El dueño del locutorio está fuera de peligro y pudo declarar

Hugo Lillo aportó datos para la investigación policial. Según los testigos, el delincuente estaría herido en una pierna

NEUQUEN (AN)- La policía confía en detener, en las próximas horas, al sujeto que hirió de bala al dueño de un locutorio durante un asalto ocurrido el martes a la tarde en el barrio Belgrano.

En tanto, se supo que el ladrón y el comerciante, que está fuera de peligro, intercambiaron entre seis y siete disparos dentro del locutorio. Sólo por casualidad no resultaron heridas otras personas que se encontraban en ese momento en el lugar.

También trascendió que el asaltante se habría ido caminando con dificultad, por lo que no se descarta que haya recibido un balazo en una pierna.

Como informó ayer «Río Negro», el martes alrededor de las 17 un delincuente joven asaltó el locutorio «Mega» ubicado en Bahía Blanca y Libertad.

El sujeto portaba un revólver que sería calibre 32. El comerciante, Hugo Lillo, tenía un arma de similares características, resistió el asalto y se produjo un tiroteo entre ambos.

Como resultado del intercambio de balazos, Lillo recibió un impacto en la muñeca derecha y otro en el pecho, a la altura de la tetilla, que no le interesó ningún órgano. Las fuentes explicaron que el disparo fue efectuado desde muy corta distancia por lo que el proyectil no alcanzó a tomar suficientes velocidad ni potencia y quedó alojado entre las costillas.

La víctima no perdió la lucidez en ningún momento, e incluso tranquilizó a las otras personas que había en el interior de su local. «Ya está, ya terminó todo, se fue», les dijo cuando el ladrón escapó.

Lillo fue operado y está fuera de peligro, aunque no le extrajeron la bala. Ya declaró ante la policía y habría aportado una descripción del autor en base a la cual se están moviendo los investigadores.

«Somos muy optimistas porque tenemos pistas muy firmes», dijo ayer a «Río Negro» el jefe de la Departamental Segunda, comisario inspector Adrián Ambrosio.

De acuerdo con algunos testigos, el asaltante tendría unos 18 años y habría escapado caminando con dificultad, por lo que es posible que haya sido alcanzado por alguno de los disparos que le efectuó Lillo.

También se trabaja con la hipótesis de que un cómplice lo esperaba en algún vehículo que utilizaron para huir.

El violento episodio es muy parecido al asesinato del comerciante Roberto Santillán, quien atendía en un locutorio de Gran Neuquén. Fue asaltado el 27 de octubre por un joven que le disparó al pecho con una pistola 9 milímetros cuando Santillán le arrojó gas paralizante.


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