«En el barro»: una mirada desde adentro de la impactante serie de Netflix que es furor global

Invitado por Netflix, Diario RÍO NEGRO participó de una mesa virtual, a propósito del estreno de la serie que ya es un suceso global. Las actrices Rita Cortese y Lorena Vega hablaron de sus personajes, del espíritu de la trama y de cómo trabajaron el tono narrativo.

“La Quebrada es mi casa. No voy a permitir que arruinen todo lo que construí en todos estos años”, dice Cecilia Moranzón mirando a los ojos de sus interlocutoras. ¿Por qué Moranzón siente que ese lugar infernal que es La Quebrada es su casa? ¿Y qué se supone que construyó allí que no va a permitir que le arruinen? La Quebrada es una feroz cárcel de mujeres y Moranzón, interpretada por una sólida Rita Cortese, es su férrea directora.


Sus interlocutoras son cinco nuevas presas, las “embarradas”, lideradas Gladys Guerra (Ana Garibaldi), la viuda nada menos que de Borges (Claudio Risi). Son cinco, pero debieron ser siete: una escapó en medio del traslado y la otra murió ahogada durante el traslado cuando el camión que las llevaba a La Quebrada fue atacado por cómplices de “La Gallega” Vilches para liberarla. El camión cae a un río y logran escapar todas menos una, la sobrina de María Duarte (Cecilia Rosetto), una de las líderes del penal.


Al salir del camión del traslado, las cinco reclusas llegan a la orilla, todas embarradas, y así como están, ingresan finalmente a La Quebrada, donde las recibe Moranzón. La directora sabe que este grupo puede traerle problemas. Son nuevas , no las conoce, salvo a una, la única con conocimiento de todo ese inframundo: Gladys Guerra, por supuesto.


En el barro, la flamante producción argentina que Netflix Latinoamérica estrenó hace unos pocos días, ya alcanzó el primer puesto en el Top 10 global de series de habla no inglesa con 5.6 millones de visualizaciones en todo el mundo en su primera semana de estreno.

Universos paralelos

Con En el Barro, el productor Luis Ortega retoma el universo de El Marginal y desarrolla este spin off situado en una cárcel de mujeres para contar todos los infiernos posibles de un lugar invivible… hasta que se lo tiene que habitar.

Mientras son conducidas a la prisión de La Quebrada, Gladys Guerra “la Borges” y un grupo de condenadas sin historia previa en el mundo carcelario, viven una situación límite que las unirá para siempre.

En El Barro. Rita Cortese. (Cris Welcomme / Netflix ©2025)

En el Barro relata la transformación de este grupo de detenidas que deberán enfrentar la vida en prisión, luchando contra la adversidad del régimen carcelario, con el desafío de conseguir su propio lugar, peleando por derechos y beneficios, y resistiendo el avasallamiento de las diferentes “tribus” que manejan el cotidiano de la cárcel. Sin buscarlo, se convierten, en “Las embarradas”.

Lorena Vega. (Foto: Cris Welcomme / Netflix ©2025)

Las “embarradas” Marina Delorsi (Valentina Zenere), acusada de matar a su novio; Yael Rubial (Carolina Ramírez), colombiana, madre soltera atrapada llegando a Ezeiza como mula de narcos; Olga Giuliani (Erika de Sautu Riestra), falsa médica esteticista;“Solita” Rodríguez (Camila Peralta), punguista callejera que mata accidentalmente una persona en la vía pública; y la mencionada Gladys Guerra (Ana Garibaldi), a la que luego se les sumará la recapturada “Gallega” Vilches (Ana Rujas), cómplice de un narco; se adaptarán de inmediato a ese submundo en busca de una sola cosa: sobrevivir para poder salir.

Vidas de mujeres en una cárcel

En una mesa de prensa virtual de la que, invitado por Netflix, participó Río Negro, junto a La Capital de Rosario y Cadena 3 de Córdoba, Rita Cortese y Lorena Vega, contaron detalles de la producción y revelaron cómo lograron construir sus respectivos personajes.


En el caso de Lorena Vega, Fabiana La Zurda, una de las líderes de La Quebrada que maneja a un grupo de presas que producen videos pornográficos con el que recaudan dinero. “Tratar de darle a esta mujer algo de bondad, siendo tan tremenda. Ese creo nque fue mi desafío más grande”, dice Rita Cortese sobre su personaje, el de la oscura y siniestra directora del penal.

En el Barro. Rita Cortese como Moranzon, Gerardo Romano como Antin. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


Por su parte, Lorena Vega (Envidiosa, Mazel Tov, Norma) reconoce que En el barro fue su primer proyecto de tener responsabilidad con un personaje que tenga un arco más extenso. “Es un elenco coral, donde todas teníamos la oportunidad de hacer lo propio y a la vez de conocernos más entre muchas, de intercambiar”.


