Cuando las tecnologías de la información restan en vez de sumar

Hacer un uso racional de las herramientas digitales, y no cada vez que se tengan deseos o ganas, es el desafío que hoy enfrentan no solo las personas sino también las organizaciones respecto de sus empleados.

Nada menos que el 57,7% de una muestra de personas consultadas, en un estudio en nuestro país, afirma que en conversaciones cara a cara, en el ámbito familiar y de amigos, el interlocutor se pone a ver el celular en medio de la conversación mientras que el 12% reconoce niveles muy altos de uso excesivo y continuo de las Tecnologías de la Información.


No es una novedad que el chequeo permanente de los mensajes, correos electrónicos y novedades de las redes sociales puede llegar al nivel de adicción para las personas. En relación a ello, la misma encuesta estableció que un 27% de argentinos siente ansiedad si no tiene acceso a internet o al teléfono celular.


Ahora, cuando esa conducta se mantiene en los lugares de trabajo se convierte, como mínimo, en una distracción que afecta las tareas pero puede llegar a incidir claramente en la eficiencia e, incluso, en la seguridad laboral.

«Estar conectados» todo el tiempo no siempre se traduce en efectividad.


Un estudio efectuado por profesionales del Observatorio de Tendencias Sociales y Empresariales de la Universidad Siglo 21 midió la “Tecno-adicción e impacto laboral y social del uso de celulares en argentinos”.


El informe que acaba de darse a conocer recabó sus datos entre agosto y octubre de 2018, sobre poco más de un millar de personas de entre 18 y 70 años residentes en las ciudades de Buenos Aires, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Corrientes, Mendoza, Rosario y San Miguel de Tucumán.
Sus autores son Carlos L. Spontón, Leonardo A. Medrano y Lucas Lapuente.

Cuándo es una adicción


Antes de entrar en los resultados, ellos precisan que “la adicción a las Tics está considerada un daño psicosocial que disminuye la salud de las personas. Actualmente, en los ámbitos científicos se asume que aquellas personas cuyo uso de las tecnologías sea excesivo, junto a la presencia de un impulso involuntario por usarlas, están en riesgo de padecer una adicción a las tecnologías”.

Hay impacto negativo (de las Tics) cuando resta capacidad y eficiencia a la persona, dado que la manera en que lo utiliza le hace perder tiempo, aumentan las distracciones, los problemas de metodología, procrastinación, por nombrar algunos casos».

Del estudio realizado por Carlos L. Spontón, Leonardo A. Medrano y Lucas Lapuente (Universidad Siglo 21)


“Tomando en consideración estas dos variables -señala el estudio- se encontró que en la muestra argentina:

• Casi el 12% tienen niveles muy altos de uso excesivo y continuo y
• Cerca del 34% tienen niveles muy altos de uso compulsivo de Tics.

Mayor riesgo en varones


También se encontró que los niveles de riesgo de adicción a las tecnologías son levemente más altos en los varones que en las mujeres.
En cambio, no se encontraron diferencias remarcables en cuanto a la incidencia respecto al nivel educativo de los entrevistados.

El smartphone


En cuanto al omnipresente teléfono móvil el estudio profundiza en dos aspectos contratastantes:
Por un lado, aquellos que manifiestan un impacto positivo cuando favorece la productividad, aumentando la eficacia personal (trabajo o estudio), y la persona lo usa cuando le conviene: como una herramienta de organización, gestión del tiempo, o facilitador de tareas, entre otras posibilidades.


En la muestra, se encontró que con frecuencia o alta frecuencia:
• El 30,7% considera que el celular aumenta su productividad
• El 48,2% afirma que el celular le ayuda a organizarse
• El 34,5% siente que el uso del celular le hace ganar tiempo valioso.


Por el contrario, se habla de impacto negativo cuando resta capacidad y eficiencia a la persona. En tal sentido, se encontró que, con frecuencia o alta frecuencia:


• El 16,6% considera que el celular disminuye su productividad
• El 24,5% interrumpe sus tareas para chequear el celular
• Al 9,8% le cuesta concentrarse en su trabajo, debido al uso del celular
• El 26,3% afirma que el uso del celular le hace perder tiempo valioso.

Impacto social


Los autores señalan que si bien el celular puede ser un instrumento que conecte a las personas existe un riesgo que, por no poder dejar de prestarle atención en medio de interacciones sociales, uno “destrate” (una forma leve de maltrato social) a la persona que tenga al frente. También, sin quererlo, uno puede interrumpir el diálogo social con alguien “presente”, por estar usando el celular. A esto se le llama “phubbing”.

Recomendaciones


Luego de analizar los datos, el estudio recomienda:


• Regular reflexivamente las conductas excesivas (estar atento al tiempo de uso y el valor que las tecnologías le agregan a su vida)


• Controlar las conductas compulsivas (entrenarse en el manejo de uso racional y prudente de tecnologías equilibrando con conductas de contacto social “cara a cara”)


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