Tulio Esteban Lacroix, alumno de la escuela N° 61, amaba el mar


Estudió en la escuela que festejará sus 100 años. Participó de la Guerra de Malvinas, y estaba a bordo del ARA General Belgrano, el 2 de mayo de 1982 cuando fue hundido.


Tulio era un niño como todos con las picardías propias de la niñez. Grandes ojos negros, inquieto, travieso, su sonrisa franca demostraba un alma pura. Fue criado con amor, protección y severidad, relata la publicación realizada con motivo de los festejos de los “Setenta y cinco años de siembra” de la Escuela 61 Nicolás Avellaneda, que lleva por título. Nació el 1 de junio de 1960: la escuela primaria la realizó en la mencionada institución educativa N° 61 y los secundarios en la Ex Enet 1(hoy Epet 8 de Neuquén).

Una de sus maestras de primaria fue Clelia Benedetti, Lely, hija del recordado médico Enrique Benedetti.

“Fue mi alumno en quinto y séptimo grado. Cierta vez me regaló un ramo de rosas, cuyo perfume, aún persiste dentro de mí por haberlo querido tanto” expresó hace unos años Lely.

Amaba el mar. Por eso al terminar la escuela primaria partió hacia la Armada. Allí quedó para siempre, en su mar tan querido, tras el hundimiento del crucero General Belgrano durante la guerra de Malvinas.

Esta es la poesía de su maestra:

MAR

Te fuiste navegando…/ Hacia tu mar y tu esperanza/ para no regresar nunca más!/ En tus ojos tiernos/ un profundo ensueño/ y nada más…/ En tus cabellos renegridos/ el color de la nostalgia/ y nada más…/ En tu alma que era mía/ un color de olas/ y nada más…/ En tus ofrendas y tus manos/ un color de rosas…/ y nada más…/ En mi pena y mi recuerdo/ te extraño siempre un poco más…/ En tu ser, mi risa/ vive en el fondo del mar/ Yo te espero en agonía/ para estrecharte en mis brazos/ y no llorar jamás!

Se encontraba en la Base Naval de Mar del Plata cuando lo fueron a buscar para embarcar. En su honor se erigió un monolito en Barrio Nuevo de la capital neuquina, obra realizada por el escultor Luis Saavedra, ubicado en Avenida Olascoaga y Ceferino Namuncurá, en la Plazoleta que lleva su nombre. Se construyó con fondos aportados por el Ministerio de Turismo de la provincia.

La Comisión de Derechos Humanos, Peticiones, Poderes y Reglamento de la provincia neuquina aprobó por unanimidad el despacho para declarar a Tulio personalidad ilustre post mortem por haber entregado su vida en defensa de la soberanía argentina en la Guerra de Malvinas.

De acuerdo con las declaraciones de su hermana “trabajó en el área de comunicaciones y su sueño era participar como buzo táctico”. Dijimos que integraba la tripulación del ARA General Belgrano, buque naval argentino que fue hundido al ser alcanzado por un torpedo del submarino inglés Conqueror. Debido al ataque inglés se hundió el buque y con él Tulio, junto con 322 argentinos. Cruenta guerra que se llevó muchas vidas, entre ellas jóvenes que amaban su país y que dieron la vida por él. Vaya este homenaje a Tulio, sus compañeros, y su amor por el mar y por Argentina, para que tragedias como la Guerra de las Malvinas no vuelvan a ocurrir nunca más.


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