Martín Buscaglia: «Cualquier canción se puede hacer con una guitarra»
Martín Buscaglia vuelve a la región para una serie de shows entre el Alto Valle y la cordillera. En una entrevista con Diario RÍO NEGRO habló de música, de sus proyectos y, por supuesto, de guitarras
Martín Buscaglia, inquieto, versátil, prolífico y muy solicitado cantautor uruguayo, regresa a esta parte de la Patagonia por tercera vez consecutiva. Porque le sienta bien el lugar y porque al lugar le sientan muy bien sus canciones. No importa cuántas veces venga ni qué esté haciendo o si tiene o no música nueva que mostrar, Martín Buscaglia siempre es bienvenido por aquí. Él lo sabe y por eso vuelve. No por nada la gira se autopercibe como “El eterno retorno al sur”.
Como casi todas sus giras, esta, que comenzará en unos pocos días, es intensa, de miércoles a domingo, del Alto Valle a la cordillera, de Neuquén y Roca a San Martín de los Andes, Villa La Angostura y Bariloche. (ver detalles aparte).
Y como sucede en el último tiempo, Martín Buscaglia, que toca sus canciones con guitarra, sale de gira sin guitarras porque decidió pedir prestadas allí donde le toque tocar. De por qué sale sin guitarra y pide prestadas por ahí, de qué sale cuando toca guitarras desconocidas, de lo mucho que está haciendo a pesar de que su nombre se vea poco y de otras cosas más habló largo y tendido, con Diario RÍO NEGRO desde su Montevideo natal.
P: ¿Qué propuesta traes esta vez para la región? Es una gira bastante intensa, con shows todos los días. R: Una cosa que creo que ya hice en la gira pasada también, es esto de ir lo más despojado posible. De hecho, viajo pidiendo una guitarra a la producción de cada lugar, que es una cosa que para un cantor popular no es tan habitual. Es más común en un pianista, por ejemplo, que no viaja con su piano y pide un piano de tales características en cada lugar.
El músico puede tocar y va a mostrar lo que tiene, sea con el instrumento que conoce de toda la vida, sea con el que se conoció hace poquitito, sea con un instrumento carísimo y hecho por un luthier refinado, o sea con un instrumento más popular y baqueteado por el uso y por las cantarolas.
P: Ahí también hay algo que va más allá de alivianar el equipaje, que sería la excusa evidente, pero abrís el juego al sonido que la guitarra de cada lugar te ofrece.
R: Bueno, mirá lo que me pasa, loco, mirá lo que me pasa. Hay una cosa real que es que más allá de que yo piense un repertorio, cosa que lo hago, pero también el tocar solo, como en este caso, te da mucha libertad en ese sentido.
O sea, podés componer una canción esa misma tarde y no tenés por qué pasar el tiempo ensayándola con tus compañeros porque sos solo vos, entonces podés tocarla esa misma noche o si alguien te pide un tema o lo que sea. Pero hay algo también de la relación de uno con el instrumento. Eso te lo van dando los años también, el fijarte en cosas más detallistas, en matices.
Cuando uno empieza lo que quiere, no sé, un músico, pienso yo, es tocar bien, componer bien, cantar bien, grabar bien. Pero ahí no es que uno llegó a formarse como músico, ahí recién arranca, ahí es como uno llegó a la base, ¿entendés? Y ahí empieza todo un montón de cosas más íntimas, más de la relación tuya con la palabra, con el público, con los viajes también, con el estar en tránsito, con ese nomadismo que viene tan implícito en la música.
“La música me colma de muchas maneras, no solo grabando discos. Grabo cuando siento que tengo un puñado de canciones que están buenas, que los arreglos están buenos y ahí lo quiero grabar”.
Martín Buscaglia
P: Teniendo en cuenta todas estas variables porque la verdad que lo son, ¿qué tenés en mente tocar, más allá de lo que puedas mover de un repertorio a otro?
R: Hay una cosa linda. Por un lado, cerrando esto que veníamos hablando, esto de ir tan despojado a tocar me parece que es un camino bastante natural en los músicos o en los músicos que me interesan a mí. Sin duda, es un camino natural.
Yo veo, por nombrar a grandes héroes, veo a Hugo Fattoruso, que cuando era joven tocaba en Opa con miles de sintetizadores y unas polirritmias loquísimas, y era increíble la música que el loco hacía, pero él ahora que tiene 82 años, toca el piano con una cuerda de tambores de candombe y nada más. O toca el acordeón en una plaza y nada más.
Entonces, no es que haga esto mirándome en esos héroes, pero lo veo y digo ah, mira, claro, se ve que es un camino natural al que te lleva el involucrarte a fondo con la música. A los toques que voy a hacer, también es muy lindo la veteranía, ir envejeciendo de poco, ¿viste? Porque ya tengo un camino recorrido de, no solo literalmente haber viajado mucho, que te da un aprendizaje de cómo viajar, de cómo tocar en un viaje, de cómo vivir una gira, sino que tengo muchas canciones ya.
P: ¿Andás en algo que te tiene ocupado, más allá de la gira?
R: Mirá, cosas que van a salir yo creo que, de acá a fin de año, estuve produciendo unas cosas con Fernando Cabrera. Después estuve trabajando en una música para una película brasileña. Terminé hace unos días una versión de un tema de Bob Dylan para un tributo de músicos uruguayos que va a salir haciendo canciones de Dylan en español. Entonces terminé mi participación.
P: ¿Qué te tocó, pudiste elegir o te dieron?
