Claudio, el gran patinador a quien una enfermedad no lo deja trabajar

Durante once años se dedicó a ese deporte, que lo apasionaba. Pero las ulceras varicosas producto de esa práctica hoy le generan complicaciones diarias.

Desde los 9 a los casi 20, Claudio Becerra patinaba en el Parque Central y lo hacia con mucha pasión y éxito. Tanto es así que era integrante de la selección neuquina de patin y participó en 1987 de Neuquén para el Mundo. Además, de una competencia nacional en ese mismo año en el que participaron 100 corredores y en la que salió número 8 en el país. Sin embargo, las obligaciones de la vida adulta lo llevaron a dejar su pasión y luego comenzó el calvario: las constantes caídas y la depilación cotidiana de sus piernas para poder patinar mejor le perjudicaron la piel de sus piernas y hoy padece de ulceras varicosas.

La enfermedad lo tiene muchas horas del día en la cama y es su mujer quien trabaja vendiendo tortafritas que hace en la puerta de su casa en Parque Industrial. “De tanto afeitarme y caerme en las competencias me quemé con el asfalto. Pero además luego comencé a engordar por estar quieto y todo empeoró. No tengo diabetes, nada, pero no puedo más del dolor y la incomodidad”, comenta Claudio Becerra que sueña con volver a patinar algún día y enseñarle a los más chiquitos, incluso a su hijo menor.

Frente a la imposibilidad de salir a trabajar, Marite, su mujer y compañera es un gran apoyo. “A veces Claudio se me quiere caer y yo lo apuntalo. Decidí ser su compañera hace tiempo y no le voy a aflojar. De esto salimos juntos”, dice Marite mientras corta las torta fritas que luego llevará a un gran disco de hierro en el que la grasa rejurgita esperando que la masa ingrese a él.

Claudio y Marité ya no saben qué hacer con el tratamiento. Ambas piernas de Claudio están tomadas por la varicosis y en el lugar en el que viven no cuentan con las condiciones de higiene y seguridad para realizar las curaciones. “Hace unos años, durante la campaña a gobernador de Gutiérrez él se comprometió a ayudarme. A los pocos días llegó quien era en ese entonces el ministro de Salud, Butigué, y me transportaban a hacer las curaciones, pero un día dejaron de venir. Hace poco lo volvimos a ver al Gobernador y se comprometió a hacerse cargo de mi tratamiento que dura al menos 4 meses y en el que podría recuperar mis piernas”, dice Claudio Becerra. “Yo sé que el gobernador me va a ayudar”, agrega.

Lo cierto es que el dolor es cada vez peor y que no pueden dejar de trabajar de lunes a lunes. Hace 15 años que lleva haciéndose curaciones pero el problema no se va. Es por eso que es re importante el tratamiento definitivo que dura aproximadamente 4 meses pero al que no pueden afrontar por los altos costos. “Con las tortafritas nos va re bien pero no nos alcanza para costear todo. “Es muy difícil cuando en la casa el hombre del hogar no está al 100% y también es difícil para él cederme ese lugar pero lo hemos logrado hacer finalmente. Esperamos pronto poder contar con eso que el gobernador nos prometió y también nos va a ayudar a construir un cuarto bien azulejado para que él se haga las curaciones y un salón adelante para poder vender las torta fritas y descansar los fines de semana. Nosotros no queremos la caña de pescar y los peces, queremos un poco de ayuda para lograr su curación y ya después ponernos a trabajar sin temer a no tener el plato de comida todos los días”, agrega Marité.

Claudio ama patinar y su sueño es enseñarle a su hijo más chico que tiene la edad en la que él comenzó a patinar. “Creo que eso es lo que más me cuesta, porque no puedo transmitirle lo que me apasiona, solo lo hago a través de historias”, dice Becerra y cuenta con toda emoción sus comienzos en los que sus papás lo ayudaron a cumplir sus sueños y metas así como sus maestros “El Zorrito” Galdeano, Américo Galván entre otros. “En patines volas”, dice con toda la alegría del mundo y ansiando volver.


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