Crimen de Giselle Monje: realizarán nueva pericia genética

INVESTIGACIÓN

El juez de Instrucción Marcos Burgos hizo lugar al pedido del fiscal Eduardo Fernández, quien había pedido una nueva prueba genética en la investigación del crimen de Giselle Monje, quien fue asesinada a principios de diciembre pasado.

Fuentes judiciales informaron esta semana que el juez admitió el pedido del fiscal y ordenó que se haga la prueba en el laboratorio de Biología Forense que funciona en Bariloche y que depende del Poder Judicial de la provincia.

Las fuentes explicaron que el objetivo es cotejar muestras que analizaron peritos forenses de Gendarmería Nacional en la ciudad de Buenos Aires con las que tiene el laboratorio forense local y los estudios de ADN que se hicieron a los dos imputados en la causa, Roberto Bordón y Eduardo Ariel Fernández.

Burgos les dictó el 24 de enero pasado la falta de mérito a los imputados por falta de pruebas para procesarlos y dispuso que sean liberados.

Para el fiscal de la causa, el informe del gabinete forense de Gendarmería Nacional sobre las muestras analizadas es ambiguo. Por eso, quiere mayores precisiones. Mientras, el defensor de los imputados Ernesto Saavedra ya pidió en dos ocasiones el sobreseimiento de Bordón y Fernández.

Giselle fue hallada muerta el 11 de diciembre pasado en un descampado próximo al barrio Vivero, donde vive su familia. La autopsia reveló que la joven recibió dos puñaladas en el cuello, que provocaron una grave hemorragia y desencadenaron su muerte.

La chica fue vista con vida por última vez la noche del 8 de diciembre último en cercanías de la vivienda que Fernández alquilaba en el barrio Abedules. El cuerpo de la chica estaba en avanzado estado de descomposición cuando lo encontrraron, lo que complicó el trabajo del gabinete de Criminalística. La víctima tenía 21 años, era alumna de la Universidad de Río Negro y militaba en la juventud radical.

Bordón, quien trabajó como chofer del exintendente municipal Oma Goye, y Fernández fueron detenidos la mañana del 8 de enero pasado por orden del juez de feria Martín Lozada, quien dispuso varias medidas de prueba a pedido del fiscal. Decenas de llamadas entre los sospechosos y la víctima era uno de los indicios.

Hasta el momento no aparecieron testigos clave que ayuden con la investigación. Y los estudios de ADN que hizo Gendarmería no fueron determinantes como esperaba el fiscal.

DeBariloche