El debate por la planificación llega al Centro y al Alto de Bariloche

La experiencia del año pasado en el Oeste se replicará a partir del 2021 en la franja que va desde el lago hasta La Pampa de Huenuleo y en torno del cerro Otto. Se harán entrevistas, encuestas, talleres, evaluaciones preliminares y hasta una audiencia pública.

Hacer a un lado lo urgente e inmediato y dedicarse alguna vez a las definiciones estratégicas que necesita la ciudad es una de las obligaciones menos atendidas por las autoridades del municipio. Un déficit que es particularmente visible en materia ambiental y urbanística.

A resolver esos asuntos pendientes está orientada la nueva convocatoria que realizó la municipalidad para rediseñar a nuevo las normativas que regulan la expansión urbana, las construcciones, el uso de la tierra y el cuidado de los recursos naturales en las llamadas área Centro y Sur, que abarcan los barrios asentados entre el cerro Otto y el lago Nahuel Huapi, el área céntrica hasta el río Ñireco y toda la Pampa de Huenuleo.

La idea es abrir un proceso participativo que incluirá entrevistas, encuestas, talleres, evaluaciones preliminares y una audiencia pública del que surgirá un nuevo proyecto integral para toda el área. Ese texto luego debe ser evaluado por el Concejo, como ya ocurrió con el plan urbanístico del Oeste, que fue aprobado en 2019.

Cumplido ese proceso, la siguiente última etapa estará enfocada en la zona este.

El secretario de Desarrollo Urbano y Ambiente, Pablo Bullaude, dijo que el propósito es actualizar los “códigos viejos” y evitar incongruencias y vacíos que conspiran contra la sustentabilidad urbana.

Señaló que los ejes de debate girarán en torno a la forma de lograr “más y mejor infraestructura, equipamiento, espacios verdes, servicios, transporte” y otros elementos que reclama la población “y necesita la ciudad”.

Reconoció que el factor económico es una de las claves, porque el Estado municipal no tiene margen para realizar grandes inversiones y debe recaer una y otra vez en las gestiones ante provincia y Nación para lograr tendidos de cloacas, asfalto, gas, puentes y otras obras largamente demandadas.

Según Bullaude, una de las definiciones pendientes es cómo generar ese dinero en la misma ciudad, con herramientas que ya están legisladas como la plusvalía o “renta diferencial urbana de la tierra” y las obras construidas mediante “contribución por mejoras”.

Otro ejemplo que puso fue la llamada “ecotasa”, que grava los pernoctes turísticos y deriva ese dinero a la realización de obras de mejoramiento en acceso y áreas recreativas.

Dijo que esas y otras ideas surgirán en el “ida y vuelta entre el Estado y el vecino”, que esperan potenciar con el proceso participativo.


Llamado abierto



De acuerdo a lo anunciado por el municipio, durante diciembre y enero está previsto cumplir con la primera etapa del proceso, que consta de unas 80 entrevistas a “actores referentes de la sociedad”. Integran ese grupo líderes de organizaciones de la sociedad civil, de juntas vecinales, gremios, entidades profesionales y prestadoras de servicios.

El municipio quiere actualizar los códigos de urbanismo. Foto. Chino Leiva

Desde febrero comenzará el trabajo en talleres “a través de grupos focales” agrupados por temas “estratégicos” e integrados por “vecinos y organizaciones del territorio”. La dinámica pensada prevé también la elaboración de documentos parciales y mapas interactivos.

El cronograma deberá desembocar a fin de año en una audiencia pública y la elaboración de un borrador de ordenanza para su tratamiento posterior en el Concejo. Bullaude dijo que este último paso tendrá lugar “a fin de año o principios de 2022”.

Aseguró que en el plan de trabajo se guiaron por la metodología ya aplicada en la zona oeste (delegación Lago Moreno), donde participaron activamente unas 150 personas, pero con algunos ajustes obligados por la pandemia
El plan urbano ambiental del centro y el sur debió ser lanzado ya a principios de 2020 pero Bullaude dijo que se tomaron estos meses para estudiar qué métodos eran los más aptos para asegurar la participación sin presencialidad.

Explicó que la propuesta por ahora reserva para los talleres un formato de videoconferencias y otras herramientas de participación digital. Los interesados en aportar ideas por escrito pueden hacerlo al correo agenda2030brc@gmail.com.


La cuestión ambiental



En la primera etapa del plan, durante el largo debate de las llamadas “aulas del oeste” tuvo un peso importante la preocupación ambiental y fueron varias las organizaciones que se enfocaron en asegurar la preservación del bosque, los arroyos y espejos de agua.

