Crónica de la huella más dolorosa del coronavirus en Roca

Es la ciudad con mayor cantidad de víctimas fatales por el coronavirus. El municipio tuvo que tomar la dura decisión de ampliar el sector para los fallecidos y también licitó la construcción de un crematorio.

Los separa una hilera de árboles pero a simple viste se nota la diferencia con el resto de las sepulturas del cementerio municipal. Todas tienen cruces de madera pero claramente se puede observar que estas fueron hechas «a las apuradas», como si todas fueran muertes repentinas; como si nadie las esperara, como si no tuvieran explicación.

Algunas, las menos, están identificadas con el nombre del difunto de manera prolija pero la mayoría están escritas con birome; sólo para mantener la orientación del lugar donde está sepultada la persona.

Algunas flores secas acompañan las primeras tumbas que se cavaron en el inicio de la pandemia mientras que algunos ramos sueltos y varias coronas, sirven como tributo de los últimos entierros.

Día tras día llegan al cementerio municipal los cuerpos de las víctimas que el covid-19 ha dejado en su camino. Hay 38 sepulturas pero los trabajadores siguen cavando fosas porque saben que la cifras aumentarán.

Anoche se confirmaron otras tres muertes por lo que la cifra asciende a 41.

Es más, las autoridades del cementerio municipal ya tienen planificado habilitar un nuevo sector teniendo en cuenta que -de seguir con estas estadísticas- rápidamente el ala habilitada para víctimas del coronavirus se completará rápidamente.

«Todo ha sido muy rápido. Un día tuvimos que cambiar todo el sistema. Y ahora, por la cantidad de víctimas, ya tenemos planificado habilitar otro sector del cementerio. Tratamos de que sea una zona separada ya que no pueden entrar todas las personas», explicó uno de los empleados del cementerio que se encuentra ubicado sobre calle Mendoza y Del Libertador en la zona este de la ciudad.

Se implementó un nuevo protocolo para los trabajadores y para los familiares. (foto: Juan Thomes)

Cambió el ritual


La fría mañana del martes (1/9), los encontró a Manuel y a Claudio cavando fosas en un pequeño sector lindante a uno de los cercos perimetrales del cementerio. Lo llaman el lote de «los muertos por el covid».

El aviso había llegado por la mañana: «a las 11:30 llega otra víctima de coronavirus». Y el alerta los obligó a comenzar, otra vez, con el nuevo ritual que implica colocarse botas de goma, trajes especial, guantes y máscara.

A estos trabajadores municipales el covid-19 también les ha cambiado su vida personal y laboral. Saben que hay un riesgo latente y temen.

«Esto es distinto a todo lo que uno ha vivido en este trabajo. Ahora las personas no pueden acercarse mucho. Yo, por ejemplo, cada vez que sepultamos a una víctima de covid trato de no ver a mis hijos por un par de días. También tengo miedo», reveló Manuel mientras prepara el terreno para recibir a la última víctima de esta semana, un hombre de 81 años.

«Este es el camino final del covid», asegura uno de los municipales. (foto: Juan Thomes)

Este es el camino final del covid. Nosotros lo vemos todos los días y por eso la gente tiene que cuidarse. Si uno no se resguarda nadie lo va a hacer. Yo tengo a mis padres y a mis hijos, hay que cuidarse también por ellos»

Manuel, sepulturero del cementerio de Roca.

El covid obligó a establecer nuevas normas para despedir a las personas que perdieron la vida en medio de la pandemia. Por ejemplo, las familias ya no se pueden acercar a la sepultura y el acompañamiento no se puede extender por mucho tiempo.

Tampoco se puede acceder a la parcela destinada a las víctimas de covid-19 a cualquier horario y es por eso que hay ciertas delimitaciones para impedir el libre tránsito por este sector del predio.

«La gente se tiene que mantener alejada. A veces es difícil decirles que no se pueden acercar mucho porque es un momento doloroso, pero es la realidad», se lamentó otra de las personas que trabaja en el predio.

Parece difícil de explicar, dijo, pero cómo se le dice a alguien que no puede acercarse a la tumba de su padre, de su madre o tal vez de su hijo.

El ritual duró solo unos minutos. Cuatro personas adultas observaron la inhumación y luego partieron rápidamente, dejando atrás el triste recuerdo de la despedida.

La última víctima de covid-19 fue sepultada el martes, en el cementerio de Roca. (foto: Juan Thomes)

Nuevo crematorio


En medio de la pandemia, el municipio de Roca lanzó la licitación de un crematorio que próximamente comenzará a funcionar en el cementerio municipal. Funcionarios de la comuna reconocieron que no fue una decisión fácil pero explicaron que el proyecto no es nuevo y que desde hace ya un tiempo se venía gestando.

«Será una opción más a la hora de despedir a un familiar«, reconoció una fuente de la comuna, quien aclaró que es difícil el contexto pero que este proyecto se pretende tener una herramienta más en medio de la pandemia.

Se trata de la Licitación Publica N°11/2020, que prevé la construcción de un edificio que cumplirá funciones de crematorio. «La obra incluye todas las instalaciones necesarias para el correcto funcionamiento del sistema y prevé un presupuesto oficial de 7.953.000,00 pesos.

Desde el municipio explicaron que esta iniciativa modificará sustancialmente las opciones de los vecinos de Roca, tal como sucedió cuando se inauguraron las salas velatorias en el cementerio de Roca.


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