Cómo gasta Fernández, qué exige Cristina y cuántos pesos se podrían inyectar hasta las elecciones

Tras la derrota electoral y la crisis política interna, el Gobierno pisa el acelerador y sale a inyectar dinero.

El déficit fiscal primario cayó al 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en los primeros ocho meses del año y el gobierno de Alberto Fernández comenzó a pisar el acelerador del gasto público, con un alza interanual del 64,8% en agosto (por encima de la inflación), tendencia que se profundizará tras la derrota en las elecciones primarias.


En el octavo mes del año, el sector público nacional registró un déficit primario de 147.756 millones de pesos. Con ese dato, se acumuló un rojo 431.504 millones de pesos en los primeros ocho meses del año. En parte se cubrió con nueva deuda y en parte con emisión monetaria.


En tanto, el déficit financiero –que contempla los intereses de la deuda en pesos y de los pasivos con organismos multilaterales que se están pagando- se ubicó en torno a los 193.393 millones en agosto, con un acumulado en 2021 de 870.554 millones, alcanzando los 2,5% del PIB.

Derrota, furia y crisis política


Estos datos corresponden al transcurso del año previo a las elecciones primarias del 12 de septiembre en las que el Frente de Todos fue derrotado en al menos 18 distritos de la Argentina: en quince por Juntos por el Cambio y en tres por partidos provinciales.


También estos números, que muestran una mejora en una de las variables macroeconómicas que más miran los mercados financieros (donde el Gobierno se financia) y bursátil de renta fija (donde cotiza la deuda soberana) son previos al estallido de la crisis política en el Gobierno.


Esa crisis fue consecuencia de la derrota electoral y de la decisión de la vicepresidenta Cristina Kirchner de exigirle al presidente Fernández que haga cambios urgentes en el Gabinete y que obligue al titular de Economía, Martín Guzmán, a poner más plata en la calle.


La pauta inicial de déficit fiscal primario para este año había sido del 4,5%. Debido a la caída marcada del rojo, Guzmán recalculó recientemente y señaló que esperaba un déficit del 4% para el año. Pero tras la crisis política, no se descarta que se vuelva a la proyección anterior.


A juzgar por los datos de agosto, el Gobierno conservaba margen de ampliar el déficit fiscal por hasta 3 puntos del PIB en los últimos cuatro meses del año. Eso equivale a nada menos que 863.008 millones de pesos. Parte de esto está en el plan electoral de cara a las urnas del 14 de noviembre.


Según fuentes gubernamentales, la mitad de esos recursos podrían ser utilizados antes de las elecciones de noviembre. Y la otra mitad quedarían para después, dado que en los mayores compromisos (el aguinaldo y el pago de obras, por ejemplo) se anotan en diciembre.

Cómo venía siendo el gasto en el año


La gestión Fernández había reaccionado en agosto acelerando el gasto, pero no en las dimensiones que pide la vicepresidenta, dueña del mayor capital electoral en toda la coalición oficialista.


El gasto primario había crecido 21,2% interanual en enero; 37% en febrero; 29,8% en marzo; 14% en abril; 18,3% en mayo; 40,1% en junio; 44,7% en julio y 64,8% en agosto. En Economía explican que se debe tener en cuenta que en 2020 hubo un gasto extraordinario por el desembarco de la pandemia.


En el medio, Economía avanzó en las tratativas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda de 45.000 millones de dólares contraída por el macrismo. Y para poder alcanzar un acuerdo el país debe mostrar cierta voluntad de poner sus cuentas en orden.


Aunque, en Economía niegan que exista un ajuste y señalan que la reducción de déficit se está dando porque el crecimiento de los ingresos está siendo mucho mayor al esperado. “Los cambios y mejoras en el esquema tributario junto a una tendencia positiva y sostenida de la actividad económica permitieron un incremento significativo en los ingresos”, señalaron en la cartera que conduce Guzmán.


En ese escenario, si no se contabilizara aquel gasto extraordinario del “paquete Covid-19” que hoy ya no está, el salto la erogación primaria en agosto creció 87,3% anual. Esto está unos 24 puntos por encima de la inflación y se explica mayoritariamente por un alza del 123% en la inversión de capital y por gastos asociados a la asistencia social.


Entre las políticas sociales, las medidas alimentarias se llevaron 17.236,4 millones en agosto; Potenciar Trabajo demandó 7.145,8 millones; las acciones de empleo absorbieron 10.089,9 millones (principalmente por el Repro II) y también se pagó el bono de $5.000 a jubilados y pensionados que cobran hasta dos haberes mínimos.

Los ingresos


En agosto los Ingresos totales del Sector Público Nacional (SPN) crecieron 70,1% interanual, impulsados por tributos sensibles a la actividad económica, como el IVA neto de reintegros (83,1%) y los Créditos y Débitos (+66,0%) y por los derechos de exportación (+126,1%).


Si se contabilizaran los ingresos del Aporte Solidario Extraordinario –que el Estado le cobró a quienes tienen patrimonios declarados mayores a 200 millones de pesos-, el déficit primario fue del 1% y el financiero del 2%.
Los ingresos totales ascendieron a $735.712 millones, aunque si se excluye al Aporte Solidario, alcanzarían los 712.792 millones de pesos (+64,8%).


La recaudación asociada al Impuesto a las Ganancias también presentó un crecimiento por encima de la inflación 67,2%.


Los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social se incrementaron 57,3% interanual, sosteniendo la dinámica de crecimiento real positivo de meses anteriores.


Estos ingresos se encuentran disminuidos por las exenciones para aliviar la carga tributaria al sector de la Salud, los sectores críticos del programa Repro II y las provincias del Norte Grande.


Corresponsalía Buenos Aires

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