“Domestic noir” o cuando lo negro ocurre en casa
Vuelta de tuerca. A diferencia del policial clásico donde el crimen ya sucedió, en este subgénero todo está por pasar. Y lo que es peor, pasa en lugares “confortables”.
Por Elena Box – DPA
Que la novela negra está viviendo una época dorada salta a la vista, no hay más que echar un vistazo a la proliferación de sellos y festivales literarios que llevan asociada la etiqueta “black”. Ahora lo que triunfa entre los lectores -sobre todo entre las lectoras- es un nuevo subgénero: el “domestic noir”.
A diferencia de la novela negra o policial, donde el horror ya ha ocurrido y un detective va tirando de la madeja hasta descubrir quién, cómo y por qué, el “domestic noir” se acerca más al thriller psicológico. Aquí, el lector no conoce de antemano cuál será el crimen atroz sobre el que se irá construyendo la trama, y ésta, además, girará en torno de personas completamente normales. Sólo que ahora se añade un matiz más: el suspense aflora precisamente allí donde el protagonista debería sentirse más seguro.
“Dicho en pocas palabras, el ‘domestic noir’ sucede principalmente en hogares y lugares de trabajo, se ocupa mayormente (pero no exclusivamente) de la experiencia femenina, se construye a partir de relaciones personales y se basa en una visión ampliamente feminista de que la esfera doméstica es una desafiante y a veces peligrosa promesa para sus habitantes”. Así lo describía en su blog la novelista británica Julia Crouch (“Cuckoo”) cuando acuñó el término allá en 2013.
Según reconoció a DPA Fiona Barton, la última en subirse al tren con su best seller “La viuda”, lo cierto es que el término “tiene estilo”. Pero lo que subyace tras él es básicamente una pregunta: qué sabemos realmente de la persona a la que tenemos al lado. “Llevo casada más de 30 años, mucho tiempo, y creo que conozco a mi marido muy bien”, afirmó. “Pero todos tenemos secretos, creo que es humano guardarnos algo”.
Todo apunta a que, como sucedió en 2015 con “La chica del tren”, de su compatriota Paula Hawkins, “La viuda” acabe coronada entre las novelas del año. No es casualidad que ambos sean dos claros ejemplos de “domestic noir”.
Según coinciden los expertos, la que marcó un antes y un después fue “Perdida”, de la estadounidense Gillian Flynn. De nuevo, un matrimonio tóxico es el eje sobre el que se vertebra este bestseller que David Fincher llevó a la gran pantalla con Ben Affleck y Rosamund Pike.
En el “domestic noir”, hay un elemento clave para mantener el suspense: que el narrador no es de fiar. Hay quienes vinculan el éxito de este subgénero a los lectores, sobre todo lectoras, de la generación de Facebook e Instagram. Las redes sociales tienen un componente narcisista que impulsa a mostrar una versión feliz de nosotros mismos, haciendo que ocultemos lo feo bajo la alfombra y, a la vez, permiten hurgar impunemente en la vida de otros. “La idea de qué es lo que pasa detrás de la puerta de casa de los demás resulta irresistible”, afirma Barton.
El problema, según la escritora y reportera británica, es que la mentira es una “carga difícil de llevar”, pero a veces reconocer la verdad es aún más terrible. Ante la sospecha de que la persona con la que compartimos la vida pueda ser en realidad un monstruo, admitirlo significa “que todo nuestro mundo desaparecerá”. Entonces, ¿es mejor mentirse a uno mismo o perderlo todo? “Es una decisión difícil, pero la verdad acaba colándose por debajo de la puerta”.
“La chica del tren” (Paula Hawkins, Planeta) debutó en el primer puesto de best sellers del “New York Times” y superó en ventas a “50 sombras de Grey”. Gira en torno de una mujer divorciada que imagina cómo será la vida de una pareja a la que observa todos los días tras la ventana del tren en el que viaja. Su adaptación al cine ya está en marcha, con Emily Blunt como protagonista.
En el “domestic noir”, hay un elemento clave para mantener el suspenso: que el narrador no es de fiar. La mentira es una carga difícil de llevar, pero a veces reconocer la verdad es más terrible.
Domestic noir local
“Elena sabe”, (2006), de Claudia Piñeiro, cuenta la historia de una anciana discapacitada que busca al asesino de su hija.
Datos
- En el “domestic noir”, hay un elemento clave para mantener el suspenso: que el narrador no es de fiar. La mentira es una carga difícil de llevar, pero a veces reconocer la verdad es más terrible.
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