El clima en la Norpatagonia: más tormentas, temperatura e inestabilidad

Las circulaciones de los dos hemisferios funcionan como un todo, pero que en uno pase algo, no determina por si solo lo que ocurra en el otro. Los efectos de El Niño se sentirán en 2024.


El verano del hemisferio norte está confirmando las estimaciones. Las temperaturas se han ido muy por las nubes, al punto que con ese impulso julio se ha convertido en el más caluroso desde que hay registros. Y si que algunos eventos del hemisferio sur también han contribuido. Como el caso de la ola de calor en pleno invierno que llevó las temperaturas al borde de los 39 ºC en el norte de Argentina y Paraguay, quebrando varios récords históricos.

A ello se le suma una inusual ola de calor marino que ha temperaturas superficiales del mar de 30 ºC en el Mediterráneo y más de 32 ºC en las adyacencias de la península de Florida. Cuando ocurren estas cosas lo primero que se dice es que eso “ahora se nos viene para acá”. Cosa rara porque en el verano nuestro, nadie dice “esto ahora se va para allá”, por el norte. Pero lo cierto es que esa afirmación no tiene sentido meteorológico ya que las circulaciones de los dos hemisferios funcionan como un todo, pero que en uno pase algo, no determina por si solo lo que ocurra en el otro.

Si es cierto que hay algunos eventos de alcance planetario como El Niño, pero eso es harina de otro costal. Justamente es El Niño que está desarrollándose y alcanzaría su pico sobre fines de año, por lo que lo ocurrido ahora todavía no se explica con esta situación. El Niño impactará especialmente en lo que ocurra durante 2024.

Dicho esto, es importante apuntar algo más. Los pronósticos de tiempo tienen un alcance relativo en el tiempo, y a más de 10 días ya van acumulando errores e incertidumbres que lo hacen menos fiable. Es por eso que si alguien nos dice cómo va a estar el tiempo un día específico dentro de 3 meses, como se diría en la calle, está guitarreando.

Ahora bien, lo que si se puede hacer es generar estimaciones. Ver cuál es el escenario más probable entre los posibles. Pero allí lo que se destaca es ver si las principales variables van a estar por debajo o encima de los promedios históricos, y que chance hay de que eso ocurra. Por eso no hablamos de pronóstico, y si hablamos de estimación cuando pensamos en los próximos meses.

De momento, la mayoría de los modelos de este tipo indican que los efectos de El Niño podrán sentirse más sobre Argentina y especialmente sobre el centro y norte del paìs y sobre Uruguay a medida que nos acerquemos a fines de año, con un incremento en precipitaciones especialmente de tipo convectivas.

Sobre el norte de la Patagonia, también es posible que a medida que aumente el calentamiento desde la primavera vaya en aumento la inestabilidad y haya mayores chances de desarrollos de tormentas y especialmente durante el verano. Por otro lado, los valores de temperatura parecen estar dentro de los promedios para el inicio de la primavera, con las irrupciones de aire frío típicas para esta época del año.

Con ello, serán posibles ente 2 y 4 irrupciones de aire frío invernal entre lo que queda de agosto y fines de octubre. Luego todo indica que las temperaturas estarán por encima de los promedios, en especial durante el verano.

* Meteorólogo y consultor. Director meteorológico de Tiempo Patagónico.


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