Cecilia y Viviana se casaron por civil en San Antonio Oeste

SAN ANTONIO OESTE (ASA).- Con un simple trámite, que significó un paso trascendental para sellar largos años de vida en común, Cecilia y Viviana consolidaron el jueves una unión civil que no sólo se convirtió en la primera en efectuarse en esta localidad sino que las hizo pioneras al solicitar el reconocimiento legal de un vínculo sentimental entre personas del mismo sexo a nivel provincial. Ocurre que aunque este trámite no se equipara a un matrimonio reconoce para los integrantes del vínculo algunos derechos sociales de relevancia, como la posibilidad de incorporar a la pareja a la obra social, solicitar créditos bancarios conjuntos u obtener licencias en caso de enfermedad de uno de sus componentes , entre otros. La unión entre Cecilia y Viviana se llevó a cabo por la mañana en el registro civil local, al que la pareja fue acompañada de un grupo de amigos que luego celebró junto a ellas en un restaurante de la zona. Las mujeres, de alrededor de 40 años, se desempeñan una como enfermera y otra como docente y desde hace tiempo llevan adelante una relación amorosa que siempre vivieron con total libertad. La unión civil bajo la cual sellaron su convivencia es una ley de avanzada a la que Río Negro se plegó el 18 de diciembre de 2002 (cinco días después de que fuera aprobada por la legislatura porteña) y en su momento no sólo permitió instalar a nivel social el debate acerca del matrimonio gay, sino que constituyó la instancia previa para la obtención de este derecho que actualmente, con media sanción en diputados, sigue generando opiniones encontradas para su inminente definición por la afirmativa o la negativa en la cámara de senadores. Pese a los beneficios legales que conlleva hay muchas limitaciones para las parejas unidas civilmente a través de esta herramienta, porque los integrantes de este vínculo no heredan naturalmente los bienes del otro en caso del fallecimiento de uno de ellos ni pueden adoptar hijos, aunque en caso de cambiar de idea los trámites son menos engorrosos, porque para disolver la unión alcanza con la decisión de uno de los contrayentes, y ante la anulaciòn no debe realizarse división de bienes de ningún tipo. Tal vez por esta razón aunque a nivel nacional las primeras uniones civiles fueron entre parejas gay ya en 2007.


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