Inflación y consumo: las grandes empresas de alimentos aseguran que cierran con pérdidas
Firmas de la industria alimentaria señalan que los precios de venta, que corrieron por debajo de la inflación, sumado a un consumo deprimido, limitaron sus márgenes de ganancia.
La inflación interanual y el estancamiento del poder adquisitivo de los argentinos han pasado factura a las principales empresas del sector alimenticio. Los recientes balances de gigantes como Mastellone, Molinos, Arcor y Ledesma revelaron resultados negativos o en baja. Remarcaron que la reactivación económica aún no se percibe en la mesa de los consumidores.
Según difundió el medio Ámbito Financiero, mientras que la mayoría de estas compañías logró aumentar el volumen de ventas en el mercado interno, sus ingresos no pudieron seguirle el ritmo a la suba de costos.
Los precios de venta, que corrieron por debajo de la inflación, sumado a un consumo deprimido, limitaron sus márgenes de ganancia. Aunque las exportaciones aportaron un respiro, no fueron suficientes para compensar la debilidad del mercado doméstico.
Inflación y baja del consumo: cómo cerraron sus números Mastellone y Molinos
Mastellone, la dueña de La Serenísima, reportó una pérdida neta de 869 millones de pesos en el primer semestre, revirtiendo la ganancia de 77.887 millones de pesos del año anterior.
La compañía admitió que su mercado avanza más lentamente por la falta de poder adquisitivo de la clase media y baja. Según indicó Ámbito Financiero, a pesar de haber incrementado sus ventas, sus márgenes de rentabilidad se vieron fuertemente comprimidos.
Por su parte, Molinos Río de la Plata registró una pérdida neta de 19.485 millones de pesos. En su balance, la empresa reconoció que el desfasaje entre los costos de venta, que aumentaron por encima de los precios, hizo que el resultado negativo fuera inevitable.
Aunque el volumen de sus exportaciones creció, la rentabilidad no fue la esperada.
Arcor y Ledesma: aseguran que el nivel de ventas es bajo
De acuerdo a la información difundida por Ámbito Argentino, el gigante Arcor vio caer sus ganancias netas un 77%, hasta los 58.583 millones de pesos. La caída se explica principalmente por la falta de capacidad de trasladar precios al consumidor al ritmo de la inflación y por un resultado financiero negativo.
A pesar de la facturación total de 2,14 billones de pesos, el volumen de ventas se contrajo, especialmente en el segmento de alimentos.
La agroindustrial jujeña Ledesma no fue la excepción. Cerró su ejercicio con una pérdida de 25.178 millones de pesos, frente a la ganancia que había obtenido el año anterior.
Si bien el consumo interno de azúcar cayó, la empresa se vio impulsada por sus exportaciones, que se triplicaron, y por la venta de productos como el papel y el alcohol. Aun así, reconocieron que los precios no acompañaron la evolución de los costos.
En conjunto, los balances de estas empresas demuestran que el consumo masivo sigue siendo el punto más débil de la industria. Mientras la lenta recuperación del poder de compra no se consolide, las compañías seguirán dependiendo de las exportaciones y de la reducción de gastos para mantenerse a flote en el actual contexto económico.
La inflación interanual y el estancamiento del poder adquisitivo de los argentinos han pasado factura a las principales empresas del sector alimenticio. Los recientes balances de gigantes como Mastellone, Molinos, Arcor y Ledesma revelaron resultados negativos o en baja. Remarcaron que la reactivación económica aún no se percibe en la mesa de los consumidores.
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