Como le cobró daños por un alquiler, le dio una trompada

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NEUQUÉN (AN).- Una martillera de esta ciudad, que posee una empresa dedicada al alquiler por día de departamentos amueblados en pleno centro, denunció que fue brutalmente golpeada por un inquilino. La agresión sobrevino, según su relato, tras informarle que debía abonar 200 pesos por los daños causados en el lugar. “Pensé que me iba a matar”, contó la mujer que pidió reservar su nombre dado que es una conocida empresaria de esta capital. “Me dio una piña en la boca que me desmayó y caí inconsciente al piso. Por suerte mi secretaria estaba ahí, porque de acuerdo a lo que dice parece que quería seguir pegándome”, explicó. Y agregó que el inquilino saltaba y le gritaba “te voy a hacer un buraco”. El ataque ocurrió el viernes por la mañana en las oficinas que posee la mujer en el Alto de la ciudad. Luego de ser asistida por los paramédicos de una ambulancia que fue convocada de urgencia, la martillera radicó la denuncia judicial en contra del inquilino, a quien identificó como un conocido abogado penalista, también de esta ciudad. “Lo peor es que se llevó las llaves del edificio y yo sé que sabe dónde vivo”, indicó. Este dato dado por la mujer motivó que las autoridades resolvieran que luego del episodio reciba la presencia de custodios policiales. “Para mí es un caso de violencia de género y es insólito que yo esté encerrada en mi casa sin poder salir, y este tipo ande suelto, porque a pesar de ser abogado parece que no lo pueden encontrar”, contó indignada. La empresaria explicó cómo se generó la relación entre ella y el denunciado y por qué se le retuvo el dinero de la garantía. “Este hombre alquiló un departamento por dos días y, como se procede con todos los clientes se le hizo dejar una garantía de 1.000 pesos”, comentó. Y agregó que “cuando se va a retirar el viernes se constata que había producido algunos daños y se le informa que se le van a retener 200 pesos de esa garantía en compensación, y ahí fue que estalló”. Mientras en el caso ya interviene un fiscal, la denunciante remarcó que “parecía estar en un ataque de drogas porque estaba extremadamente violento y se desesperó más cuando quiso irse y la puerta no se abría”. Y remarcó que “no me interesa una reparación a mí, sino que le ordenen un tratamiento a este abogado, que es un peligro para la sociedad”.

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