Charlas apuradas a la salida del colegio

Padres de la primaria Nº 86 de Romagnoli se hacen un tiempito a la salida, mientras esperan a sus niños para intercambiar ideas y tareas escolares. Un pequeño ritual que se repite hace 90 años.

Las horas del mediodía siempre son muy complicadas. Salir rápido del trabajo, cruzar la ciudad o la zona de chacras, llegar a horario para retirar a los chicos del colegio y partir rápido para almorzar a tiempo y seguir con otras carreras del día.

Pero aún en medio de esa locura, no son pocos los que se hacen un tiempo para compartir una minicharla.

En esta oportunidad el lugar de esos encuentros, apurados por las agujas del reloj, se da en la esquina de calle Nahuel Huapi y Romagnoli, donde funcionan la Escuela Primaria Nº 86, conocida como “Romagnoli”, el Jardín de Infantes Nº 67 y el CEM Nº 106.

Las mamás se juntan en pequeños grupos, según los grados, intercambiando información de sus hijos, tareas o simplemente reiterar hasta el cansancio lo difícil que está todo.

En otra sector, cercano al galpón de empaque, los jóvenes que salen del secundario se congregan, celular en mano, en un reparo del viejo edificio para dialogar por WhatsApp o intercambiar fotos y videos por Instagram, al tiempo que los pequeños del Jardín corren a encontrarse con sus padres.

Hasta antes de las 12, el lugar, con sus chacras cercanas y el aire más limpio es hasta disfrutable. Pero en determinado momento, la esquina de las calles y los puentes angostos se convierte en un verdadero caos: los autos comienzan a llegar, los colectivos se estacionan en la angosta vereda, los camiones y hasta tractores intentan sortear lo que parece un “piquete” escolar. A eso se suman los deportistas que, en dos ruedas, eligen esas calles para llegar a la zona sur de Paso Córdoba buscando más espacios y silencios.

El aire puro, lleno de oxígeno, de las mañanas, se convierte en monóxido de carbono que escupen los autos, intentando salir del barullo.

La locura no dura más de 10 o 15 minutos, pero es tan intensa que uno sale de allí con los nervios de punta.

La misma escena se repetirá pasadas las cinco de la tarde. Llegaran las primeras madres, se juntarán a charlar del acto en el colegio, de la tarea incompleta y de los difícil que está todo.

El timbre sentenciará el final de la jornada y comenzará nuevamente la locura: chicos gritando, empujando, una maestra que intenta poner orden y los padres que esperan con un abrazo y un beso a sus blancas palomitas.

En la otra esquina, los adolescentes, que prohíben el acercamiento de sus padres a cien metros a la redonda del colegio, se juntarán para intercambiar más fotos y videos o dialogar por WhatsApp.

En septiembre próximo la Escuela Rural Nº 86 cumplirá 90 años de ser testigo de esos pequeños encuentros que ayudan a tejer lazos entre padres y alumnos y docentes.

La escena se repite cada día debajo de los grandes pinos que custodian el frente del colegio, desde hace 90 años.

La escuela rural, ubicada al sur de la Ruta 22, abrió sus puertas el 17 de septiembre de 1928, bajo la dirección de Carlos Fernández Morlan.

Cuarenta y dos alumnos fueron los primeros inscriptos y llegó a tener 451, según el registro oficial.

“Romagnoli en realidad tenía unos locales en su chacra que alquiló al Consejo de Educación y fue allí donde nació la escuela, pero quien donó el espacio fue Don Abaca”, aclara el director, José Silva.

En los libros históricos que muestra, se asegura que el 9 de Julio de 1951 se inauguró el nuevo edificio, construido en el terreno que donaron los hermanos Tomás y Clara Abaca en memoria de su padre, don Ladislao Abaca.

De las dos secciones de primer grado iniciales en 1928, se llegó a completar el ciclo primario diez años después, en 1938.

Desde aquellos años hasta la actualidad, la escuelita, sus aulas, patios y veredas han sido espacios de pequeños y nostálgicos encuentros para miles de niños que hoy siguen visitando el establecimiento para buscar a sus hijos o sus nietos.

Los encuentros fugaces entre padres y docentes se dan todos los días a la salida del colegio, en la esquina de Nahuel Huapi y Romagnoli.

Punto de Encuentro: General Roca

Datos

Los encuentros fugaces entre padres y docentes se dan todos los días a la salida del colegio, en la esquina de Nahuel Huapi y Romagnoli.

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