El impacto de la temporada invernal en el empleo en Bariloche

La intensa afluencia de turistas a esta ciudad aumenta la demanda de trabajadores "temporarios" en los dos rubros principales: gastronómicos y comercio. Desde los sindicatos implementaron fiscalizaciones con el Ministerio de Trabajo para que los empleadores cumplan la normativa.

La temporada alta de turismo multiplicó la facturación de las empresas del sector y también tiene efectos en el terreno laboral, con la demanda sostenida de trabajadores temporarios para cubrir la sobreexigencia de la ocupación plena y el interés de los gremios por evitar abusos y contrataciones irregulares.

Los dos rubros más ligados a la actividad turística son la gastronomía y el comercio, que en conjunto agrupan en esta ciudad a unos 15.000 trabajadores. En ese número están incluidos aquellos que son convocados como “temporarios”, tanto en la hotelería como en el cerro Catedral, así como en algunos establecimientos gastronómicos, que en estas semanas de julio suelen trabajar todos los días a salón lleno.

El secretario general del sindicato gastronómico (Uthgra), Nelson Rasini, dijo que están atentos -como cada invierno- porque “viene mucha gente a buscar trabajo por la temporada”, lo cual potencia el trabajo en negro.

Informó que desde el 28 de junio iniciaron una campaña de inspecciones con una metodología ya acordada con el Ministerio de Trabajo. Visitan a las empresas y donde detectan irregularidades otorgan un plazo para que el empleador se ajuste a la normativa.

Explicó que la falta más común es que tengan menos trabajadores que los requeridos por convenio. Por ejemplo en hotelería de tres estrellas una mucama no puede hacer más de 35 camas o cubrir hasta 12 habitaciones. La cantidad baja a medida que se incrementa la categoría.


El impacto del turismo extranjero en Bariloche


Rasini dijo que el turismo internacional, de volumen creciente, “exige mejor servicio y así le cobran también, tarifas en dólares”, por eso el gremio tiene puesta la mira en que las empresas amplíen sus planteles donde haga falta.

Según el dirigente gastronómico, trabajan en esa actividad en Bariloche “entre 7.000 y 8.000 personas”, de los cuales un 90% están registrados como empleados “efectivos permanentes con tarea discontinua” y son residentes en Bariloche.

Aseguró que con el buen momento que vive el turismo la tendencia es que aquel número, que se mantuvo estable durante años, tienda a aumentar y que “hay nuevos hoteles” que garantizan más fuentes de empleo, entre los que señaló el reciclado hotel Vuriloche, “que abre para turismo estudiantil, con unos 100 trabajadores”.

Otro de los reclamos de la Uthgra es que los empleadores no abusen del trabajador eventual (es decir el que citan por uno o varios días, cuando tienen un pico de demanda) y los incorporen como temporarios, que les garantiza otros derechos.


Cómo es la situación en el sector mercantil

Un panorama similar fue descrito por el secretario gremial de la Asociación de Empleados de Comercio, Alberto Arabarco, quien refirió que Bariloche -a pesar de los problemas habitacionales- recibe todavía muchos trabajadores interesados en “hacer la temporada”. Y una buena parte se concentran en el cerro Catedral.

Dijo que el personal de la empresa Capsa, que tiene a su cargo la concesión del centro invernal, está al margen de esa presión porque el gremio logró este año que por convenio esa firme emplee solo a trabajadores residentes. También Arabarco subrayó el acuerdo salarial alcanzado para que los 600 trabajadores del cerro cobren entre julio y septiembre sueldos que van de los 380.000 a los 500 mil pesos.

Esas sumas superan en un 30% a los haberes que cobran el resto de los trabajadores de comercio. Arabarco dijo que a pesar de si bien “la ciudad está a pleno” no deja de haber situaciones de desempleo. “Bariloche es gigante, debe tener a esta altura como 170 mil habitantes y siempre hay gente que busca trabajo y no consigue”, afirmó.

Según el dirigente, el gremio mercantil exige especialmente a los supermercados, “que trabajan a más no poder”, que empleen temporarios y no sobrecarguen a sus planteles con horas extra y eliminación de francos.

Dijo que hay mucha gente habituada a trabajar fuerte en invierno “y juntar lo máximo que pueda”, porque luego en la baja temporada trabajan en otros oficios, como jardinería o construcción, y se reducen sus ingresos.


Inspecciones en conjunto


En relación con los operativos de control, Rasini dijo que los realizan como cada año en compañía de los inspectores de Trabajo y se quejó de que el despliegue de ese Ministerio en Bariloche no tiene el volumen que debería. Aseguró que “el año pasado mandaron 20 inspectores laborales” para la temporada invernal y este año solamente son 10. “Son pocos -sostuvo-, pero si los van a dejar permanentes estaría bien, porque durante el año la delegación tiene solamente 1 inspector laboral y 1 de seguridad e higiene”.

Afirmó que el objetivo del gremio y el del organismo fiscalizador no siempre coinciden, porque para la Uthgra las inspecciones deben apuntar a la regularización y no les sirve que la empresa sea infraccionada y pague una multa, después de un largo trámite y los descargos que correspondan, pero “haga caso omiso” a las exigencias de blanqueo.

Tanto en gastronomía como en comercio -lo reconoció Arabarco-, una práctica habitual suele ser el blanqueo parcial, es decir los empleadores que exigen turnos interminables a trabajadores que tienen registrados solo con media jornada, para pagar aportes mínimos.

Comercio también participa de inspecciones permanentes en esta época del año, concentradas en el cerro Catedral, y una buena parte se inician “por denuncias”.

Entre otros cambios que se acentuaron en los últimos años, Rasini dijo que la hotelería y los restoranes “trabajan mucho más, sin temporadas bajas”, lo cual mejora su ecuación económica y permitiría que paguen mejores salarios. También señaló que en hotelería estudiantil y establecimientos de hasta tres estrellas ya no existe el servicio de mozo “personalizado” sino el “autoservicio” en desayunos, almuerzos y cenas, de modo que el personal requerido es bastante menor.

Igual hay que estar encima porque muchos incumplen el convenio y es común encontrar lugares donde solo tienen ayudantes y no hay un jefe de cocina o un jefe de cuadrilla”, afirmó.

Según Rasini, “los sueldos mejoraron” en el sector respecto de años anteriores y también representan un atractivo para los trabajadores que se vuelcan a la actividad. Precisó que una mucama de tres estrellas sin antigüedad ni horas extra cobra hoy de bolsillo 300 mil pesos y un mozo unos 320 mil pesos, sobre los que se aplicará un 30% a partir de este mes, según fue pactado en paritarias.

Históricamente, además, los gastronómicos de Bariloche perciben un plus de temporada del 25% que se cobra con los salarios de enero, febrero, julio y agosto.


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