Dos barilochenses asistieron a los heridos en el choque fatal de la ruta 40

Fueron los primeros en llegar al lugar del accidente en Siete Lagos. Encontraron al conductor de la camioneta del Epen quemado y totalmente en shock.

Circulaban por la ruta de Siete Lagos ayer por la tarde cuando detectaron fuego. Inmediatamente después vino una explosión desde un camión. Fueron los primeros en atender a los heridos antes de que llegaran los equipos de rescate.

Joel Guentemil y Ricardo Zúñiga, empleados de una rentadora de autos, habían partido de Bariloche rumbo a Villa La Angostura en busca de un vehículo que allí había dejado un turista. El corte en la ruta 237 a raíz de un derrumbe los obligó a dar la vuelta por Siete Lagos.

“Llegamos a Villa como a las 13.30, recibimos el auto y ya nos volvíamos. Mi compañero iba en un auto adelante y yo atrás. En una curva, veo que frena de repente y pone marcha atrás. Lo primero que pensé fue ‘¿qué le pasa a este loco?´”, relató Joel, de 44 años, todavía impresionado por el choque fatal en el que murió una turista chilena y dejó como saldo siete heridos.

«En ese momento, continuó, vi un camión volcado. Bajaba combustible con fuego. Era impresionante”.

Lo primero que atinaron a hacer los dos barilochenses fue dar aviso a los automovilistas que venían detrás, unos seis autos que de inmediato, pegaron la vuelta.

“Nosotros también. Hicimos un kilómetro y medio para atrás pero volvimos a ayudar. De repente, vimos a dos muchachos que habían salido de la camioneta del Epen. Nos decían que había un compañero que estaba atorado y querían saber si estaba vivo”, detalló Joel.

En un momento, Ricardo vio al chofer del camión sentado a un costado. Había podido salir. Pero había mucho humo y constantes explosiones.

“Empezamos a gritar y sentimos que alguien contestaba. Entonces, nos metimos por la ladera de la montaña cuesta arriba. Había 1.80 metro de nieve. Cuando llegamos arriba, nos separamos”, puntualizaron.

Joel se encaminó para el frente de la explosión hasta que en un momento, divisó a Cacho, el conductor de la camioneta del Epen. “Estaba totalmente desnudo y quemado. En eso, llegó una guardaparque y bajamos a buscarlo para asistirlo. Nos decía todo el tiempo que quería vivir, que tenía tres hijos. ‘Por favor, saquénme´, nos repetía. Tenía el cinturón quemado pegado al cuerpo y pedazos de pantalón en las piernas. Lo pudimos sacar”, señaló.

Contó que intentaban darle contención y “hablarle para que no se durmiera”. “De pronto, apareció una doctora que brindó asistencia. También cayó una camioneta de Villa La Angostura que iba con medicamento al hospital. Le dieron suero y le pusieron cremas. Hasta ese momento, no había llegado nadie. Demoraron una hora y media. El accidente fue a 40 kilómetros de San Martín de los Andes”, dijo Joel.

Cuestionó que mucha gente miraba lo que ocurría sin prestar ayuda. “Mi compañero en la desesperación largó un insulto porque la gente solamente atinaba a mirarnos. Les pedimos mantas. Y ahí empezaron a ayudar otros muchachos”, indicó.

Joel y Ricardo debieron pasar la noche en Villa La Angostura. “El municipio pagó el hospedaje y fuimos a comprar ropa porque estábamos todos mojados. El hombre de una tienda nos regaló ropa y zapatillas por el gesto que tuvimos”, aseguró y, agregó: “Cuando volvíamos a Villa La Angostura se me venían las imágenes a la cabeza. Me puse a pensar porque también tengo un nene. Cuando llegamos a la estación de servicio, me derrumbé”.


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