De la carnicería a tus pies

Nahuel Correa y Lori Carini forman Visceral, una marca que diseña zapatos con mondongo. Sí, mondongo. Un calzado original y con textura particular que muestra que el ingenio no tiene límites.

diseño

Jorge Vergara JVERGARA@RIONEGRO.COM.AR El ingenio es la clave. Eso que puede traducir una idea en éxito o fracaso. Y ahí está la cuestión: acertar, apostar a lo que a nadie más se le ocurrió, ponerle todo el esfuerzo al proyecto, mostrarlo, que guste. Nahuel Correa y Lori Carini son dos ingeniosos que pusieron en marcha una idea y la tradujeron en buen gusto, en calzado, en ventas y en una constante promoción. No son fabricantes de millones de pares de zapatos, son emprendedores, hacedores en cantidades reducidas de lo que se les ocurre. Ellos no apostaron al cuero. Estudiaron, experimentaron y concluyeron que se pueden hacer zapatos, botas, carteras con mondongo, de excelente calidad, muy livianos y de probada durabilidad. Los precios no son exagerados y pueden competir palmo a palmo con el calzado tradicional. “Río Negro” los encontró en plena promoción y venta de sus productos en la Fiesta Nacional del Poncho, en Catamarca, donde se pudo conocer en detalle la idea, el presente y el futuro de un producto diferente, bien diferente a lo ya conocido. La marca que eligieron es Visceral. El que sigue es el diálogo con Nahuel Correa. –¿Dónde surge la idea de utilizar un producto que genera cierto rechazo por su aspecto y aroma para hacer zapatos de calidad y muy buen gusto? –La idea surge para la tesis universitaria de mi socia, Lori Carini. Estudió en Mar del Plata diseño industrial con orientación en indumentaria. Al finalizar la carrera debía presentar una tesis innovadora. Había visto unos años atrás un mate forrado en mondongo y la idea le quedó grabada. Al cabo de un año de investigación el concepto de la tesis fue transformar algo desagradable en objeto de deseo y el desarrollo del curtido artesanal y sustentable del mondongo para confeccionar zapatos y carteras de diseño. –¿Cómo se reparten el trabajo, es decir, quién diseña y quién produce? ¿Es una industria o es una pyme? –La idea es de Lori, que luego de presentar la tesis decidió vender en verano del 2010 una pequeña colección en las playas de Pinamar junto a su hermana y una amiga. En el 2011 se repitió el proceso con un pequeño aumento de la producción y los zapatos que le sobraron los llevó, en agosto, a Barcelona para probar suerte también allá. Luego de vender los zapatos se fue a pasear por Italia, en su viaje de regreso a la ciudad catalana, en barco, conoció a una francesa que iba a encontrarse conmigo, ya que veníamos viajando juntos por distintos lugares de Europa. Yo soy estudiante de Comunicación en la UBA y en ese momento vivía en Bruselas, Bélgica, pero estaba recorriendo diferentes ciudades y trabajando en los semáforos haciendo malabares. Lori casi sin conocernos nos hospedó a mi, a la francesa y a un yanqui. Enseguida nos hicimos muy amigos y me comentó lo que hacía. Me propuso trabajar con ella el próximo verano a las playas de Pinamar. Enero del 2012 nos encontró trabajando juntos, yo descubrí el fetiche que las mujeres tienen por los zapatos y no podía creer cómo gustaban los productos. Le propuse de asociarnos y empezar a hacer temporada de invierno también para llegar a todas las zapaterías del país. En marzo nos instalamos juntos en Buenos aires, en San Telmo, el departamento funciona como showroom de venta, depósito, oficina y casa. Visceral es una pyme formada por nosotros dos: nos ocupamos de la venta, el posicionamiento de la marca y del curtido artesanal y sustentable del mondongo. La fabricación de los zapatos se terceriza, todo diseñado por nosotros. –¿Es un producto que dé para industrializarlo y masificarlo como el cuero? –Nuestra idea es masificarlo sin perder el concepto sustentable de la marca. El curtido del cuero es muy tóxico para los ríos. Nuestra idea es seguir creciendo con la producción como lo hicimos este último año y medio pero seguir curtiendo de manera artesanal y ecológica. –¿Cuánta gente trabaja con ustedes? –Somos dos. Tenemos gente que nos ayuda para el curtido y la tercerización de la producción del calzado. –¿Qué perspectivas tiene este tipo de iniciativa? –Nuestra perspectiva es seguir imponiendo la marca Visceral, difundiendo nuestra filosofía sustentable, apoyando las iniciativas que generen un cambio en la economía para crear un sistema mas solidario e igualitario, donde empresas, estado, pymes, emprendedores y trabajadores no tengan brechas materiales tan grandes. –¿Sólo producen para el país? –Por ahora sí. –Los costos, comparados con calzado de cuero, ¿son mayores, o menores? Algunos ejemplos. –Los costos son mayores porque no puede industrializarse. Una bota de cuero puede encontrarse desde los $ 400. Una bota de mondongo cuesta de $ 700 para arriba. –¿Cuál es la reacción de la gente cuando ve el producto? –La reacción es muy graciosa siempre. Si ven el zapato primero se acercan a tocarlo porque les gusta el modelo, lo agarran, lo miran, hasta que se dan cuenta de que no es algo normal, ahí es cuando preguntan de qué material es. Y al escuchar la respuesta las caras son para filmar una publicidad. Cuando sucede al revés, o sea que escuchan que son zapatos de mondongo antes de verlos, la gente imagina algo feo o exótico, pero cuando los ven quedan sorprendidos ya que se les contradice todo tipo de prejuicio. –Pregunta tonta, pero a tener en cuenta. El olor del mondongo, ¿se le quita totalmente? ¿Qué durabilidad o resistencia tiene, los colores son resistentes? –El fin en sí del curtido es matar todo tipo de células que contenga el material que se curta. El olor que queda es parecido al del cuero, es olor a curtiente. Con el tiempo el mondongo curtido se va sobando, se va ablandando cada vez mas, bien cuidado puede durar muchos años. Este verano en Pinamar nos encontramos con varias clientas que compraron en el 2010 y estaban chochas porque las seguían usando. –¿Cómo es el proceso de armado del calzado?. –El mondongo se compra crudo, verde, en el frigorífico, lo curtimos con taninos vegetales utilizando un mínimo de agua que se reutiliza en diferentes barriles, donde luego se generan barros llenos de proteínas que sirven como abono. Es un proceso de 40 días en el cual también se tiñen los estómagos con anilinas. Luego se secan al sol estaqueados. El armado de los zapatos también es artesanal y varía según los modelos, pero el proceso no varía tanto a la confección de un calzado normal. –De un mondongo entero, ¿cuánto calzado se puede hacer? –Para hacer un par de botas es necesario tener al menos cuatro mondongos. Los modelos de verano suelen ser más sencillos, con dos mondongos se puede armar un par. Más información sobre los productos y la marca: www.visceralargentina.com.ar Facebook: Visceral argentina o Visceral4 Twitter: @visceral4


Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios