Con la pulsera electrónica cometió tres robos y dos hurtos en Bariloche

Así lo aseguraron los fiscales en la acusación contra un joven de esta ciudad, que había accedido a principios de septiembre pasado a la libertad condicional. Hoy, el juez de garantías le impuso 3 meses de prisión preventiva.

Esteban Ariel Fuentes y dos cómplices cometieron este domingo, según la fiscalía, tres robos en vehículos estacionados en varios sectores de Circuito Chico y dos hurtos, en viviendas ubicadas en esa zona de Bariloche de las que sustrajeron numerosos artículos.

Todos los movimientos de Fuentes fueron detectados por la Unidad de Arresto Domiciliario por Monitoreo Electrónico (Uadme) de la Policía de Río Negro, porque el joven porta desde principios de septiembre pasado una pulsera electrónica, porque accedió a la libertad condicional por orden de la jueza de Ejecución Penal de Bariloche, Sandra Ragusa. Y una de las obligaciones justamente era no cometer nuevos delitos.

Fuentes cumplía una condena de 3 años de prisión efectiva en el penal de Bariloche por el delito de estafas. Pero accedió a la libertad condicional de acuerdo a la normativa vigente.

El domingo por la tarde, personal de la comisaría 42 detuvo a Fuentes en el domicilio de su pareja, en la toma 29 de Septiembre, tras una persecución que se extendió por varios kilómetros en la zona oeste de la ciudad. Sus cómplices escaparon.

Policías hallaron el auto en el que los tres se movilizaban abandonado cerca del puente viejo en Villa Los Coihues. En el interior encontraron casi todos los artículos que habían sustraído.

Este martes, la fiscal de feria Silvia Paolini y el fiscal adjunto Gerardo Miranda acusaron a Fuentes por los tres robos simples y dos hurtos y por el delito de resistencia a la autoridad.

El juez de garantías en la feria judicial Juan Martín Arroyo admitió los cargos que los fiscales formularon contra el joven de 23 años y autorizó 3 meses para completar la investigación.

Arroyo le impuso la prisión preventiva por los 3 meses de la investigación a Fuentes, que regresará en los próximos días al penal después de que cumpla el aislamiento preventivo para evitar el riesgo de contagio de la COVID-19 en la unidad penitenciaria.

El defensor particular Alejandro Pschunder adelantó que tiene otra teoría para explicar lo que sucedió el domingo último por la tarde y que tratará de demostrarla durante el plazo de la investigación.

Pschunder se había opuesto al pedido de prisión preventiva de la fiscalía y había solicitado que Fuentes pueda cumplir la preventiva en su domicilio. “Quedó clarísimo que funcionó de manera perfecta la pulsera”, advirtió el defensor del imputado, que optó por mantener silencio.

Alegó que Fuentes no ejerció violencia física, ni utilizó armas para perpetrar los delitos que le atribuyó la fiscalía. “No hubo intención de cometer daños a terceros y el intento de fuga no fue tal. Fue una amague”, sostuvo Pschunder.

Miranda replicó el planteo del defensor y rechazó la posibilidad del arresto domiciliario para Fuentes. “La pulsera electromagnética no es un grillete y qué mejor ejemplo que este caso”, observó el fiscal adjunto. “El señor Fuentes con una pulsera cometió cinco hechos delictivos”, destacó.

Pschunder manifestó ante el juez que el imputado “nunca se arrancó la pulsera y volvió a su domicilio”. “No se fugó de la justicia, se fugó de la Policía”, aclaró el defensor.

Paolini planteó ante el juez que existía riesgo de fuga en el caso de que se le diera el arresto domiciliario y la posibilidad de entorpecer la investigación porque hay dos prófugos, sin identificar aún. También, mencionó el temor que tienen las personas damnificadas.

Miranda dijo que Fuentes y sus cómplices robaron numerosos elementos tras forzar los baúles de dos Chevrolet Corsa Classic y romper la luneta de un Fiat Uno, que sus propietarios dejaron estacionados en la zona de Circuito Chico. Los tres observaban que los autos quedaran estacionados y cometían los robos, mientras sus dueños disfrutaban de una actividad al aire libre.

Después, entraron por ventanas -que estaban abiertas- a robar a dos viviendas ubicadas en esa zona. Todo lo que sustrajeron lo cargaron en el Ford Focus en el que se movilizaban.

Miranda explicó que personal policial salió en persecución de Fuentes y sus cómplices tras recibir la denuncia del primer robo. Aseveró que mientras huían de la Policía, Fuentes y sus acompañantes seguían con el raid delictivo. Y destacó que pudieron seguir los pasos del imputado porque todos sus movimientos fueron observados por el personal que controla a las personas con pulsera o tobillera electrónica.

Los fiscales explicaron que policías de la subcomisaría 55, y de las comisarías 27 y de la 42 persiguieron a los tres autores que escapaban en el Ford Focus.

Comentaron que a la altura del destacamento de Villa Los Coihues, los policías intentaron atraparlos. Identificaron a Fuentes, que estaba en el asiento del acompañante. Pero el imputado cuando vio a los policías, descendió del auto y huyó.

El conductor del Focus trató de embestir a los policías que intentaban cerrarle el paso. Y el cómplice golpeó con un elemento contundente en la cabeza a uno de los policías. De esa forma escaparon. Miranda aclaró que no se demostró que hayan lesionado al policía con un arma de fuego. Tras huir del control policial, abandonaron el auto a unos 500 metros del puente viejo en Villa Los Coihues.

Fuentes siguió solo hasta la vivienda de su pareja. Allí, policías de la comisaría 42 lo esperaban. Cuando se vio rodeado, intentó atacar con una piedra a los policías, pero al final desistió y se entregó.

Miranda detalló que había robado ruedas de auxilio, un criquet, entre 6.000 y 8.000 pesos, ropa, calzado, electrodomésticos, cámaras fotográficas, una bicicleta, un televisor, celulares, una notebook, un anafe, una pelota de fútbol y hasta una botella de Campari.


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