Detuvieron al otro sospechoso de la matanza

Diego Gómez, uno de los "Porteños", estaba oculto en Bahía Blanca.

CIPOLLETTI(AC).- A pocas horas de la reconstrucción de la matanza ocurrida en el barrio de las 1.224 Viviendas de Cipolletti, detuvieron ayer en Bahía Blanca a Diego Gómez, el otro sospechoso de las muertes de Christian «Tatín» Millahual (22) y Néstor Toro (28).

Después de realizar cinco allanamientos simultáneos, lo encontraron a las 9 de ayer en la casa de una hermana. Al momento de la detención, no opuso resistencia.

La Brigada de Investigaciones de Cipolletti estuvo a cargo de la búsqueda del prófugo, al que se llegó a través de escuchas telefónicas. Anoche, el imputado llegó a Cipolletti. Fue llevado a la Brigada y luego a la comisaría 24, donde quedó detenido a disposición del Juzgado Penal 21.

Diego Gómez y Diego Armando Irusta o Diego Irusta Sueldo, oriundos de Bahía Blanca, son los presuntos homicidas de Toro y Millahual. La jueza María del Carmen García García lanzó la orden de captura de los sujetos, también conocidos como los «Porteños», el 7 de diciembre.

A pocos días de dicha orden, y en el marco de la reconstrucción de los crímenes, los «Porteños» fueron detenidos. Irusta en una «toma» de Neuquén, y Gómez en sus propios pagos, en la casa de su hermana.

Los crímenes ocurrieron en la madrugada del 4 de diciembre en una casa de comidas de las 1.200 Viviendas. Los investigadores creen que Millahual habría tenido una aparente discusión con los «Porteños» por un problema de marihuana y que lo habrían amenazado una semana antes.

El día en que ocurrió el hecho, Gómez e Irusta, que se encontraban en «Viena», habrían piropeado a la novia de Millahual, a lo que este último habría respondido con balazos en un ajuste de cuentas que terminó con su vida y la de Toro.

El jueves a la noche, y después de la detención de Irusta, la jueza García García llevó adelante la reconstrucción del doble crimen para ver en escena a catorce testigos que ya declararon en la causa.

El barrio estuvo paralizado por siete horas con el gran despliegue de uniformados que cortaron la calle Esquiú desde Manuel Estrada hasta J. Hernández. Del operativo participaron los secretarios del Juzgado 21, el fiscal Oscar Cid, personal de Criminalística, Tránsito municipal y 40 efectivos de la comisarí 24.

La reconstrucción se hizo con el objetivo de que cada testigo relatara lo que vio ese día para que se hiciera «una representación dinámica» del testimonio.

A fin de dejar asentado cada detalle se dispuso la filmación de las actuaciones realizadas. Además se tomaron fotografías y se hizo un croquis.

Según fuentes oficiales, con la reconstrucción pudieron constatar que algunos de los testigos se contradijeron con lo que declararon haber visto y con lo que actuaron en la escena reconstruida.

Las declaraciones comenzaron a las 21.45, con el juramento de los testigos en el destacamento 163.

El trabajo finalizó recién a las 4 de la madrugada, cuando los testigos firmaron sus testimonios en el Juzgado.

La idea de realizar el procedimiento en esos horarios fue la de recrear lo máximo posible el momento en que ocurrieron los homicidios, según se informó.


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