Cómo su Sierra Grande natal, el feminismo y la naturaleza perfilaron a esta diseñadora que se destaca en Córdoba

Primero estudió arquitectura y después diseño de indumentaria. Esta formación más la estética de la estepa austera patagónica que la formateó en su infancia hacen que sus creaciones se destaquen en el mundo de la moda.

Lula Rojas (35) desde sus conocimientos de diseño de indumentaria y arquitectura aporta a la construcción de una moda sin género, o plurisex, inclusiva, de calidad, que revalorice técnicas que se estaban perdiendo como la sastrería.

Si bien la larguísima cuarentena en algo la detuvo esta joven patagónica radicada desde hace años en Córdoba está pasando por un buen momento creativo en su trayectoria laboral.

Lua Rojas, en su confinamiento en Córdoba. Foto: Noelia Carballo

Nació en Sierra Grande, donde la austera estepa rionegrina le marcó cierto sentido de la estética. Después vivió en Plottier, estudió en Neuquén capital para terminar recalando en Córdoba hasta la actualidad. “Mis padres provenientes de otras provincias se conocieron allí, en la ciudad minera donde nacimos mi hermano y yo. En los años 90, debido al cierre de HIPASAM y a la escasez de ofertas de trabajo, con mi familia tuvimos que migrar hacia Plottier, donde vive parte de mi familia paterna. Ahí estuve hasta mis 18 años. En el 2003 me mudé a Córdoba para ingresar a la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño. Hoy, casada con un cordobés, vivo en La Calera, ubicada a 30 kms de Córdoba capital.

¿Dónde estudiaste diseño?

Estudié Diseño de Indumentaria en la Escuela Lino Enea Spilimbergo, ubicada en La Ciudad de las Artes de la ciudad de Córdoba. Anteriormente cursé toda la carrera de arquitectura, donde considero que formé gran parte de mi identidad como diseñadora, mi proceso creativo y forjé mi mirada.

¿Cómo llegaste al diseño?

Soy la mayor de tres hermanos, por lo que elegir qué estudiar fue un decidir sin muchos consejos ni referencias, desconocía el inmenso abanico de carreras que la Universidad Nacional de Córdoba tenía. Así que me decidí por la que a mi entender podía tener algo de lo que buscaba y emprendí arquitectura. Lo que me pasó puntualmente con esta profesión fue que nunca me proyecté trabajando de arquitecta, en la obra, en procesos tan largos. También me interesaban la fotografía, la psicología y la sociología; leyendo diferentes programas de estudio me encontré con el de indumentaria y me anoté.

Foto: Noelia Carballo

En el transitar de la carrera de diseño me di cuenta de que la indumentaria también era arquitectura, a otra escala, había un usuario, una funcionalidad, un lenguaje y técnicas. Ahí fue cuando nace mi marca Transeúnte, del amalgamamiento de estas dos disciplinas que forman mis “Arquitecturas portables”. De alguna manera soy las dos cosas, arquitecta y diseñadora, al menos así me gusta definirme, yendo y viniendo sin muchos límites.

Las grandes marcas van perdiendo poder, ya no hay imposiciones tan verticales, por suerte.

Luas Rojas, diseñadora

¿Cuál te parece que fue tu primer contacto con el diseño tal como lo entendés hoy?

Desde muy chica tuve inclinación por el diseño y el arte. Fui alumna de la Escuela de Bellas Artes de Neuquén y siempre hice talleres de diversas manualidades, pero creo que mi primer acercamiento al diseño desde el proceso y la configuración de un objeto fue con mi abuela materna Felisa. Ella nos hacía siempre ropa a mi hermano y a mí, y un día empecé a pedirle que me enseñe; ella sacó su cuaderno de moldería a escala y comenzó a explicarme. Comprábamos revistas como la revista Look, que traía los patrones, yo seleccionaba las prendas que me gustaban, mi mamá me llevaba a Neuquén a comprar la tela y empezábamos la ejecución. Era un proceso que lo hacía con mucha ilusión, compromiso y también con ansiedad por poder usar eso que estábamos creando. Muchos años después de ser diseñadora entendí que eso de alguna forma había marcado mi camino.

Foto: Naguel Rivero

¿A qué jugabas cuando eras chicas?

Una de las cosas más hermosas que me pasaron fue haber nacido en donde nací, en esa estepa tan austera, en un pueblo que parecía una maqueta, con sus casas homogéneas, modernas y rítmicas; en contraste con el mar tan orgánico, playas llenas de formas que siempre despertaron mi imaginación. Los recuerdos de mis seis primeros años son todos del Salado (hoy Playas Doradas), de la carpa, de los amigos del verano, de las casitas en las rocas, de juntar caracoles, de pescar y no dejar de asombrarme por la diversidad que se esconde bajo el mar. Este paisaje construyó las memorias emotivas, formas y paletas de colores que muchas veces plasmé en mis colecciones y en mis prendas.

