Detalles de cómo operaba la red narco en la zona

Héctor, el jefe del clan, eligió el silencio en el primer día.

NEUQUÉN (AC).- Ayer se inició un juicio sin precedentes en la región y por primera vez se conoció cómo operaba la red de narcotráfico que comandaban los hermanos Héctor y Ruth Montecino. Según la Fiscalía, en el clan familiar cada integrante desempeñó un rol específico y utilizaron contactos en Centenario para esconder, preparar y distribuir la droga.

En el salón de Amunc de esta capital se presentaron 23 procesados (número inédito para la zona) y 18 detenidos. En primera fila se alistaron las ‘mujeres’ de Héctor: su madre Yolanda Esparza Flores, su primera esposa Irma Betanzo, Leonor Castillo (contacto en Centenario), su actual pareja Carina Domínguez, Cecilia Soto, su hermana Ruth y Fiofania Ruskoff Anufriev, quien sería una de sus amantes. Atrás se acomodaron Romina y Jessica Montecino, hijas de Héctor, y el resto de las personas que habrían desempeñado alguna tarea dentro de la red narco.

Excepto Cecilia Soto, ninguno de ellos declaró, aunque sí debieron sentarse delante del Tribunal Oral Federal de Neuquén para ratificar sus datos filiatorios.

Héctor fue uno de los últimos en levantarse. Se lo vio tranquilo durante toda la audiencia, vestido con un jean, zapatos negros, una chomba azul y una campera de hilo. “Por ahora no voy a declarar”, dijo erguido ante el tribunal. Nunca lo hizo en esta causa y es su costumbre. Tampoco declaró en otras, incluso cuando fue absuelto. Sí ratificó que se dedica a la compraventa de autos usados y que sus ingresos varían y pueden llegar hasta los 50.000 pesos por mes. Ruth se mostró elegante, con botas, campera a tono y una coqueta remera azul. Pelo largo, casi rubio. Guardó silencio y cuando se retiró, el secretario del tribunal dio por concluida la primera audiencia.

De acuerdo a la imputación fiscal, los hermanos Héctor y Ruth lideraron la organización narco y le adjudicó una tarea específica a cada uno de los integrantes. Héctor hizo los contactos para distribuir droga en Centenario y empezó a frecuentar los domicilios de Miguel Ángel Nacimiento y de su pareja Edith Montecino, que residen en la calle Lamarque 2015. En esa ciudad también visitó a Cecilia Soto y a su concubino Fabián Nicolás Reyes, a Vanesa Montecino y a otro matrimonio, el de Hugo Villablanca y Leonor Castillo (los dos ya habían sido condenados a cuatro años de cárcel por comercialización de estupefacientes).

La investigación, que estuvo dirigida por los jueces federales Carolina Pandolfi y Gustavo Villanueva, y que se hizo con integrantes de la Brigada de Toxicomanía de la Policía de Neuquén, comenzó en marzo del 2011 y culminó el 23 de septiembre de ese año.

Los policías observaron la concurrencia de varias personas a la casa de Nacimiento y la periódica visita de Héctor, que se movía en automóviles diferentes.

Supuestamente, el jefe del clan les llevaba la droga y la gente de Centenario la distribuía a través de las rejas de sus domicilios. “¿Como andas Ceci? ¿Puedo pasar por tu casa?”, le escribió en un mensaje de texto Héctor a Cecilia Soto, el 17 de agosto. “Nico te lleva 4.100 pesos. Mandame 30 blancas. Mañana te llevo más plata. Recién ahora se empezó a mover esto”, contestó la mujer. Siempre según la Fiscalía, Héctor realizaba acuerdos telefónicos por mensajes de texto, pactaba la entrega, la forma de pago, la hora y el lugar de encuentro. Esa era su tarea.

En Cipolletti, Irma Betanzo y su hija menor Romina Montecino se encargaban de la distribución. La mayor, Jessica Montecino, recibía pagos y llamaba a los proveedores que eran ciudadanos paraguayos con domicilios en Capital y Gran Buenos Aires.

Olga Jorquera, que vivía en la calle Perú, realizaba el inventario y la preparación de la droga y recibía una contraprestación monetaria, y Yolanda Esparza Flores, la madre de Héctor y Ruth, guardaba el dinero de la actividad ilegal.

Jorge Marcelo Seguel y su hijo Diego Fernando Seguel están acusados de operar desde una chacra del paraje La Mayorina. Ellos mantenían contacto con Ruth Montecino y con el encargado del establecimiento, Segundo Belmar Castro.

La droga se guardaba en un galpón frutícola de la empresa Tres Ases, surgió ayer de la lectura de la requisitoria. El día de los allanamientos, en ese lugar encontraron 15 kilos de cocaína. Otros 172 kilos de marihuana estaban siendo transportados en una Fiat Fiorino que se interceptó en las calles Falucho y Manuel Estrada, a pocos metros de la casa de Héctor. Ese vehículo era conducido por Daniel Alberto Reyes, que también se sentó ayer junto al resto de los acusados.

En los domicilios de Centenario se encontró droga fraccionada en tizas (el primer allanamiento allí se hizo el 21 de septiembre).

Además, en la casa del matrimonio Villablanca-Castillo se secuestraron más de cinco kilos de cocaína ocultos en un bolso azul que estaba en una vivienda en construcción.

La etapa testimonial de este juicio se inicia el 15 y 16 de la semana próxima. Inicialmente se confeccionó una lista que tiene unas 70 personas citadas.

El fiscal es Marcelo Grosso y los defensores Pablo Matkovic, del Ministerio Público, y los abogados particulares Juan Luis Vincenty y Gustavo Olivera. El Tribunal está integrado por Ricardo Barreiro, Orlando Coscia y Eugenio Krom. Interviene un cuarto juez, que es Leonidas Moldes.

Oscar Livera

juicio a los montecino

Los 23 acusados ocuparon gran parte de la sala de la mutual universitaria.


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