Itaí Hagman: “El salario básico universal no implica incrementar el déficit fiscal”

Entrevista con Itaí Hagman, Diputado Nacional

Una serie de iniciativas legislativas presentadas en las últimas semanas ponen el foco en la contención de la matriz de ingresos. Una de ellas es la del Salario Básico Universal, que pertenece al Diputado Nacional Itaí Hagman. En diálogo con PULSO, Hagman fundamentó su idea y brindó los pormenores del proyecto.

PREGUNTA: ¿En qué consiste el salario universal?
RESPUESTA:
Proponemos la creación de un Salario Básico Universal (SBU). Lo que se busca es transparentar y simplificar una parte de la política de ingresos en Argentina, y tratar de resolver el problema de aquella porción de la población que está excluida estructuralmente del mercado de trabajo formal, y que por lo tanto no tiene ingresos fijos asegurados. Esto abarca a trabajadores informales, a cuentapropistas pobres, y al universo de lo que se denomina la economía popular. También a una parte de la población que las estadísticas cuentan como “personas inactivas”, pero en realidad están dedicadas a tareas de cuidado. No hablamos de lo que necesita una familia o una persona para vivir, sino de un piso que al menos garantice la Canasta Básica Alimentaria, con la cuál en Argentina se mide el índice de indigencia.

P: ¿De dónde salen los fondos?
R:
Una parte importante del financiamiento de esta política, aproximadamente la mitad, surge de inversiones que el Estado ya realiza. Por eso se trata de simplificar la política social. Hoy existen muchos programas superpuestos e incluso contradictorios entre sí. La otra parte puede surgir de reorientar gasto. Nosotros estimamos que una parte del ahorro por los subsidios energéticos que dejarán de otorgarse ante la corrección de tarifas, puede ir a financiar este tipo de política. Nuestra propuesta no implica ampliación del déficit fiscal, ni financiamiento monetario.

P: ¿A cuántas personas beneficiaría y que costo fiscal tendría?
R:
Nuestra estimación es que podría llegar a 9 millones de personas y que el costo fiscal aproximado es de un 1% del Producto Bruto Interno (PBI). En caso de que las restricciones fiscales impidieran ese nivel de gasto de un día para el otro, se puede iniciar con un universo más pequeño, y establecer criterios para luego ampliar ese universo de beneficiarios.

P: ¿Es un plan social que reemplaza a los ya existentes?
R:
La verdad es que viene a ser un complemento de las políticas ya existentes. Hoy el sistema de seguridad social tiene una buena cobertura para los adultos mayores con el sistema previsional y para la niñez con la AUH. Evidentemente dentro de ese universo de beneficiarios hay quienes hoy cobran planes que pueden quedar subsumidos o absorbidos por el SBU. Se trata por lo tanto de un re ordenamiento de los planes ya existentes a través del sistema de seguridad social. Y eso garantiza también que la asistencia no dependa de la discrecionalidad de quien ocasionalmente gobierna, que es una de las cosas que habitualmente se critican. Se genera un mecanismo automático y transparente, que se convierte en un derecho y elimina el clientelismo.

La idea de que la jubilación es un privilegio es una idea propia del neoliberalismo, que se impregnó en el mundo y en la Argentina.

P: ¿Qué diferencia hay con el programa “Potenciar Trabajo”?
R:
El objetivo de Potenciar Trabajo es que en el caso de un trabajador de la economía popular o de una cooperativa, que tiene un empleo y un ingreso, el Estado participe complementado ese salario con un subsidio, por eso la figura se llama “Salario Social Complementario”. En ese caso se trata de una política de empleo, que tiene como condición necesaria una contraprestación laboral. En cambio, el SBU es una política de ingresos, que puede ser para un trabajador informal, para un desocupado, o para un ama de casa. Y por supuesto no pueden convivir ambas políticas. El beneficiario que cobra una, queda automáticamente fuera de la otra.

P: ¿No se convierte el SBU en un desincentivo automático para el ingreso al mercado de trabajo formal?
R:
Para que no se genere ese desincentivo, el SBU tiene que ser un piso de ingresos suficientemente bajo. Nosotros tomamos la Canasta Básica Alimentaria por individuo equivalente. Según el INDEC ese monto es hoy de $12.900. Es la suma que necesita para poder comer una sola persona, no la familia. Claramente esa suma no compite con un salario. Además, para evitar ese desincentivo en el proyecto proponemos que los monotributistas de la categoría A o los trabajadores formales de bajos ingresos, solo cobren medio SBU. Además los datos muestran que cuando se establece una política de ingresos de este tipo, eso empuja el resto de la estructura salarial hacia arriba, lo cual no solo beneficia al que no tiene ingresos, sino que termina alcanzando al empleado formal.

P: ¿Qué opina del proyecto para una nueva moratoria previsional?
R:
El debate es similar al del SBU. La pregunta es qué se hace con la gente que el mercado laboral deja estructuralmente afuera. Y una distinción muy importante es entre “trabajar” y “pertenecer al mercado laboral formal”. Si fueran sinónimos deberíamos creer que en Argentina solo trabajan 6 millones de personas, que son las que tienen empleo privado formal, y claramente no es así. El problema es que mucha gente trabaja por fuera del mercado formal ¿eso es culpa de los trabajadores? Más bien quien trabaja en negro es una víctima de esa situación. Un caso particular son las amas de casa, que trabajaron toda su vida. ¿Esa persona no trabajó por haber estado dedicada a su casa? La idea de que la jubilación es un privilegio es una idea propia del neoliberalismo, que se impregnó en el mundo y en la Argentina.

PERFIL

Itaí Hagman es Licenciado en Economía (UBA). Realizó un posgrado en Educación Popular en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.

En 2010, fue electo como Presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires.

Autor de los libros “La Argentina Kirchnerista en Tres Etapas” y “La izquierda y el nacionalismo popular ¿Un divorcio inevitable?”.

En 2019 fue electo Diputado Nacional por CABA.


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