Control de fauna urbana, una tarea sin descanso en Bariloche

Son muchas, están en alerta permanente y dependen del apoyo mutuo para persistir. El maltrato animal y en especial la superabundancia de perros son las causas que las movilizan, y las decidieron a organizarse para dar respuestas, más allá de las que ofrece el Estado.

En Bariloche funcionan varias ONG protectoras de animales, algunas de larga trayectoria, y despliegan un trabajo voluntario que no se permite caer en el desánimo y que comenzó de a poco a mostrar resultados.

Las políticas oficiales de control de fauna urbana siempre fueron un dolor de cabeza para el municipio. El intendente Gustavo Gennuso reconoció más de una vez que el trabajo en conjunto con las ONG es una de las claves. “La cuestión de los perros supera lo que puede hacer el Estado –le dijo a este diario meses atrás–. Trabajamos muy bien con las asociaciones protectoras, las tenemos de aliadas. Sobre todo en el tema protección”.

Los especialistas señalan que la proliferación de perros callejeros y “asilvestrados” –que es notoria incluso en pleno centro– es un síntoma de situación desbordada. Y que a largo plazo solo sirven los planes extendidos de castración y la llamada “tenencia responsable”.

El municipio realizó el año pasado 6.500 castraciones y este año espera acercarse a las 10.000. El número de perros no se redujo, pero estaría “en la curva” para empezar a bajar. Desde las ONG aseguran que “ya no se ven tantas pariciones descontroladas en baldíos o cuevas”, como solían detectar hasta hace poco tiempo.

María Ester Cingolani integra la organización Mi granito de arena, dedicada a facilitar y promover las castraciones gratuitas. En concreto, colabora con el traslado de los animales cuyos dueños no tienen cómo hacerlo. En algunos casos se ocupan también del cuidado “postoperatorio”.

Cingolani aseguró que “la única solución son las castraciones gratuitas, masivas, sistemáticas y continuadas en el tiempo”. Interrumpir esos programas o reducir el ritmo es volver a empezar, explicó.

Dijo que no notaron por ahora menos cantidad de perros pero “sí de cachorros”. Una buena señal.

Mi granito de arena nació en 2017 y aplica una cuidada planificación, que incluye el trabajo por “cordones sanitarios”, consistentes en tomar una calle completa, de punta a punta, hablar con los vecinos y esterilizar a todos los perros de esas viviendas.

Cingolani explicó que “es importante operarlos y devolverlos cuanto antes al mismo lugar, porque así no aparece otro perro sin esterilizar que ocupe el espacio”. El concepto de territorialidad, aplicado a rajatabla.

En la ciudad existen también otras organizaciones como Cuatro Patas, Perritos Bariloche y Dejando Huellas.

Esta última es la más antigua, acumula una experiencia de 15 años y participó en el debate de la ordenanza (aprobada en 2009) que hoy está en vigencia, que declaró a Bariloche como “municipio no eutanásico”. Su principal impulsora fue la actual gobernadora electa Arabela Carreras, quien por entonces era concejal del partido Sur.

Los miembros de Dejando Huellas se ocupan especialmente de retirar y pasear a diario a los perros alojados en los caniles municipales, y realizan periódicas jornadas de adopción.

La detección de pariciones no planificadas y la entrega en adopción de los cachorros es también la principal tarea de Perritos Bariloche. Una de sus integrantes, Malvina Olatte, dijo que se conformaron hace tres años para llevar perros a esterilizar al quirófano móvil del municipio. Y ahora decidieron enfocarse en campañas para encontrarle hogar a los cachorros, a los que Malvina llama “bebés”.

Dijo que “cuesta bastante, porque hay suerpoblación”. Otro obstáculo que señaló es “las gran cantidad de viviendas de alquiler que no admiten mascotas”.

Mayoría de mujeres

El trabajo que realizan es estrictamente voluntario, y no sólo le dedican tiempo. También ponen sus propios vehículos, costean muchos gastos y ofrecen sus casas como “hogares de tránsito”. El 90% son mujeres. “El problema de los perros es terrible y la mujer tiene otra sensibilidad, un sentido del cuidado y la protección”, dijo una de ellas.

Algunas organizaciones ponen alcancías en los negocios para reunir fondos, pero con poco resultado.

Malvina dijo que el municipio en los últimos meses intensificó las castraciones y cree que “si no alcanzan es porque hay mucha gente irresponsable”. Refirió que un problema son los perros que están en la calle, los comunitarios y las “mamás salvajes”, que tienen sus cachorros en cualquier terreno apartado.

Perritos se ocupa de entregar en adopción los cachorros, verifica que el lugar donde lo reciben esté cercado, y luego realizan un seguimiento, que incluye el “compromiso de castración” por parte del adoptante. No todos los operativos funcionan. “Hay gente que los devuelve porque no los puede mantener o porque el perrito es muy activo”, aseguró Olatte.

Cingolani admitió que la tarea es desgastante y “no hay nadie que aguante”. Si las organizaciones se mantienen en marcha es por el trabajo en equipo y por el reconocimiento que reciben. El Concejo Municipal premió días atrás a Mi granito de arena por el trabajo desinteresado que realizan para “lograr el equilibrio poblacional de fauna canina, disminuir los abandonos y erradicar los casos de maltrato animal”.

Presupuesto

El municipio tiene dos quirófanos en funcionamiento para realizar las castraciones, que en todos los casos son gratuitas, tanto de perros como de gatos. Uno funciona en Zoonosis, en la zona de Ñireco. El otro, de tipo “móvil”, tiene asiento permanente en el barrio 2 de Abril. Este último es sostenido con ayuda de Nación.

Para alojar perros peligrosos o enfermos cuenta con 22 caniles.

El presupuesto destinado este año al programa “Control de fauna urbana” es de 6.273.801 pesos, que se suman a otros 5.444.791 para “Administración de Veterinaria y Zoonosis”.

En total son 11,7 millones, que en el presupuesto municipal 2020 (todavía en tratamiento) serían elevados a 13,8 millones. Un aumento interanual de 17,9%, que está bastante por debajo de la pauta inflacionaria.

Masividad

Otra integrante de Mi granito de arena, Alejandra Ubieta, dijo que trabajan bien con el municipio y que su foco está puesto en “encontrar y esterilizar a los animales que no acceden, a pesar de las campañas”, entre los que enumeró “los perros sin dueños, los semicomunitarios y los asilvestrados”.

También facilitan la castración de aquellos que pertenecen a “familias en condiciones de vulnerabilidad”, que no tienen para pagar un remise hasta el quirófano. “Hacemos relevamientos en los barrios, recibimos denuncias por Facebook, se trabaja mucho en red”, aseguró.

Como la masividad es una de las claves, Mi granito de arena cuenta incluso con un método para capturar perros hostiles mediante “jaulas trampa”. Explicó que “cuando tienen hambre es fácil, pero cuando el animal come bien, por ejemplo los que están en el vertedero, no es sencillo atraparlos”.

Según Alejandra, uno de los reclamos es que el municipio incorpore dardos tranquilizantes, que permitan capturar y esterilizar ese tipo de animales.