«Cipo»no encuentra el camino del triunfo

Apenas pudo igualar 1 a 1 con el "Lobo" entrerriano en un partido de escaso vuelo.

CIPOLLETTI (AC).- «Es lo que hay; la cosa no da para más» reseñaban los resignados comentarios al final del partido en que Cipolletti igualó con Gimnasia de Entre Ríos 1 a 1 y lleva once fechas sin ganar, lo que es una enormidad.

A un encuentro de terminar la primera rueda el equipo rionegrino no puede encontrar el camino que consiga algo de alivio a su comprometida relación con el promedio del descenso. Este empate sirvió para cortar la racha negativa de cinco derrotas consecutivas, pero seamos claros, a los efectos de pensar en mantener la categoría, poco aporta.

Aunque aparecieron atisbos de mejoramiento en el manejo conceptual y colectivo, esto no sirvió para dar un vuelco en el ánimo general del equipo. Temeroso de los errores que pudiese cometer y con la autoestima por el piso, le demostró demasiado respeto a un rival que con el correr de los minutos se dio cuenta por dónde estaba el negocio.

«Para ser profundo hay que ser ancho» suele decir Menotti y sustentarlo también todos los cultores de este estilo. Por lo tanto Rodríguez intentó hacer jugar al equipo por los costados. Algunas veces lo consiguió y otras no, pero lo que sí quedó claro es que los pelotazos frontales comenzarán a desterrarse del manuel futbolístico del equipo.

Pero como también lo dice Menotti, «el fútbol es contagio» y en este sentido los jugadores albinegros podrán contagiar muchas cosas menos optimismo. Y se reflejó en el resultado.

Pintaba que esta tarde ventosa podría ser para Cipolletti. ¿Porqué? Muy simple y fundamentado en un axioma del ambiente. Gimnasia erró cuatro situaciones sumamente claras como para abrir el marcador y en la primera que tuvo el local acertó.

Fue un tiro libre que ejecutó Homann, que picó antes de llegar a Bertoya y se metió a pesar de su manotazo. Cipolletti se pudo ir al descanso tres goles abajo y lo terminaba ganando.

Poco hacía suponer en el complemento que la cosa cambiaría porque Gimnasia tampoco encontraba el acompañante al trabajo extenuante y solitario de Luciano Leguizamón, la figura del partido.

Sin embargo, y siguiendo la línea «menottiana» de pensamiento, los albinegros tiraron el achique sin haberlo ensayado. Quedó «pegado» Bochio y lo terminaron pagando con gol.

Poco ocurrió después. Apenas la desesperación de los atacantes albinegros que terminó en falta de solidaridad y casi siempre lejos del arco de Bertoya.

A pesar de no haber perdido, para Cipolletti este empate no hace nada más que seguir profundizando su caída.

Nadie para poner un poco de orden

En medio de la pobre producción general, poco hubo para destacar en Cipolletti. Se podrá mencionar algunas correctas actuaciones que lejos estuvieron de descollar. En ese marco estuvieron los trabajos de Morfú, Cid, Iachetti, Homann y Urbano.

Eduardo Morfú (6): Correcto descolgando algunos centros y tapando una pelota fundamental en el primer tiempo.

Juan Carazo (5): Arrancó siendo la salida de Cipolletti. Luego, Quiña, el volante rival se animó más y lo frenó.

Matías Bochio (4): Una pobre tarea. En el gol visitante quedó enganchado al pretender tirar el achique.

Osvaldo López (5): Firme en los duelos de aire. De salir jugando ni hablar.

Jorge Cid (6): Al chico no le pesó el debut. Cuando tuvo que marcar lo hizo sin complejos y al final hasta se animó a salir. Bien, buen futuro.

Juan Flores (4): Se notó la falta de fútbol, no aportó su ida y vuelta y no sintió el trabajo de carrilero.

Aníbal Iachetti (6): Un primer tiempo en donde le costó encontrar el lugar había arrancado el complemento para ser figura. La lesión se lo impidió.

Rodrigo San Martín (4): Lento y displicente. Se le debe exigir más porque tiene condiciones. Si se enchufa volverá a ser el gran volante que imaginamos.

Henry Homann (6): Voluntad y entrega. Se acomodó como enganche y fue el único que se animó a patear al arco. No fue mucho, pero enseñó el camino.

Matías Urbano (6): Es distinto y lo sabe. Lástima que ayer pecó de soberbio y le faltó solidaridad con sus compañeros. Tuvo gestos de soberbia.

Víctor Godoy (5): Lo de siempre, peleando arriba y aportando sacrificio.

Adrián Nahuel, Pablo Landeiro y Juan Sánchez jugaron poco tiempo como para calificarlos.


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