Cena de la ruta del vino con espectáculo sensorial, en Canale

En Roca se vivió una noche formidable en una de las bodegas más prestigiosas del país.

Por Fabricio González

Con marcada puntualidad, los comensales comenzaron a llegar a las 21 del sábado último y muchos permanecieron en el establecimiento hasta las 3 de la madrugada del domingo cuando se apagaron los últimos sones de la banda de música cubana. Fueron 6 horas de un pintoresco, sabroso y espiritual recorrido que propuso la cena que los miembros de la Ruta del Vino, organizaron en la Bodega Humberto Canale.

La recepción se hizo en un entorno de barricas y una muestra de cuadros. Había toneles intervenidos por alumnos de la carrera de plástica del IUPA, que fueron subastados para colaborar con la filial local de Lalcec, la entidad de lucha contra el cáncer. Se lograron reunir más de 14 mil pesos para esta institución.

La noche se prestó además para dos reconocimientos: primero a Norberto Girardeli, de Bodega Agresgtis, que dejó la presidencia de la Ruta del Vino luego de 12 años en manos del enólogo y bodeguero Marcelo Miras. Luego, los hermanos Guillermo y Germán Barzi, contaron la importancia del premio que la bodega recibió hace pocos días. Se trata del premio Premio AlimentAr, organizado por Banco Galicia y Exponenciar S.A., y apoyado por la Secretaría de Agroindustria de la Nación. Canale recibió la distinción por ser una de las bodegas que llega a más paises desde Argentina.

Luego de los entremeses, que fueron acompañados por ese Pinot Noir de poca prensa y tonos rosados que fuera tan bien recibido desde su lanzamiento el año pasado, los asistentes pasaron a escuchar el Ensamble de Música Popular de Fundación Cultural Patagonia, que se armó un repertorio con clásicos del rock nacional y viejas baladas americanas.

Y llegó el momento de salir a uno de los patios de la bodega, rodeado de tablones con distintos vinos regionales, unas deliciosas cazuelas y tablas de fiambres, mientras el centro era ocupado por integrantes del ballet municipal de folclores. Chinas con floridos vestidos, adolescentes con rigurosas coreografías y un final de tono patriótico con un cadencioso pericón.

Adentro, en pocos minutos se sacaron las sillas y se dispusieron las 20 mesas para la cena. Ahora el espectáculo venía de los platos: entrada de camarones, Ojo de Bife con papas rústicas y vegetales como plato principal, y helado con frutillas para el postre.

Entre tanto, se sucedieron los discursos, los sorteos y una banda cubana fue cargando de ritmo el amplio salón. Algunos se animaron al baile y otros a charlar con sus eventuales compañeros de mesa.


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