Donde el arte vive
Cálido y descontracturado, el edificio de una fundación en Holanda vence la solemnidad y se instala como una casa de la cultura joven y atrayente.
El desafío era crear una casa para la cultura, un edificio que pudiera albergar a la organización cultural Pier K que se dedica a proveer actividades y el derecho de la educación artística en Haarlemmermeer, provincia de Holanda. El diseño de los arquitectos Ector Hoogstad y Joost Ector debía encontrar un equilibrio entre el deseo de obtener un edificio destacado y la necesidad de contar con un lugar cálido, acogedor y discreto. En otras palabras, no un templo cultural, sino más bien una casa de la cultura. El complejo de 2.750 mts2 se extiende en tres plantas. En la planta baja se ubicaron el café, en escenario principal y todas las funciones de servicio. Las aulas de música, danza y artes visuales están en el primer y segundo nivel. Cada espacio de este edificio tiene la gran ventaja de recibir luz natural gracias a la elevación acristalada de la entrada, las ventanas de cada habitación y al gran pozo central de espacio libre que se mantiene en los diferentes pisos. La elección de materiales coincide en esta búsqueda de lo sencillo. Se seleccionaron materiales naturales y cálidos combinados con paredes de colores vivos. Las fachadas se componen de muros cortina totalmente acristalados, paneles de madera de cedro rojo, y revestimiento depiedra pizarra. Las fachadas de pizarra han sido decoradas con ventanas de diferentes tamaños colocadas aparentemente al azar. Desde el interior de estas ventanas se ofrece una gama de interesantes puntos de vista de los alrededores. Durante las horas de la tarde, cuando el edificio se utiliza intensivamente, el edificio se convierte en un carbón encendido.
Fotografías: Kees Hummel, Jeroen Musch
El desafío era crear una casa para la cultura, un edificio que pudiera albergar a la organización cultural Pier K que se dedica a proveer actividades y el derecho de la educación artística en Haarlemmermeer, provincia de Holanda. El diseño de los arquitectos Ector Hoogstad y Joost Ector debía encontrar un equilibrio entre el deseo de obtener un edificio destacado y la necesidad de contar con un lugar cálido, acogedor y discreto. En otras palabras, no un templo cultural, sino más bien una casa de la cultura. El complejo de 2.750 mts2 se extiende en tres plantas. En la planta baja se ubicaron el café, en escenario principal y todas las funciones de servicio. Las aulas de música, danza y artes visuales están en el primer y segundo nivel. Cada espacio de este edificio tiene la gran ventaja de recibir luz natural gracias a la elevación acristalada de la entrada, las ventanas de cada habitación y al gran pozo central de espacio libre que se mantiene en los diferentes pisos. La elección de materiales coincide en esta búsqueda de lo sencillo. Se seleccionaron materiales naturales y cálidos combinados con paredes de colores vivos. Las fachadas se componen de muros cortina totalmente acristalados, paneles de madera de cedro rojo, y revestimiento depiedra pizarra. Las fachadas de pizarra han sido decoradas con ventanas de diferentes tamaños colocadas aparentemente al azar. Desde el interior de estas ventanas se ofrece una gama de interesantes puntos de vista de los alrededores. Durante las horas de la tarde, cuando el edificio se utiliza intensivamente, el edificio se convierte en un carbón encendido.
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