R: Elegí yo. Elegí “Positively 4th Street” Un temazo. Tiene ese lado maligno que tiene Dylan que es muy lindo. El loco tiene un lado ácido ahí. Le hice una traducción yo.
Después estoy ayudando a Urbano Moraes. Urbano Moraes es un héroe de la música uruguaya. Veterano de la generación de Hugo Fattoruso, de Rada. Me junto mañana (jueves pasado) con él porque se está por hacer una reedición de su primer disco. Estoy escribiendo un texto al respecto de ese disco que es un disco muy místico, muy divino. Se llama Vamos a mirarnos más de frente. Es un disco donde está una de las primeras canciones que yo compuse. Es una letra mía de cuando yo tenía ocho años.
Mi viejo estaba en una obra de teatro, una noche al final de una función, nos fuimos a un bar. Estaba Hugo Fattoruso en ese bar y le escribimos, yo era un niño, mi viejo, Hugo y yo, una carta escrita en las servilletas del bar a Urbano, a este músico crack que vivía en Andalucía en ese entonces. En esa carta le grabé un poema y él ahí volvió a vivir a Uruguay y grabó su primer disco e incluyó ese texto mío con una música de él increíble. Lo estuve escuchando hoy, hace un ratito. Toca Eduardo Mateo, ahí toca Nego Haedo, es un viaje místico. Se llama “Paloma Azul”.
“El músico puede tocar y va a mostrar lo que tiene, sea con el instrumento que conoce de toda la vida o con el conoció hace poquitito, sea con un instrumento carísimo y hecho por un luthier refinado, o sea con un instrumento más popular y baqueteado por el uso y por las cantarolas».
Martín Buscaglia
P: La pregunta también iba porque cuando uno te busca para escucharte, no hay cosas nuevas con tu nombre, pero no paras de hacer cosas, digamos. Estás todo el tiempo grabando, registrando, arreglando, colaborando…
R: Pasan dos cosas me parece ahí. Por un lado, claro, como los discos, más allá de que un poco están lamentablemente desapareciendo, igual los discos marcan como unos mojones, unas bollas ¿no? O Pero claro, entre un disco y otro, el músico sigue haciendo música sin parar.
R: Y en el caso tuyo, particularmente, que sos una persona, además de muy inquieta, muy requerida por músicos para hacer todo esto que estabas diciendo, producir, colaborar, grabar, ¿no?
R: Claro. Lo que me pasa es que la música me colma de muchas maneras, no solo grabando discos. Grabando discos me colma cuando siento que tengo un disco divino, cuando siento que tengo un puñado de canciones que están buenas, que los arreglos están buenos y ahí lo quiero grabar.
Pero si no, no tengo una compulsión por grabar discos, por dejar registro con mi nombre de todo lo que hago, para nada. De verdad, me gustan todos los discos que he hecho, entonces me gustaría que esto fuera así hasta el fin de mis días. Para mis capacidades y mi manera de ser, eso implica no sacar todo lo que se me ocurre ni sacar bulímicamente discos de forma permanente. Son maneras de ser. Hay artistas muy buenos que sacan discos sin parar y hay artistas muy buenos que sacan un disco cada muerte de obispo. No es que una manera sea mejor que otra, pero yo doy más de lo que saca uno cada tanto y ya me gusta eso.
Y después, lo que me pasa es que vos, como decís, me invitan, la verdad que a menudo a situaciones musicales que me interesan y que ya me colman, ya me ya con eso no necesito más.
P: La canción, la versión de Dylan, ¿la incluís en esta gira? ¿La vas a tocar?
R: Bueno, bueno, no lo había pensado, pero si alguien me lo pide, si alguien lee esta nota y me lo pide… (risas) Sería interesante. Sería interesante, claro que sí.
P: Y esa canción con esa letra tuya que hizo Urbano Moraes, ¿la tocaste alguna vez?
R: Alguna vez sí. Lo que pasa es que es un tipo de tema más místico y colgado que tiene que haber una sala que suene muy bien y estemos todos en una muy colocados. O lo he tocado también en banda, con percusiones y todo eso.
De todas maneras, cualquier canción se puede hacer con una guitarra. Mirá, me están dando ganas de tocarla. Tengo unos acordes que son dificilísimos, voy a ver si lo saco en estos días. A ver si la puedo tocar.
P: Siempre pensás en guitarras criollas, acústicas… mirá si unte cae con una eléctrica y un ampli.
R: Y bueno, a enchufarlo (risas) No, está bueno también, está bueno, se toca diferente. Es bien distinto el toque que hay. Pero no pasaría nada, sería interesante. Al contrario. Y me gusta tocar la guitarra eléctrica también, de hecho, cuando toco con la banda, con los Bochamaker, con la banda más funky que ando me funciona, toco guitarra eléctrica en realidad.
Está bueno, es lindo, es otra cosa, o sea, cambian las posiciones de los acordes, cambia la presión de tu mano, cambian las cosas que rinden y las que no, las que funcionan y las que no. Pero eso no me asusta, lo contrario de asustarme, que no sé cuál sería el término, pero bueno, me pasa eso. Lo contrario de asustarme. (risas)
Las fechas de la gira
Neuquén. Miércoles 10, a las 21, en Casatres (San Martín 55)
Roca. Jueves, 11, a las 21, en Casa de la Cultura (9 de Julio 1043).
San Martín de los Andes. Viernes 12, a las 21, en Espacio Trama (Roca 310). Artista invitado: Toch.
Villa La Angostura. Sábado 13, a las 21, en Biblioteca Bayer (Los Maquis 33).
Bariloche. Domingo 14, a las 21, en Biblioteca Sarmiento (Centro Cívico).
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