Tuve una niñez en la que me dieron el estímulo y la libertad para poder disfrutar de mis inquietudes e imaginación. Mis padres siempre me impulsaron a probar cosas y superar los miedos, la vergüenza y la frustración. Creo que esa crianza flexible y respetuosa me otorgo una identidad que como creativa valoro mucho porque me permite disfrutar de estar en lugares de transición entre la comodidad de lo que me resulta y los riesgos de la búsqueda de lo nuevo.

Foto: Martino Dominguez

¿En qué consiste tu trabajo hoy?

Como diseñadora considero que mi trabajo es plural. Para mi el diseño es un servicio, una herramienta para darle solución a necesidades que podamos tener como humanidad. En lo que al diseño de indumentaria respecta hay mucho por lo que trabajar, sobre todo porque el sistema de la moda y la industria textil es una de las más contaminantes del mundo. Por lo cual desde nuestro lugar de diseñadores hoy debemos ser parte de la solución de esta y muchas más problemáticas en torno a esta industria. Mi rol hoy está enfocado en cubrir varios objetivos y proyectos al mismo tiempo.

Foto: Martino Dominguez

Desde que comencé en el diseño intento aportar a la construcción de una moda sin género, o plurisex quedure en el tiempo. Comencé con mi marca/proyecto Transeúnte en julio del 2012, como primera premisa me propuse ir concretando objetivos alcanzables año tras año. En principio sabía que mi rol debía ser el de diseñadora/educadora poder transmitir que valores había detrás del diseño independiente o de autor, qué criterios de producción tenía la marca, con quiénes trabajaba, dónde compraba los textiles y sobre todo que éramos un proyecto abierto a la interacción y el feedback con la comunidad.

«Intento reinventar y a adaptar la marca a los cambios que creo necesario para crecer en una moda más respetuosa, consciente, transparente, inclusiva, accesible, empática y colectiva», afirma Lula Rojas a «Río Negro».

Para esto creamos una modalidad espacial de Studio&Shop, donde el proceso productivo estaba totalmente a la vista, integrado con el sector de venta. Esto nos permitió enseñar la “cocina” de la marca y que nuestros clientes pudieran ser parte del crecimiento de Transeúnte. Fue un espacio de reuniones espontáneas entre colegas, alumnos de las distintas instituciones que venían de visita, tour y ferias que sin dudas fue un pequeño granito de arena para consolidar el sector del diseño en Córdoba.

En 2014 Transeúnte fue seleccionado por el Observatorio de Tendencias del INTI, para representar a Córdoba en la pasarela Mapa de Diseño que tendría lugar en BAFWEEK. Este acontecimiento fue una bisagra en el proyecto porque difundió y ayudó a posicionar la marca sobre todo en Buenos Aires, en donde desde entonces tenemos un punto de venta, además de generarnos más demanda y la exigencia de ampliar nuestra producción.

Desde entonces intento reinventar y a adaptar la marca a los cambios que creo necesario para crecer en una moda más respetuosa, consciente, transparente, inclusiva, accesible, empática y colectiva.

¿Cómo te tomó el confinamiento?

El 2019 fue un año en el que como profesional me replantée mucho mi trabajo, la coyuntura me llevo a cuestionarme el ¿para quién? de mi producto, en un país donde las necesidades básicas se volvían poco a poco más difíciles de adquirir para un montón de personas. Sentí que mis prendas se iban convirtiendo en un objeto de lujo y esa idea hizo que tomara la decisión de parar la actividad en diciembre y poder tomarme un tiempo para repensar el proyecto, poder encontrar la manera de poder seguir produciendo lejos de los viejos paradigmas del sistema de la moda. En ese mismo momento comenzamos a autoconvocarnos con colegas y comunicadores para conformar lo que hoy es un colectivo, somos aun pocos integrantes, pero sin dudas en este espacio estamos descubriendo una nueva forma de construir y trabajar para visibilizar, cuestionar y buscar soluciones a muchas de las problemáticas de la moda y de la industria de la indumentaria y textil.

Por lo que el confinamiento ya me encontró un momento de mucha introspección, construcción comunitaria y colectiva; el aislamiento aporto tiempo a mi búsqueda de nuevos saberes y formas de hacer.

«El paisaje de mi pueblo natal, Sierra Grande, construyó las memorias emotivas, formas y paletas de colores que muchas veces plasmé en mis colecciones y en mis prendas», comenta Lula Rojas.

¿Qué de nuevo aprendiste en este tiempo?

En este confinamiento aprendí a teñir con tintes naturales, recolecté cortezas de árboles de las sierras, flores, junté las cáscaras de mis verduras y durante los dos primeros meses conforme una especie de muestrario y mi cocina se transformó en un laboratorio.

Además, trabajé mucho en las campañas que generamos con el Colectivo en Construcción (Colec) en torno al contexto de pandemia covid-19, abocadas a proveer de kits sanitarios al Hospital Infantil de Córdoba. Para dicha acción recibimos donaciones de la comunidad y así pudimos darle trabajo a una cooperativa textil, buscamos la manera, en un contexto de mucha paralización laboral, de fomentar la economía circular.

