Cómo se vive hoy el «orgullo gay» es España
MADRID (Especial para «Río Negro»).- Viernes, 23:45; el Barrio de Chueca, el distrito gay más significativo de Madrid está de fiesta. Miles de personas en la calle, embanderados con los colores del arco iris, que representan al colectivo homosexual, festejan este año por partida doble. A las tradicionales celebraciones de la Semana del Orgullo Gay que tienen lugar anualmente por estas fechas, se suma la aprobación del Parlamento español de la Ley que permite el matrimonio y la adopción por parte de parejas homosexuales.
«Esta es una ley que nos deja en igualdad legal ante el resto de la sociedad. Los cambios serán importantes en nuestra vida cotidiana, pero no serán tan grandes para el resto de la sociedad, ya que simplemente le han dado un marco legal a algo que ya existía, pero que no estaba reconocido», dice Pedro José Carlos, miembro del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM).
La aprobación de la Ley estuvo secundada por una oleada de criticas especialmente desde sectores de la derecha (Partido Popular y Unió Democrática de Cataluña) y de la Iglesia, quienes aseguran que la unión entre homosexuales es «contra-natura» y que pone en peligro el concepto tradicional de familia y de «matrimonio entre un hombre y una mujer».
Los sectores contrarios a la aprobación de la ley del matrimonio homosexual se han manifestado fervientemente. En las últimas dos semanas realizaron dos marchas por el centro del Madrid, una de ellas con alrededor de 200.000 personas y han juntado más de 700.000 firmas para pedir al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que dé marcha atrás en este proyecto.
El punto más álgido de la discusión se generó la semana pasada en el Senado durante una sesión en la que diferentes especialistas explicaron su posición sobre el tema. A petición del Partido Popular (PP), el catedrático Aquilino Polaino aseguró que «la homosexualidad es una patología, y los gays solían ser hijos de madres sobreprotectoras y padres borrachos y golpeadores».
Agustín López, miembro de COGAM ve normal este tipo de reacciones: «España es un país en el que la Iglesia y la derecha tienen mucho poder» y agrega: «Esta legislación va por delante de la sociedad, pues si bien ahora tenemos un marco legal todavía falta que muchos sectores nos reconozcan y no nos discrimen, ni nos ataquen por el simpl hecho de tener otra preferencia sexual. Para Agustín esta Ley es revolucionaria: «Todavía no nos damos cuenta de la magnitud de esto y creo que es comparable con la ley que permitió el voto femenino».
Para gays y lesbianas los principales beneficios que se obtienen con esta Ley tienen que ver básicamente con la posibilidad de acceder a una herencia, beneficios fiscales y temas de extranjería. «Antes podías convivir veinte años con una persona pero, cuando uno de los miembros de la pareja fallecía, el otro no tenía derecho a nada. Los bienes se los llevaba la familia y allí se terminaba todo. Ahora tenemos la posibilidad de testar y decidir nosotros a quién vamos a dejar nuestros bienes», asegura Agustín López. Lo mismo sucede con aquellos que tienen parejas de otros países, ahora podrán acceder a la nacionalidad española como sucede actualmente con los matrimonios heterosexuales.
España es el cuarto país que aprueba las uniones entre parejas del mismo sexo tras Holanda, Bélgica y Canadá, así como algunos estados norteamericanos. Los miembros de las Asociaciones de Homosexuales no dudan en asegurar que la llegada al gobierno del Partido Socialista (PSOE) en marzo del 2004 fue fundamental y provocó muchos cambios sociales. «Nosotros venimos pidiendo un marco legal desde los años 90, pero siempre fueron rechazados». Durante el gobierno de José María Aznar (PP) fueron reprobados hasta 30 pedidos en el Parlamento para normalizar la situación de las parejas formadas por miembros del mismo sexo.
Los gays y lesbianas no lo han tenido fácil en España, ya que hasta el año 79 estuvo vigente una Ley del Franquismo que perseguía a la homosexualidad. Estas fueron las del «Vagos y maleantes» primero y la de «Peligrosidad y Rehabilitación» después. Bajo esta tipificación al menos 5.000 personas fueron encarceladas por ser homosexuales o transexuales durante el Gobierno de Francisco Franco y los primeros años de la transición democrática. «Te podían detener, someter a todo tipo de vejaciones y te torturaban sólo por ser homosexual», recuerda uno de los miembros de la Asociació La ley será publicada en días más en el Boletín Oficial del Estado y entonces estará vigente. Ahora sólo resta saber si el Partido Popular recusará la normativa o si hay jueces que aleguen objeción de conciencia para impedir que dos personas del mismo sexo contraigan matrimonio en España.