“Al principio, yo audicioné y no se sabía bien a cuál iba a entrar”, confiesa la actriz que sobresalió como la psicóloga en Envidiosa). “Había como un enroque de cuál iba a ser cada actriz y me terminó tocando La Zurda. Yo agarraba viaje con el que digan (risas), pero me tocó uno que me gustó mucho”.

En el Barro. Lorena Vega como La Zurda. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


Sensual y decidida, La Zurda era muy joven cuando se enamoró de Lalo, quien se convirtió en su proxeneta, al regentar un prostíbulo junto a su hermana, Victoria, la “madama” del lugar. “La Zurda” cayó en la adicción a las drogas, pero ellos la ayudaron a superarla, y la relación entre los tres se profundizó.

Cuando una denuncia de trata de personas tomó estado público y fueron detenidos, Lalo consiguió una pena leve, y enseguida recuperó la libertad. “La Zurda” y su cuñada están desde entonces juntas en La Quebrada, cumpliendo condena. “La Zurda” maneja un sector completo y busca pelearle el poder a María (Cecilia Rosetto), su antigua protectora en la cárcel, de la que se independizó.

En el Barro. Valentina Zenere como Marina. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


Aquí hay un punto de los más interesantes que ofrece la serie, más allá del alto impacto de su narrativa y de las imágenes de violencia y de abuso de todo tipo: qué sucede cuando es la mujer la que cae presa. Qué sucede con la mujer presa, dentro y fuera de la cárcel. En este sentido, En el barro ofrece una mirada muy interesante al respecto.

En el Barro se estrenó el 14 de agosto y es una de las series más vistas de Netflix. Con más de 5,6 millones de visualizaciones, se ubica en el Top 10 en 41 países.



La respuesta, una de ellas al menos, es que se queda sola y debe autoabastecerse para subsistir material, emocional, física y psicológicamente allí dentro. Entonces aparece ese mundo que Moranzón (Rita Cortese) dice haber construido y que no permitirá que le arruinen. Es un mundo de subsistencia incluso para ella, que no es rea, sino autoridad. La máxima autoridad. Pero así son las cosas en ese submundo infernal que es el servicio penitenciario, uno en el que hasta su máxima autoridad debe hacerse de un mundo sustentable.

Pesos pesados de La Quebrada. Ana Garibaldi como Gladys y Cecilia Rossetto como Maria. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


Ese mundo está hecho de alianzas tan inestables como puedan serlo cuando sus protagonistas solo piensan en sobrevivir. “No confíes nadie, acá nadie va a ser tu amiga. Pensá en como sobrevivir, nada más”, le dice la viuda de Borges (Ana Garibaldi) a Marina (Valentina Zenere).


En el Barro muestra entonces toda gama de pymes intracarcelarias que aportan a una cooperativa que se encarga de cubrir todas las necesidades de las reclusas, que debería cubrir el estado pero que nunca llega porque, digámoslo así, se pierden en el camino.

“Esta serie muestra que las mujeres también podemos tomar lugares de mucha crueldad”.

Lorena Vega


Acaso la más impactante de esas pymes por lo explícita que aparece reflejada, sea la de productora de cine porno manejada por La Zurda y que moviliza a actrices, extras, equipo de producción y hasta de sanidad y estética, cuando la “doctora” Olga Giuliani (Erika de Sautu Riestra), una de las “embarradas”, se suma al staff.


El producto se vende extramuros vía billeteras virtuales e incluye servicios presenciales muy bien pagos por cierto vía complicidad de las autoridades que dejan hacer a cambio de que les dejen hacer. Y aquí volvemos a Moranzón, quien junto al médico del penal, el doctor Soriano (Marcelo Subiotto, Púan, El Eterrnauta, entre otras) trafican bebés nacidos en cautiverio. “Esta serie muestra que las mujeres también podemos tomar lugares de mucha crueldad”, dice Lorena Vega en un momento de la charla.

Una de las embarradas. Camila Peralta como Solita. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


La mujer presa se queda sola y esa es una de las diferencias respecto de El marginal, apunta Cortese, donde la mujer sostiene al ahombre preso. Al revés, no sucede. O sucede mucho menos. Veamos.
El marido proxeneta de La Zurda se llevó una condena menor y ya quedó libre; La Zurda, en cambio, come años y años adentro.

El marido de la doctora trucha solo la visitó para pedirle el divorció, no antes de decirle que afuera las cosas se están poniendo feas en serio con el tema de la mala praxis. Olga le recuerda que eran socios en la clínica, que no se puede borrar así como así. Es entonces cuando entiende que adentro pasan cosas más interesantes que afuera.

La pareja de Cleo, el personaje de María Becerra (toda una revelación como actriz, por cierto), la visita solo para extorsionarla con negarle a su hijo si no le pasa plata: ella que está presa lo tiene que mantener a él, que está afuera. Y así.


“Yo me animaría a decir que el nivel de crueldad que tiene no sé si es tanto el nivel de crueldad que hay en una cárcel como lo que se replica”, apunta Cortese. “Lo que sí sé es que lo que se ocurre en las cárceles es una réplica de lo que pasa en la sociedad, eso es así, se repite, hay algo que se repite con mayor intensidad, con menor intensidad, pero los hábitos de poder, las diferencias de estatus se replica lo mismo absolutamente lo mismo”.