Creo que aun es un proceso del que no puedo sacar muchas conclusiones nuevas o muy formadas, ya que aún estamos en camino a poder vislumbrar las consecuencias o percibir esta nueva normalidad. Sin dudas creo que el camino por seguir debe colectivo, cooperativo, constructivo desde la empatía, respetuoso para con el otre y para con el planeta y las demás especies que lo habitan. Solo puedo ratificar la importancia de la vivienda digna, los servicios básicos, el acceso a la salud, a la alimentación; estos son derechos que lamentablemente aun no están garantizados para toda la sociedad y no pueden no estar asegurados. Todxs desde nuestro lugar demos ser responsables de que lo que se aproxima tenga como prioridad los buenos valores humanos.

En este confinamiento aprendí a teñir con tintes naturales, recolecté cortezas de árboles de las sierras, flores, junté las cáscaras de mis verduras… mi cocina se transformó en un laboratorio.

Lula Rojas, diseñadora

En general las ideas nos vienen de fuera, se van construyendo con lo que escuchás, mirás, leés. ¿Por dónde pasan tus consumos culturales?

En lo personal creo que poco a poco vamos deconstruyendo el pensamiento de que los “modelos de éxito” las líneas y posturas provienen de afuera, vamos entendiendo que para nuestro territorio las respuestas son y deben ser otras. Las grandes marcas van perdiendo poder, ya no hay imposiciones tan verticales, por suerte. En lo personal llevo tiempo cambiando mis hábitos de consumo intelectual y material. Mis elecciones tienen mucho que ver con lo latinoamericano, la cultura trasandina, el feminismo, los pueblos originarios, las técnicas artesanales, la posibilidad de crear nuevos materiales biodegradables, la medicina ancestral, todo lo que actualmente consumo tiene que nutrirme, incluso las cuentas que sigo en redes.

Lula Rojas en un momento de una de sus últimas producciones de moda.

Creo que en mí, el movimiento feminista despertó la necesidad y la fuerza para encarar muchos cambios, el respeto hacia les demás y el autorespeto me llevaron a cuidarme de manera mucho más consciente, desde el consumo de la alimentación, la indumentaria, mobiliario, hasta el consumo de la información. En lo que respecta a literatura actualmente estoy leyendo a Rita Segato, Silvia Rivera Cusicanqui, Luciana Peker, Susana Saulquin, Judith Butler, entre otres.

Elijo comprarles a productores locales, investigar de dónde proviene eso que consumimos en casa, si es indumentaria elegir a proyectos nacionales, independientes enamorarme cada vez mas del valor de lo artesanal. Es un camino de ida, que implica un cambio de vida y que en lo personal me lo tomo con mucho respeto, pero tomado todos los recaudos para poder sostenerlos a lo largo del tiempo.

¿Qué te provoca inspiración?

La naturaleza en si misma, la naturaleza de la humanidad y su potencial infinito, las conductas psicosociales, me inspira la política como inherente al ser humano, mi historia y mis singularidades.

Elijo comprarles a productores locales, investigar de dónde proviene eso que consumimos en casa, si es indumentaria elegir a proyectos nacionales, independientes enamorarme cada vez mas del valor de lo artesanal.

Lula Rojas, diseñadora

¿Qué te vuela la cabeza?

Muchas cosas me vuelan la cabeza, una canción, un film, sabores, olores, pasar tiempo con mis plantas, ver el desarrollo de la vida en sus hojas y colores, querer estar presente cuando se abre una hoja. Ver el movimiento de los cuerpos, encontrar la belleza mas grande en lo cotidiano.

¿Cómo es tu proceso creativo desde el momento inicial al producto final?

Mi proceso es mutante, flexible, arriesgado, libre, colmado de emociones que sin dudas se ven luego reflejadas en el producto. Un manifiesto.

¿En qué momento de tu carrera crees que estás?

Quiero estar siempre al principio de mi carrera, tratar de conservar la ilusión y la ingenuidad de sentir que hay mil opciones, oportunidades de hacer y proponer, de poder seguir expandiendo los límites y encontrando los recursos que se necesitan para evolucionar. Estoy sin dudas en el mejor momento, porque tengo una comunidad y la voluntad para crear mil recursos.

¿Cómo te ves en el post covid 19?

Una de las cosas que más me está costando hoy por hoy es tener perspectiva hacia el futuro. Creo para les creativos es momento de procesar mucho acerca de lo que estamos viviendo y que sin duda nos espera un futuro muy fructífero en cuando a ideas y diseño. En los momentos más desafiantes es en donde potenciamos la resiliencia y la creatividad. Me veo trabajando en la línea por la que vengo, intentando expandirme y seguir trabajando con responsabilidad, representatividad, pero por sobre todas las cosas con disfrute.


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