Horacio Maida
Adopción, uno de los puntos polémicos
MADRID.- Uno de los puntos más novedosos y polémicos de esta nueva ley que permite el matrimonio homosexual en España es la posibilidad de adoptar niños. En este sentido, esta normativa es puntera en el mundo, pues hasta ahora sólo lo permitía Holanda.
Según una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociales de España (CIS) cuatro de cada diez españoles consideran que lo más importante es el bienestar del niño adoptado, independientemente de la orientación sexual de la pareja y el 48,6% de los consultados están de acuerdo o muy de acuerdo con la posibilidad de que las parejas homosexuales tengan los mismos derechos a la hora de adoptar.
Agustín López, miembro del Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid asegura «orientación sexual de los padres adoptivos no determina la capacidad de ser buen o mal padre. Hoy en día hay miles de personas heterosexuales que son muy malos padres, que golpean o abandonan a sus hijos». Es por esto que cree que «es el Estado el que tiene que hacer controles exhaustivos para determinar la capacidad de dar cariño y criar a un niño».
Benjamín Blanco, es el presidente del Foro de la Familia, una agrupación que solicita la derogación de la Ley y que cuenta con el apoyo de la Iglesia y el principal partido de la oposición. «La adopción es un derecho de los niños que perdieron sus padres a ser adoptados y no un derecho de los adultos a adoptar» y luego agrega que «no se puede exponer a los niños a experimentos de ingeniería social».
Para Blanco esta nueva Ley va a tener «serias» consecuencias en un futuro en España, pues los niños que tienen entre 7 y 8 años pueden ser influidos en su orientación sexual y en los valores que se le inculcan». El Foro de la Familia ejemplificó su postura con una ley aprobada recientemente en el Reino Unido mediante la cuál se prohíbe adoptar a los padres que sean fumadores. «Con la misma vara se podría hacer una analogía en España» explica Benjamín Blanco.
El Foro de la Familia dice que solicitará al principal partido de la oposición (Partido Popular) que pida una derogación de la Ley ante el Tribunal Constitucional y al gobierno de José Luis Rodríguez apatero que llame a referéndum para que los españoles decidan ellos en las urnas sobre este tema. «El gobierno español con una coyuntura parlamentaria favorable ha aprobado una Ley que es contraria al pensamiento mayoritario de los ciudadanos. Han legislado para una minoría», dice Blanco
En España es legal la adopción de niños por solteros y también la inseminación artificial de mujeres solteras. Esta ley ha permitido hasta ahora a muchas parejas homosexuales adoptar o tener niños. (H. M)
Agustín y Javi, una historia
MADRID.- Agustín López, el funcionario del gobierno de la Comunidad de Madrid, tiene 35 años y desde hace dos años sale con Javi, de 36 y que es informático en un banco. «Hace siete meses que vivimos juntos en las afueras de la capital, estamos felices y viviendo este momento con mucha intensidad, pues para nosotros es un paso muy grande en lo que se refiere a nuestros derechos», dice Agustín.
Están en la plaza de Chueca, en pleno centro de Madrid, se abrazan, se sacan fotos y saludan a otros amigos, mientras toman una cerveza en medio de la fiesta que congrega a toda la comunidad homosexual de la capital española. Dicen que se conocieron hace dos años en una excursión de senderismo en los Pirineos y que otros amigos hicieron las veces de Cupido para que la relación salga adelante. «Nos gustábamos, pero no nos animábamos a decírnoslo».
«Nos pensamos casar en un año» dice Javi, «o en seis meses» retruca Agustín y se ríen. Creen que la aprobación de la ley que habilita el matrimonio homosexual es un paso muy grande en lo que se refiere a los derechos y a la igualdad, aunque dicen que «aún falta mucho y es necesario que el común de la sociedad lo vea como algo normal» que no le pongan tanta carga y que esto impulsará a muchos homosexuales a decir abiertamente que lo son.
Aseguran que sus familias los apoyan, que nunca hubo conflictos y que suelen ir un fin de semana a casa de cada de uno de los padres a comer «como una familia normal». «Nunca nos dijeron nada y siempre nos apoyaron, pero no siempre es así hay gente que la pasa muy mal por la falta de comprensión de sus familias», cuenta Javier. (H. M)
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