Las gírgolas asoman diversificando la producción en Neuquén
Con asesoramiento del INTA, un emprendimiento de producción y comercialización de hongos comestibles auspicia nuevas opciones para diversificar la oferta en la región.
La producción de hongos comestibles conocidos como “gírgolas” (Pleurotus ostreatus) muestra un importante crecimiento en las últimas décadas debido a su gran aceptación por parte de los consumidores y a que se trata de una actividad con alta potencialidad productiva. Pero llevar adelante un emprendimiento comercial donde las gírgolas son las protagonistas, requiere de conocimientos específicos y de un asesoramiento sostenido.
Este acompañamiento, que el INTA brinda en la región a través de la Agencia Centenario, fue uno de los motivos que decidió a Mirta Chavarri a concretar su sueño: producir y comercializar hongos comestibles. Y pudo lograrlo luego de 20 años de marchas y contramarchas. Hoy esto se materializa en un emprendimiento con apoyo institucional de diferentes actores, bajo la denominación de “Patagonia Norte Hongos”, en el barrio Norte la localidad de Plaza Huincul.
Gírgolas: infraestructura y aporte nutricional
Con su inauguración, en los primeros días de abril, este proyecto de pequeña escala y gran potencialidad busca ofrecer alternativas al panorama productivo local. Se trabaja sobre tronco de álamo, como un cultivo estacional al aire libre, bajo condiciones climáticas modificadas, con reparo del viento y un sistema de riego para mantener la humedad. La experiencia de Mirta con el cultivo de hongos que comenzó en 2007 le permite hoy resignificar sus saberes para impulsar una nueva oportunidad comercial.
El espacio de trabajo está equipado con una estructura adaptada al clima de la región, que incluye paredes de polietileno negro y un sistema de riego invertido instalado en el techo. A través de microaspersores (microjet), se simula una lluvia fina que mantiene húmeda la corteza de los troncos, condición necesaria para el desarrollo del hongo. Actualmente, Mirta cuenta con un plantel que tiene entre 300 y 400 troncos en producción, con un rendimiento estimado del 15 % del peso en fresco por cada tronco.
Las gírgolas contienen un 3% de proteínas, un valor superior al de muchas verduras y frutas, y es una fuente destacada de minerales como fósforo y potasio.
Las gírgolas ofrecen importantes beneficios nutricionales. Este hongo comestible contiene un 3% de proteínas, un valor superior al de muchas verduras y frutas, y es una fuente destacada de minerales como fósforo y potasio. También aporta vitaminas del complejo B (B1, B2, B3 y B12), fibras y carbohidratos que contribuyen al fortalecimiento del sistema inmunológico. Por su bajo contenido en sodio, además, su consumo es recomendable para personas con hipertensión o afecciones cardíacas.
El rol del INTA y la ampliación de variedades de gírgolas
Uno de los actores clave en la puesta en marcha y consolidación del proyecto ha sido la Agencia de Extensión Rural del INTA Centenario. Desde allí, el ingeniero agrónomo Jorge Sánchez, con experiencia en cultivos sobre troncos de álamo, brinda asesoramiento al proyecto. El trabajo del INTA en la temática, que se desarrolla desde el Centro Regional Patagonia Norte comenzó en 2005, y los avances logrados optimizan este tipo de propuestas.
Los antecedentes abarcan experiencias que van desde Zapala hasta Villa Regina, en busca de estrategias para ampliar opciones productivas ante la retracción de la fruticultura.
Sánchez no duda en auspiciar posibilidades a futuro. Pero advierte: “La producción de hongos es dinámica, hay productores que se incorporan y otros que se retiran. Por eso es importante que haya acompañamiento técnico y haya capacitación”. El INTA no solo se ocupa de cuestiones productivas, sino también de promover su uso gastronómico y contribuir a la formación de consumidores, con el objetivo de fortalecer a toda la cadena.
“La producción de hongos es dinámica, hay productores que se incorporan y otros que se retiran. Por eso es importante que haya acompañamiento técnico y haya capacitación.”
Jorge Sánchez, Agencia de Extensión Rural del INTA Centenario.
Además de las gírgolas tradicionales se ensaya con otras variedades como las gírgolas doradas, adaptadas a climas más cálidos y con buenos resultados en cultivos de verano, o el hongo castaño (Pholiota adiposa), que también muestra buen comportamiento en experiencias recientes. Estos ensayos se realizan en articulación con el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico y otras agencias regionales.
El acompañamiento del INTA también fue determinante en los aspectos técnicos requeridos para la aprobación del financiamiento, y en capacitaciones brindadas en Plaza Huincul con terciarios y formaciones universitarias vinculadas a la gastronomía.
“Patagonia Norte Hongos” recibió financiamiento del Ente Intermunicipal (ENIM) y del Instituto de Desarrollo Productivo (Iadep) de Neuquén. Tiene respaldo de la Agencia de Producción de la Comarca Petrolera, el municipio de Plaza Huincul y el Centro PyME-ADENEU. Actualmente se avanza en la posibilidad de elaborar conservas para aprovechar los excedentes de hongos frescos y ampliar las opciones de comercialización.
Proyectos como el de Mirta reflejan cómo el trabajo conjunto entre productores, organismos públicos y privados, y técnicos especializados puede aportar alternativas concretas para el desarrollo local, con una mirada puesta en el aprovechamiento de recursos disponibles y el fortalecimiento de las pequeñas economías regionales.
La producción de hongos comestibles conocidos como “gírgolas” (Pleurotus ostreatus) muestra un importante crecimiento en las últimas décadas debido a su gran aceptación por parte de los consumidores y a que se trata de una actividad con alta potencialidad productiva. Pero llevar adelante un emprendimiento comercial donde las gírgolas son las protagonistas, requiere de conocimientos específicos y de un asesoramiento sostenido.
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