Desde Hong Kong, Inglaterra y París: un catrielense y dos neuquinos cuentan la «nueva» normalidad

Cuando todo comenzó, el catrielense Matías Supan desde Hong Kong, y los neuquinos Nicolás Almirón desde Inglaterra, y Andrés Gagliano desde París fueron nuestros ojos en la pandemia. Ahora que en aquellos lugares empezó el desconfinamientos, cuentan cómo se vive esta etapa en tres lugares muy disímiles.

Tres lugares, tres modos distintos de vivir la “nueva” normalidad. Desde Inglaterra, el neuquino Nicolás Almirón cuenta el desconcierto con el que viven las nuevas medidas que se pusieron en marcha esta semana.


En Hong Kong, el cuidado extremo se hizo costumbre, y desde París, un neuquino cuenta cómo es la app que advierte si hubo contacto con alguien enfermo.


Inglaterra: “Aún es todo muy confuso”



“Aún no hay una vuelta completa a la normalidad, pero desde el 1° de junio hay mas libertades”, explica el neuquino Nicolás Almirón, que vive ahora en Bristol, Inglaterra, el segundo país del mundo con más muertos por coronavirus pese a que el virus de signos de remisión. Solo Estados Unidos, con una población cinco veces mayor, tiene más fallecidos por covid-19: el Reino Unido sumaba ayer 48 mil muertes confirmadas.

Nicolás Almirón tiene 29 años, es ingeniero de software y se fue a Europa en 2017. Trabajó en Dinamarca, en España, y en Suecia. Desde hace 4 meses, está en Bristol, Inglaterra. Allí vivió la pandemia. Y allí vive ahora la flexbilización que, en este caso, no es completa.

Aunque estaba prohibido, el fin de semana, las playas se llenaron de gente.


“Acá se actuó tarde, perdimos como cuarenta días. Todavía no llegó la desescalada, sobre todo por el panorama político. De entrada, todo fue errático; primero no se quiso implementar la cuarentena y por consiguiente desde ese momento hasta ahora han dado muchos pasos en falsos. Y saber que el cerebro del Brexit, Dominc Cummings, viajó 400 kilómetros en abril pese al confinamiento obligatorio, hizo que mucha gente esté un poco retiscente a cumplir con lo que dice el gobierno”, explica Nicolás, que ayer salió a hacer compras en su ciudad y fue testigo de las dudas que aún existen sobre cómo hay que comportarse en la calle.

“La gente -explica – vuelve a la supuesta normalidad, pero hay mucho que no se sabe. Fui a comprar un café y surgen mil dudas en la calle: el propio empleado no sabe si puede tocar el vaso del café, la gente no sabe si la distancia hay que seguir respetándola; si se puede pagar con efectivo, si se puede usar el transporte público. Hay un montón de cosas para dilucidar, que aun no están claras”, enumera.

De entrada, todo fue errático; no se quiso implementar la cuarentena y desde entonces han dado muchos pasos en falsos”.

Nicolás Almirón, ingeniero de software neuquino, que vive en Bristol.


Desde este lunes, volvieron las clases en Inglaterra. Pero no para todos. “Es un poco curioso lo que pasa ahora. El lunes volvieron al colegio, los chicos de 4 a 6 años y los que estarían para pasar a la secundaria. La verdad es que los que fueron a clases fueron mucho menos que lo que esperaba el gobierno. Fue el 40 % de los chicos nada más. Es que todo es muy confuso. Muchos padres fueron ayer a los colegios porque sólo se pueden armar grupos de 15 chicos. Pero en tu casa, por ejemplo, te podés juntar -con distancia de dos metros y en el jardín-con hasta 6 personas. Entonces, muchas cosas parecen muy contradictorias. ¿Por qué 15 chicos en un colegio y sólo 6 en tu casa?”, repite Nicolás las preguntas que se hace la gente ante el desconcierto por algunas de las medidas que se han tomado.

Como allí es primavera, la temperatura invita a salir. “Este es un tiempo inusualmente caluroso en Inglaterra. Estas temperaturas son raras acá. Quizás por eso, el fin de semana pasado, que aquí fue feriado, las playas estaban abarrotadas de gente, aunque no se puede. Lo que pasa es que la gente ya está cansada y no sabe muy bien qué hacer”, cuenta.

El fin de semana largo, las playas estuvieron abarrotadas, pese a la prohibición


Y agrega un dato llamativo, quizás también disparado por las temoeraturas que acompañan esta altura del año. “Desde hace tres semanas las reservas de los ingleses hacia destinos como Italia o España han aumentado un 500 % lo que da la pauta de que la gente quiere dar por terminada esta fase y disfrutar el verano, que por lo que pinta va a ser uno de los mejores de los últimos tiempos”, ejemplifica.