Bullaude dijo que en el centro y el sur también hay recursos ambientales que van a requerir un análisis detenido, entre los que mencionó el cerro Otto, la costa del lago, el arroyo Ñireco y algunas áreas que ya tienen estatus de protección como el Jardín Botánico, Quinta 51 y la reserva natural urbana Cerro Carbón, creada hace seis años.

“Hay que darle una definición a todas estas áreas, que tienen un potencial muy grande”, afirmó el secretario.

Dijo que uno de los grandes desafíos es evitar las urbanizaciones desordenadas allí donde todavía es posible y “no repetir errores como los loteos realizados años atrás en el mallín del kilómetro 12 y en áreas de difícil acceso en la península San Pedro”.

Bullaude refirió que su expectativa es que el proceso iniciado en este caso “salga mejor” que el del oeste y reconoció que “el desafío es grande, porque el centro y el sur abarcan realidades muy diversas”.


Primeros reparos



El presidente de la junta vecinal del barrio Malvinas, Sergio Herrero, coincidió en que la presión sobre la cuenca del Ñireco es uno de los temas de urgente abordaje. Dijo que existen ”usurpaciones de particulares con alambrados que llegan hasta el arroyo” y que la junta lo denunció ante la Justicia y el Departamento Provincial de Aguas ,sin resultados hasta ahora.

Herrero dijo que no tenía noticias hasta la consulta de este diario sobre el proceso participativo para el planeamiento urbano en su jurisdicción y se mostró desconfiado. “Yo participé un montón de años en el Consejo de Planeamiento Estratégico y fueron años tirados a la basura, porque a la larga el municipio termina por hacer lo que quiere, o lo que le conviene”, acusó.

Dijo que hubo sugerencias prácticas que ellos aportaron como la mejor ubicación para un destacamento policial o la planificación de obras indispensables como las cloacas, que no fueron escuchadas”.

Según Herrero, si son llamados van a decir lo que piensan. “Pero así, un poquito en caliente, creo que lo que hay que asegurar antes que nada es la preservación de los espacios comunes, la limpieza y la inclusión de los que hoy están excluidos -reseñó-. Eso es lo principal”.


Un caso espinoso


Entre las áreas de mayor fragilidad que deben ser reguladas en el planeamiento para el centro/sur está la ladera norte del cerro Otto, donde existen loteos añejos, cuya urbanización quedó frenada en forma provisoria por una ordenanza de 2015, debido al riesgo geológico identificado en ese faldeo.

Ese parcelamiento nació hace más de cincuenta años y Bullaude reconoció que fue un grave error, pero ahora hay allí propietarios privados que requieren una respuesta. Señaló que existen criterios de cuidado ambiental que deberían prevalecer. Y permitir construcciones en esa zona generaría desmonte, peligro de deslaves y afectaciones a la población ubicada ladera abajo.

Entre las opciones barajadas, dijo Bullaude, “la primera que surge es la expropiación, pero es inaccesible para el Estado”. Dijo que hay algunas zonas donde se pueden permitir obras “con menores parámetros” y en otras la prohibición debe ser absoluta.

Otra posibilidad, agregó luego, es “transferir el potencial constructivo a otro lugar”, mediante certificados que recibirían los propietarios y que podrían vender, para habilitar construcciones de mayor densidad en puntos de la ciudad donde no existan riesgos.

“Es algo complejo, hay que estudiarlo, pero Rosario lo hizo y funcionó -dijo Bullaude-. Y también hay experiencias en Colombia y en otros países”.
Esa evaluación es una de las tantas que deben efectuar los técnicos, los referentes sociales y los mismos vecinos que participen del proceso consultivo.


La participación, modos y críticas


El llamado que realizó el municipio para intervenir en la planificación urbana ya comenzó a generar expectativas en los sectores involucrados. El dirigente vecinal Roberto Pallacoy, del barrio Lera, dijo que le parece “acertada” la apertura del espacio participativo, pero pidió que sea “vinculante”.

En su opinión, el desgaste generado por otras audiencias públicas por el presupuesto o por el transporte, donde las opiniones “mayoritarias” no fueron escuchadas puede conspirar contra la nueva convocatoria.

Recordó que el Lera es uno de los barrios más antiguos de la ciudad y tiene varios problemas de arrastre como la falta de cloacas, la contaminación de la barda y del arroyo Ñireco, los asentamientos irregulares en zonas de pendiente y la falta de obras básicas como pluviales y cordón cuneta.

“Hay problemas estructurales y está bien abordarlos así, en una discusión abierta, pero lo que pedimos es que la participación sea vinculante, porque si no la participación queda solo en sugerencias y opiniones -explicó-. El municipio tiene que ver cómo se puede complementar lo formal con la voluntad efectiva de los vecinos. Igual siempre somos optimistas, si es para lograr una ciudad mejor”.


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