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Combatiendo al capital: la mayor inversión perdida en la historia de Roca

Aunque a veces aparece una segunda oportunidad, es difícil que la gestión de la actual intendenta de Roca, María Emilia Soria, no quede indeleblemente asociada a la pérdida de la mayor inversión que pudo haberse producido en la historia de la ciudad. La empresa NRG, ligada a la explotación de Vaca Muerta, anunció su decisión de trasladar una inversión estimada en u$s 100 millones desde el parque industrial de Roca al de Allen

Es necesario trasladarse en el tiempo medio siglo para encontrar un fracaso de magnitud siquiera comparable, cuando el Banco Central del último gobierno militar clausuró el Banco de Río Negro y Neuquén. Ese acontecimiento fue tal vez el punto de inflexión en la declinación de una ciudad que hasta entonces era el principal centro económico y financiero de la región.

La jefa del gobierno municipal se justifica señalando que la fijación del precio de venta del lote en el parque industrial proviene de las inmobiliarias que tasaron las 35 has en 100 millones de pesos. Ese precio, juzgado excesivo por la empresa, ha sido presumiblemente determinante en su decisión de trasladarse a otra jurisdicción.

La explicación de la funcionaria no es por cierto convincente y revela cierta confusión respecto del rol de un parque industrial. El principal objetivo de los parques industriales es promover la radicación de empresas, brindándoles una concentración de servicios de la mayor calidad posible, o un precio comparativamente bajo o una combinación de ambas condiciones. No puede confundirse con un negocio inmobiliario, o una fuente de recursos para el erario municipal como parece creer Soria.

En el mundo de los negocios, generalmente la localización es precedida por un estudio de mercado y un análisis minucioso de las ventajas comparativas que ofrece una ciudad, entre las cuales está la cercanía de las fuentes de aprovisionamiento, en este caso los yacimientos de arena.

Para modificar una decisión de esta naturaleza, se necesita incorporar nuevos ángulos de apreciación que no se tuvieron en cuenta originalmente. Tal parecen ser las relaciones con el poder municipal, cuya naturaleza puede convertir la actividad de una empresa en un martirio si el prejuicio ideológico predomina sobre el objetivo implícito en la creación de un parque industrial.

El razonamiento es simple. Si una industria intenta ser expoliada en el período que precede a una inversión, en el que habitualmente se intenta persuadir a la empresa de las bondades de una radicación, ¿cuál sería su destino probable una vez efectuada la inversión y la decisión ya no tenga retorno?


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