Sin embargo, cuenta que, aunque él trabaja desde su casa mucho antes de que comenzara la pandemia y habitualmente sólo va un par de veces a la semana, la idea de “la empresa es que sigamos así hasta, mínimo, mediados de septiembre”.


Hong Kong: lo que se volvió costumbre



Desde Hong Kong, Matías Supan fue un testigo muy anticipado de lo que ocurría alrededor del coronavirus. Este joven de 28 años, nacido en Catriel y tenista profesional, compartió con “Río Negro” sus experiencias cuando aquí recién empezaba el período de confinamiento. Hoy vuelve -como un cronista del futuro- a relatar cómo se vive allí el desconfinamiento.

“Hace un mes se pudo volver al trabajo en la mayoría de los casos. Lo que más tardó en volver fueron las clases en los colegios, porque ya estaban haciendo todo online. Pero, hace dos semanas , en algunas escuelas, hacen mitad de día online, mitad día en la escuela. Las actividades deportivas no volvieron, por lo tanto lo mío tampoco”, explica Matías, que da clases de tenis en un colegio al que asisten los hijos de los más importantes banqueros de la ciudad.

Él mismo no pudo volver a dar clases de tenis al colegio. Pero sí pudo en el club donde trabaja, con un estricto protocolo que implica clases no mayores de tres alumnos, alcohol en gel cada vez que se juntan las pelotitas, y distancia.

No hay nadie que no use barbijo, y el saludo es, siempre, desde lejos.


La ciudad también ya está en marcha. Pero la realidad que describe Matías en poco se parece a lo que ocurría antes en Hong Kong. La nueva normalidad “Los bares y restaurantes volvieron a abrir . A cada lugar que vas te piden que entres con mascarilla y todos tienen la pistolita que toma la temperatura . Los restaurantes tienen divisores entre mesa y mesa. No hay mesas mas grandes que para cuatro comensales. La ciudad funciona de nuevo, con todos los negocios que sobrevivieron… Cerraron muchos negocios, sobre todo los restaurantes de gente que alquilaba un lugar y tuvo que aguantarse tres meses pagando sueldos y alquiler. Por eso, yo creo que cuando todo estuvo bajo control, el gobierno largó las actividades, siempre pensando en no descuidar la salud, pero sin descuidar la parte económica. Nunca dejaron de cuidar a la gente, pero siempre pensaron en como volver”, explica.

“Hoy salís a la calle y no hay persona sin máscara. El saludo es desde lejos y nadie le da la mano a nadie. Todas las medidas de precaución se volvieron costumbre. La gente es muy educada, mantiene los controles”, relata la cotidianidad.

Pero además de esas costumbres, el coronavirus ha generado cambios en los protocolos para los viajes, por ejemplo. “Cuando llegás te hacen un test de Covid-19y te mandan a un lugar hasta que esté el resultado de ese test. Luego, aunque dé negativo, te ponen un brazalete y te tenés que ir dos semanas a tu casa o adonde te puedas quedar , para hacer los 14 días de cuarentena controlada por el gobierno. Se puede entrar desde algunos países, pero siguiendo ese protocolo del brazalete”, cuenta.

Lo que trajo tranquilidad, es que la gente volvió a mover la rueda de la economía. Eso dio tranquilidad en las casas”.

Matías Supan, 28 años, de Catriel. Vive en Hong Kong desde hace dos años.


China continental (sin contar Hong Kong y Macao), donde la epidemia estalló a finales de diciembre, tiene un total de 83.021 personas contagiadas, de las que 4.634 murieron y 78.314 sanaron totalmente. En las últimas 24 horas se han registrado 1 nuevo casos y 0 fallecimientos. En Hong Kong, hubo 1.094 casos confirmados desde enero y 4 muertes.

Matías, que sigue mucho lo que sigue en el país porque tiene su mamá y abuelo viviendo Catriel, está especialmente preocupado con el tema económico.

El asegura que en China, “lo que trajo tranquilidad, es que la gente volvió a mover la rueda de la economía. No es que les permitieron tener una vida completamente normal, pero pudieron salir a producir, eso dio tranquilidad en las casas y también hizo funcionar la vida cotidiana. Ojalá eso pase pronto en la Argentina”, se esperanza.

La extensión de la cuarentena
En ese punto, Matías es crítico con la extensión de la cuarentena sin el regreso a la actividad económica. “Hay que buscar un plan elaborado para poder trabajar. A mí me parece que estuvo muy bien al principio la cuarentena, pero ahora ya es momento de elaborar un plan para que puedan volver a trabajar”, se queja.

