Más allá del estiércol
Dante Morosani, DNI 7.298.605
NEUQUÉN
Gritos, insultos y tensión en Diputados, sesión del último miércoles en el Congreso Nacional. Al compás de todo el chisporroteo que ofrece la famosa agresión o el escrache al libertario José Luis Espert, luego de la temeraria utilización de materia orgánica en descomposición, contra su domicilio, por parte de un grupo presuntamente vinculado al kirchnerismo, el grotesco tampoco estuvo ausente.
Si uno observa con atención las imágenes de ese día, en el histórico recinto donde se lleva adelante buena parte de la vida institucional de la República, fácil resulta comprobar que Espert se dio el gusto de aparecer distendido, cómodo, sabiendo que “la calvicie le viene al pelo” y que se siente tan seductor como Bruce Willis, Telly Savalas, Yul Brynner , David Johnson y otros famosos cabezas calva.
En la instancia más álgida, cuando el mayor grupo femenino de la oposición se acerca al diputado “bocasucia”, el hombre parece estar preparado para recibir las bofetadas. Hay muchos gestos con dedos y manos, pero también otras tantas sonrisas llamativamente cómplices. Quizás, para el eterno femenino, atadas a la reflexión de que el león “sin melena” no es tan fiero como lo pintan.
Lo insólito, políticamente incorrecto, fue buscar nuevamente la agresión a la víctima primigenia de los hechos que ocurrieran hace más de un mes, frente a su domicilio, sin atisbo alguno de escarmiento o arrepentimiento.
La presente crónica, con apenas una pizca de humor, no es otra cosa que una contribución a la necesidad imperiosa de poner paños fríos o bajar un cambio, a propósito de un suceso que parece tener mucha más logística que la muestra de unos pocos energúmenos, actuando a título de simples “bosteros”, cuando -presuntamente- aparece detrás algún organismo del Estado.
En tanto las “fans” de Espert, no paran de entonar a ritmo de cumbia, “¿Qué tendrá el pelado?”.
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