Crimen de Zapala: una pericia psicológica declaró «aptos» a los hermanos Jara

Fernando y Matías tenían casi todo listo para ingresar a la Policía de Neuquén. Ambos cumplen prisión domiciliaria por el crimen de su padre Orlando.

Fernando y Matías Jara cumplen prisión domiciliaria imputados por haber asesinado a su padre, Orlando Jara, en Zapala el domingo 26 de enero pasado. Fue un homicidio con detalles singulares: lo cometieron a golpes y puñaladas, en la calle, delante de sus vecinos. Y cuando el hombre estaba muerto, Fernando lo decapitó, se tomó una selfie y se la envió a un amigo.

El estado psicológico de los hermanos es uno de los puntos más controvertidos del caso. De acuerdo con el relato de vecinos y familiares, durante muchos años fueron víctimas de castigos corporales y malos tratos: Orlando era un hombre violento, que acostumbraba beber alcohol y en ese estado golpeaba a sus cuatro hijos y a su esposa.

«Los chicos son buenas personas. Yo ví la violencia con la que los trataba su papá. Los golpeaba y a veces, en pleno invierno y con nieve, los dejaba afuera», relató por ejemplo a RÍO NEGRO la vecina Verónica Garrido.

Sin embargo en la escuela las maestras no detectaron el suplicio que vivieron los chicos durante su infancia y adolescencia. «Jamás lo sospeché, y esa es una angustia muy grande que tengo», dijo Teresa Núñez, que fue maestra de los dos hermanos y de un tercero, Diego.

Diego es policía provincial, y esa misma profesión querían seguir Fernando (que fue soldado voluntario) y Matías. Ya habían cumplido varios requisitos, entre ellos, la pericia psicológica.

De acuerdo con fuentes vinculadas con la investigación, poco antes del homicidio los hermanos Jara se realizaron sendas pericias psicológicas, obligatorias para el ingreso a la institución policial.

"Aptos" para la Policía

«El resultado fue ‘apto’, en ambos casos», dijo la fuente ante una consulta de este diario.

Esa pericia ya está incorporada al legajo como un indicio más de la investigación.

De todos modos, a Fernando y Matías se le realizarán nuevas pericias psicológicas y psiquiátricas, porque tanto la fiscal Sandra González Taboada como el defensor particular Gustavo Lucero coinciden en que determinar con la mayor precisión posible el estado en el que se encontraban los dos hermanos al momento de cometer el crimen será fundamental para fijar responsabilidades.

Como informó RÍO NEGRO, hasta ahora los imputados no pudieron hablar del caso. Tienen angustia, que se expresa en crisis de llanto e inapetencia.

Según se pudo averiguar, no están medicados ni reciben asistencia psicológica.

Desconcierto

Las personas que los conocen aún están desconcertadas por lo que sucedió. Fernando, a quien en su círculo más cercano apodan «Fulano», fue soldado voluntario y cumplió una misión solidaria con el Ejército en Haití. «Siempre fue buena persona, nunca faltó el respeto a nadie», aseguran sus amigos. Le gustan los deportes al aire libre y los cómic, en especial el antihéroe Deadpool.

«Fueron muchos años de maltrato psicológico», es la explicación que eligen los amigos de los jóvenes para explicar lo sucedido. Y diferencian al padre del resto de la familia. «Él era violento», aseguran.

Además lamentan que «esto pasó justo cuando se estaban por ir a la Policía. Matías terminó la secundaria, Fernando salió del Ejército, los dos se estaban por meter a policías. Fue de mala suerte que justo pasó esto», dicen.

El día siguiente al crimen debían presentarse para un examen toxicológico.


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