Matías Supan enseña tenis en un colegio privado.


Y agrega: “Yo soy de Catriel donde hubo casos sospechosos pero todos negativos y hoy conozco gente que está por cerrar sus negocios o que ya cerró. Yo no soy político, pero hoy en día es momento de que en esos pueblos que no hay contagios, se les busque la forma de que puedan empezar a trabajar otra vez. Catriel no tiene infectados, tiene solo dos entradas y hay muchas actividades que deberían volver a trabajar. Lo digo para que se pueda subsistir de una mejor manera.No todos viven de un sueldo que les paga el gobierno o una empresa y muchos ya están en la cuerda floja”, dice.

“Se puede volver a una “normalidad” y que la gente no sufra tanto. El virus sigue estando, pero está el tema de que la gente no puede trabajar. Y eso me preocupa mucho”, insiste.


París: “Todo va volviendo a la vida



El neuquino Andrés Gagliano, es ingeniero biomédico. Llegó a la capital francesa en enero a realizar una maestría. Actualmente trabaja en el hospital París Saint Joseph

De la ciudad fantasma de la que le habló a “Río Negro” el 17 de mayo ha pasado, parece, una eternidad que no se mide en días normales. Esta semana, la estricta cuarentena parisina ha comenzado a descongelarse. Han abierto sus clásicos cafés, con sus “terrazas” en las veredas, y también los parques y plazas.

Los clásicos cafés parisinos sólo pudieron abrir en la modalidad “terraza”(en la calle).


Francia cuenta 29 mil muertos desde que comenzó la pandemia. “Desde el fin de semana, que fue largo, se empezaron a abrir parques y jardines. Hay bastante afluencia de gente porque coincide con la primavera y la gente quiere salir”, cuenta.

“Los bares abrieron desde ayer, solo en la modalidad de terrazas. Esto es solo en París, en otros lugares de Francia ya abrieron definitivamente, y otros que se mantienen en color “naranja”, de acuerdo a tres criterios que tienen en cuenta que son: presión hospitalaria, cantidad de casos nuevos y la incidencia de la enfermedad”, explica.

Quizás porque trabaja en un hospital y está más familiarizado con este tema, Andrés hace foco en la cuestión sanitaria. “Está en clara baja y por eso están poniendo en marcha estas medidas de desconfinamiento. La verdad es que sorprende que no haya habido un segundo pico. Yo me había puesto un recordatorio en el teléfono, para el 2 de junio, cuando se cumplían exactamente tres semanas tras el principio de la flexibización, y se suponía que iba a haber un segundo pico . Pero no lo hubo. Ya pasaron tres semanas desde que se anunció el des confinamiento y no hubo un segundo pico”, recalca, esperanzado.

La aplicación, con el bluetooth del celular detecta si estás en contacto con personas que hayan declarado haberse contagiado”.

Andrés cuenta sobre la app que se descargaron 600mil franceses.


También a partir de esta semana, los franceses pueden desplazarse a más de cien kilómetros a la redonda. Esto quiere decir que ya pueden viajar por todo el país. Desde el martes se permiten los viajes por toda Francia y se prevé que desde el 15 de junio se abran las fronteras para ir a otros países. Eso igual está en estudio y seguramente será recíproco. Si Portugal admite franceses, Francia admitirá portugueses, y así. Todo va volviendo a la vida”.

Stop Covid
Lo que se convirtió el martes en noticia, y que fue un éxito en todo el país, fue la aplicación que lanzó el gobierno para monitorear contagios. Según los reportes, unos 600 mil franceses se descargaron en sus celulares la app Stop Covid.

¿En qué consiste? “Cada uno, de manera voluntaria, se descarga la aplicación y con el bluetooth del celular detecta entre la otra gente que tiene descargada la app, si estás en contacto con personas que en estos días haya declarado haberse contagiado. Si alguien declara que se contagió, la persona que estuvo cerca , aunque sea por 15 minutos a menos de un metro, recibe una notificación que le dice que estuvo en contacto con alguien que acaba de declarar que es covid positivo. Y te dice qué protocolo debés seguir a partir de ese momento”, cuenta Andrés.


Aunque no es obligatoria, el gobierno francés recomienda que los ciudadanos la utilicen. El uso de la aplicaciones voluntario, y los funcionarios aseguran que no se pueden revelar datos personales a otros usuarios.

Los expertos en salud dicen que al menos el 60% de la población necesita usar la tecnología para que sea efectiva. Sin embargo, varios países no han alcanzado ese objetivo, incluso en países asiáticos que estuvieron entre los primeros en desplegar aplicaciones de rastreo.


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