Juan Gil Navarro como Peralta, el gobernador. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


Lorena Vega aclara que “En el Barro es una ficción, sabemos que estamos haciendo una ficción. No es un documental es una ficción, entonces los bordes son más elásticos, sabemos que estamos actuando. Eso le permitió a los guionistas escribir otras cosas dejando al margen que siempre la realidad supera la ficción, pero bueno, como dice Rita, hay escenas de mucha violencia que son realmente construidas para que la serie tenga su propia magia y no tanto para querer dar cuenta de lo que sucede. Por supuesto que estando con este material entre manos tuvimos un acercamiento a ese universo del encierro que quizás no tenés si no trabajas ahí, si no tenés familiares ahí”.

Erica de Sautu Riestra como Olga. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


Decir que En el Barro es una ficción no es una obviedad, aunque lo parezca. Ante la pregunta qué tan real es el mundo carcelario femenino que nos muestra la serie, la respuesta es que la ficción debe ser creíble antes que real . Debe ser un mundo posible y no la réplica del mundo tal cual es. En el Barro nos ofrece un tipo de cárcel para mujeres posible con determinadas relaciones de fuerzas posibles.


Por ejemplo: ¿es posible hacer cine porno en la cárcel, qué tan real es eso? En La Quebrada sí porque se dan las condiciones necesarias para que sea posible y creíble.

Conexiones marginales y barrosas

La conexión entre El Marginal y En el Barro Gladys Guerra, “La Borges”. Este personaje, que ya apareció en El Marginal como la pareja de Mario Borges (Claudio Risi), termina en la cárcel y se convierte en el eje central de En el Barro. Sobre todo cuando trasciende quién realmente es: la viudad de Borges.


La presencia de “La Borges” permite conectar y comparar ambos universos narrativos. Además, este personaje aporta una perspectiva femenina al mundo carcelario, que hasta ahora fue abordado principalmente desde una perspectiva masculina.

Alejandra «Locomotora» Oliveras como Roqui. (Foto: Consuelo Oppizzi / Netflix ©2025)


“Lo que traté de buscar en el personaje es angustia, una angustia por algo perdido”, dice Cortese. “Eso para no hacer lo obvio. La actuación es obscena, que significa lo que está fuera de escena. Lo que uno va trabajando es lo que sustenta la palabra, hay un gran recorrido como un gran mercurio que atraviesa todo el cuerpo para decir una frase como ‘te amo’. Y lo que intenté fue trabajar esa parte, la angustia de esta mujer, la soledad para mitigar un poco tanta crueldad”.


En su caso, Lorena Vega pensó en grandes dolores para construir a La Zurda: “Pensaba grandes dolores y heridas supuestamente asumidas. Como que hay algo donde mi personaje lo sabe, lo ve, lo tiene claro y decide seguir adelante. Hablábamos mucho de cuáles serían las lianas que pueden tener esos personajes para seguir adelante, dónde le encuentran sentido, con qué se ilusionan, con qué se enganchan. Pensaba mucho en ese tironeo, qué es lo que a ella le da esperanza y cómo habita cada día con algo que ya sabe que ha sido quemado y que nunca va a cambiar”.


Otro aspecto destacado de la serie que ya tiene confirmada una segunda temporada, es su universo narrativo coral hecho de una diversidad que finalmente funciona. En él conviven artistas consagradas como Rita Cortese, Cecilia Rosetto y la gran Juana Molina, quien volvió a una ficción después de treinta años; actrices sólidas como Lorena Vega, Ana Garibaldi y Carla Pandolfi; jóvenes talentos como Valentina Zenere, Camila Peralta y la española Ana Rujas; casi desconocidas para el gran público como Erika de Sautu Riestra; talentos de otras disciplinas que se probaban por primera vez en la actuación como la cantante María Becerra y la boxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras, quien falleció a fines de julio, semanas antes del estreno.


“Fue una muy buena compañera que estaba feliz de actuar, de participar, que estaba interesada en hacerlo bien, cada vez mejor”, la recordó Lorena Vega. “Nosotras en el chat que tenemos todas las chicas de la serie nos fuimos enterando por los medios, íbamos compartiendo lo que íbamos sabiendo y la verdad es que todas estábamos ilusionadas en que iba a salir adelante y lo vivimos con dolor”.


“La Quebrada es mi casa. No voy a permitir que arruinen todo lo que construí en todos estos años”, dice Cecilia Moranzón mirando a los ojos de sus interlocutoras. ¿Por qué Moranzón siente que ese lugar infernal que es La Quebrada es su casa? ¿Y qué se supone que construyó allí que no va a permitir que le arruinen? La Quebrada es una feroz cárcel de mujeres y Moranzón, interpretada por una sólida Rita Cortese, es su férrea directora.

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