que dos de los acusados en esta causa llamada Vialidad o de la obra pública ya han tenido condenados por hechos fuertes evidentes: la mayor condena de la historia de Comodoro Py que recibió Lázaro Báez por lavado de dinero (la ruta del dinero K) y la que recibió José López por los bolsos con 9 millones de dólares que no pudo justificar y todo el mundo vio cómo llevaba al convento. Julio de Vido también suma condenas (por la compra de trenes chatarra a España y Portugal y por la tragedia de Once).

Es hora de decirle basta a la impunidad.


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