Días de playa

Madera, tejidos naturales y piedra de la zona para esta renovación de un albergue de cazadores de patos que se convirtió en un hotel que apuesta a un diseño autero pero que no olvida ningún detalle para el relax perfecto.

Fotografías: Estudio Javier Pérez-Gil Salcido Aprovechando la estructura existente de un antiguo albergue para cazadores de patos, el estudio Javier Pérez-Gil Salcido creó el complejo Club de Patos en Sisal, una población de pescadores a 46 kilómetros al norte de Mérida en México. La idea que marcó el diseño fue conservar el estilo informal y hasta austero del complejo aunque sumándole tecnología para el confort que hoy debe presentar un hotel. El acceso se acompaña por muros de piedra que aprovechan la luz natural agregando calidez. A la vez, la vegetación tropical completa el estilismo. En los cuartos, que eran oscuros y pequeños se crearon terrazas a la vez que se aumentaron sus superficies hasta duplicar su tamaño. Principalmente, los materiales utilizados en las paredes fueron piedra local y “Chukum” (un aplanado que se usa comúnmente en la zona y que incluye la corteza de un árbol). Para los pisos se diseñó un nuevo mosaico en tonos rojos con un estilo retro. En el exterior los muros tienen “K’áankab”, un sistema de aplanado que incluye tierra roja local. Este sistema no se pinta y su efecto total se logra cuando se moja, que es cuando el rojo de la tierra se vuelve más evidente. En el exterior el piso se logró con grava, madera y piezas de concreto coladas. Las aberturas fueron diseñadas de madera lo que aumenta la calidez. Las persianas no tienen vidrio aunque sí mosquitero para evitar el ingreso de insectos. Clima de descanso Los interiores de este hotel están diseñados para el relax. En los cuartos se dispuso una decoración despojada dominada por tonos tierra y madera. Se diseñaron muebles de madera de cencerro y tejidos de fibras naturales que se suman a los muebles reciclados de líneas muy simples. Para completar la decoración se agregaron elementos naturales encontrados en la playa cercana como maderas, conchas y semillas. Se sumaron toques de color con tejidos y pisos. En los baños las paredes toman los tonos rojos de los pisos y lo complementan con blancos y maderas. Las habitaciones dan paso a la piscina de originales formas que domina el jardín. Aquí, el paisajismo acompaña con la conservación de la duna costera existente y una densificación de la vegetación original de la zona. Un espacio público que incluye salón de billar, bar, zona de juegos de mesa y lectura y sala de tv completa este complejo que con sus 1.600 m² se convierte en un paraíso para el descanso. Fuente: Plataforma Arquitectura


Fotografías: Estudio Javier Pérez-Gil Salcido Aprovechando la estructura existente de un antiguo albergue para cazadores de patos, el estudio Javier Pérez-Gil Salcido creó el complejo Club de Patos en Sisal, una población de pescadores a 46 kilómetros al norte de Mérida en México. La idea que marcó el diseño fue conservar el estilo informal y hasta austero del complejo aunque sumándole tecnología para el confort que hoy debe presentar un hotel. El acceso se acompaña por muros de piedra que aprovechan la luz natural agregando calidez. A la vez, la vegetación tropical completa el estilismo. En los cuartos, que eran oscuros y pequeños se crearon terrazas a la vez que se aumentaron sus superficies hasta duplicar su tamaño. Principalmente, los materiales utilizados en las paredes fueron piedra local y “Chukum” (un aplanado que se usa comúnmente en la zona y que incluye la corteza de un árbol). Para los pisos se diseñó un nuevo mosaico en tonos rojos con un estilo retro. En el exterior los muros tienen “K’áankab”, un sistema de aplanado que incluye tierra roja local. Este sistema no se pinta y su efecto total se logra cuando se moja, que es cuando el rojo de la tierra se vuelve más evidente. En el exterior el piso se logró con grava, madera y piezas de concreto coladas. Las aberturas fueron diseñadas de madera lo que aumenta la calidez. Las persianas no tienen vidrio aunque sí mosquitero para evitar el ingreso de insectos. Clima de descanso Los interiores de este hotel están diseñados para el relax. En los cuartos se dispuso una decoración despojada dominada por tonos tierra y madera. Se diseñaron muebles de madera de cencerro y tejidos de fibras naturales que se suman a los muebles reciclados de líneas muy simples. Para completar la decoración se agregaron elementos naturales encontrados en la playa cercana como maderas, conchas y semillas. Se sumaron toques de color con tejidos y pisos. En los baños las paredes toman los tonos rojos de los pisos y lo complementan con blancos y maderas. Las habitaciones dan paso a la piscina de originales formas que domina el jardín. Aquí, el paisajismo acompaña con la conservación de la duna costera existente y una densificación de la vegetación original de la zona. Un espacio público que incluye salón de billar, bar, zona de juegos de mesa y lectura y sala de tv completa este complejo que con sus 1.600 m² se convierte en un paraíso para el descanso. Fuente: Plataforma Arquitectura

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Comentarios