María Callas: Angelina Jolie y la ópera de los setenta
El chileno Pablo Larraín dirige a la actriz en un filme biográfico basado en la vida de la soprano más importante del Siglo XX. La película nos muestra su vida y obra y posterior muerte a través de un relato que va y viene en el tiempo.
Pablo Larraín es un cineasta que viene triunfando en Hollywood desde hace alrededor de una década, trayecto en el cual ha conseguido nominaciones tanto a los Premios Óscar como a los Globos de Oro por sus reconocidas obras No (2013; película protagonizada por Gael García Bernal que relata los hechos de la campaña del No en el plebiscito de 1988 en Chile), El Club (2015; historia de cuatro sacerdotes católicos que se esconden en una casa de retiro luego de cometer delitos) y Neruda (2016; drama que muestra la persecución política que sufrió el poeta y senador comunista Pablo Neruda durante el gobierno de Gabriel González Videla).
Poco tiempo después de Neruda (2016), Larraín empezó a enfocarse en obras basadas en reconocidas mujeres que han marcado un antes y un después en la historia de algún modo – en distintos ámbitos – y así llegó Jackie (2016), película biográfica sobre la vida de Jacqueline Kennedy, la entonces esposa del presidente estadounidense John. F. Kennedy que sirvió como primera dama durante los primeros años de la década de los sesenta, quien fue interpretada nada más y nada menos que por Natalie Portman.
A la biopic de Jackie (2016) le siguió Spencer (2021), drama biográfico que se centró en la vida de Diana, la princesa de Gales, más específicamente en el momento en que “Lady Di” decide separarse del príncipe Carlos, renunciando a la familia real británica. Para Diana, Larraín recurrió a Kristen Stewart, actriz que saltó a la fama gracias a su protagónico en la saga Crepúsculo (Twilight, 2008-2012).
Y ahora sí, completando esta “trilogía” de mujeres icónicas del Siglo XX, Larraín estrena dentro de poco en nuestro país María Callas (Maria, 2024), película que la tiene a Angelina Jolie (quien, a esta altura, no necesita introducción alguna) en el rol protagónico de María Callas, la cantante de ópera que construyó una exitosa y reconocida carrera entre los años cincuenta y setenta, a quien llegaron a apodar como “La Divina”, por sus talentos tanto vocales como actorales.

Este nuevo drama biográfico se estrenó el pasado 29 de agosto en el 81° Festival Internacional de Cine de Venecia, en donde compitió por el León de Oro, el mayor galardón del evento, y, a nivel internacional, la película fue estrenada vía streaming en Netflix, aunque en Argentina no es el caso, pues en nuestro país nos va a llegar a la pantalla grande a mediados de febrero, según informó la distribuidora Diamond Films.
Cabe destacar que el estreno estaba previsto para fines de enero, pero debido a la competencia de la cartelera actual y la ocupación de la casi totalidad de las salas con los “tanques” del verano, se tomó la decisión de retrasarlo unas semanas para que su rendimiento en taquilla sea, al menos, lo más apacible posible.
La historia de María Callas, además de contar con el talento de Angelina Jolie a la cabeza, tiene a la italiana Valeria Golino interpretando a Yakinthi, la hermana de María, a Haluk Bilginer como Aristóteles Onassis, el interés romántico de María, Alba Rohrwacher como Bruna, su ama de llaves, Pierfrancesco Favino como Ferruccio, su sirviente, y Kodi Smit-McPhee como Mandrax, un joven cineasta que entrevista a María acerca de su vida.
Larraín nos muestra al principio del filme el día en que el cuerpo de María es hallado sin vida en su casa en París, el 16 de septiembre de 1977, por sus empleados domésticos. A partir de ahí, nos lleva una semana hacia atrás, en donde nos va contando qué hizo María Callas durante los siete días previos a su fallecimiento, luchando con su enfermedad que la va deteriorando poco a poco y no le permite, entre otras cosas, forzar su cuerpo para cantar.
El relato principal se ve interrumpido por flashbacks, cuando María cuenta su vida a Mandrax, el director de cine que la está entrevistando acerca de su vida y pasado amoroso con el magnate griego Aristóteles Onassis, sumado a algunas escenas que provienen de alucinaciones de la cantante debido a su condición de salud. Por lo que la narrativa no es lineal del todo, sino que va y viene en el tiempo como mencioné antes.
Las películas de Pablo Larraín tienen una estética muy notoria e identificable. Sus películas, generalmente, están vistas desde una cámara que está posicionada detrás de un fino velo de neblina, factor que demuestra que estamos viendo una historia gris, en la que no todo es blanco o negro, sino que se nos está contando el momento de quiebre de una figura, en este caso de la de María Callas. Siempre dije que la paleta de colores de Larraín es triste, sombría, y en esta película vuelvo a reafirmarlo. Todo te transporta a una tarde gris invernal, para ser más preciso.
Angelina Jolie se preparó para el rol de Callas con mucho tiempo de anticipación y se lo tomó muy en serio, según explicó en varios reportajes del último tiempo. Y se nota a la hora de ver la película.
Angelina es una estrella que tiene una presencia escénica avasallante. Es una mujer de carácter fuerte, a la que no le tiemblan las piernas a la hora de plantarse frente a cámara. Te puede gustar más o menos su talento actoral, pero creo que no hay discusión en que la actriz tiene una presencia hipnótica en todo lo que hace. Su interpretación de María Callas es más que creíble. Según ella misma, se preparó y estudió durante siete meses para aprender a cantar ópera antes de comenzar las filmaciones en 2023 en Budapest, Hungría. En ese sentido, no sé cuánto de Jolie hay en el canto y cuánto no, pero por momentos el lip sync – la sincronía de labios – se ve un poco a destiempo, dependiendo la escena de la que hablemos y si nos ponemos detallistas y exigentes.

Este fragmento de vida que Larraín nos cuenta sobre María es complicado desde varios puntos. La cantante lidia con su enfermedad, la cual la va a llevar a la muerte en siete días, a la vez que quiere seguir cantando sin importar cuánto pueda afectar esto a su cuerpo y, entrevistas mediante, recuerda su amorío pasado que la marcó en más de un sentido. Es una María Callas resignada, por momentos apagada y sensible, y por otros fuerte y decidida, caprichosa y desobediente. Y los registros actorales por los que pasa Angelina son varios gracias a esto, y en ningún momento trastabilla. Evidentemente Larraín la estudió bien antes de elegirla para el papel, porque el resultado es excelente. Tal es así, que en su paso por el festival de Venecia la película se llevó muchos elogios, pero la interpretación de Jolie tomó el primer plano y fue el tema de conversación del momento.
Quizás María Callas no sea una película para todos, en el sentido en que puede tornarse pesada por momentos. Tiene que interesarte la vida de esta mujer, primero y principal, la conozcas con anterioridad o no, y tiene que interesarte el cine del cineasta chileno. Es un filme que tiene muchos elementos para resaltar, pero los cines de nuestro país exhiben este tipo de películas – con mucha suerte – durante una semana y con horarios y funciones muy reducidos, por eso creo que es importante hablar (o escribir) sobre ella con semanas de anticipación.
María Callas se va a poder ver en cines del país a partir del jueves 20 de febrero, por lo que pueden ir anotando en su calendario para visitar las salas desde ese día, para ver lo nuevo de Larraín con Angelina Jolie.
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