El ejercicio físico y el deporte como actividad esencial
Los médicos deberían ser los primeros en estimular la práctica del ejercicio físico y los entrenadores deportivos, de convencer sobre sus bondades.
Por Marcelo Antonio Angriman *
Antes de la devastadora irrupción del COVID 19, el sedentarismo y la obesidad eran dos enfermedades que acusaban guarismos de epidemia.
En Argentina, en la 4° edición de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, resultó mayor la prevalencia de actividad física baja en mujeres respecto de varones (46,6% y 41,5%, respectivamente).
A nivel mundial se estimó en 5 millones las muertes en el mundo por año como consecuencia de la inactividad física. Para combatir tanta pasividad, el catedrático y Director del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Navarra, Mikel Izquierdo, ilustra que se precisaría una hora diaria de actividad física moderada, para contrarrestar el incremento de riesgo de mortalidad que supone estar sentado por más de cuatro horas por jornada.
Pese a las evidencias el artículo del mencionado autor titulado :“El ejercicio físico y el deporte deberían ser actividades esenciales” publicado en “The Conversation” postula que tan sólo el 18% de los adultos de 65 a 74 años y el 15% de los mayores de 75 años cumplen las pautas mínimas de ejercicios cardiovasculares y de fuerza muscular establecidas por la OMS. Es decir, hacer más de 150 minutos de actividad física aeróbica moderada-vigorosa por semana y ejercicios de fortalecimiento muscular por lo menos 2 veces a la semana.
El referido informe afirma que permanecer inmovilizados periodos cortos como 5 días, incluso en personas jóvenes, reduce hasta un 4% la masa muscular, 9% la fuerza y hasta un 10% la capacidad cardiovascular.
Es que el ser humano ha sido creado para moverse. Desde nuestros más primitivos ancestros han sido el caminar, correr, saltar, cazar o trepar, los mecanismos imprescindibles para sobrevivir.
Sostiene Izquierdo que a pesar de los notables avances científicos, el único aliado confiable con el que contamos para combatir el sedentarismo, es el ejercicio físico. Un remedio barato, eficaz y al alcance de cualquier persona. Así mismo, agrega, que los médicos deberían ser los primeros en estimular la práctica del ejercicio físico y los profesores y entrenadores deportivos, de convencer sobre sus bondades y predicar con el ejemplo.
Es más, frente a la pandemia de COVID 19 que nos toca enfrentar, se deben seguir practicando ejercicios físicos , ya que ello ocasionará mejore chances de no contagiarse del virus o de encontrarse en mejores condiciones de superarlo en caso de contraerlo.
En 2020, la Organización Mundial de la Salud informó nuevos lineamientos sobre actividad física y comportamiento sedentario en las que sugería la práctica de actividad física de intensidad moderada o intensa tres o más días a la semana. Esto incluye la realización de ejercicios para la mejora de la resistencia cardiovascular (como, por ejemplo, caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta) sumados a otros de fuerza y de equilibrio.
Es por ello que cada vez se insiste con mayor vehemencia sobre la necesidad de declarar a la actividad física, como una actividad esencial con impacto en la salud pública. Más aún en la pandemia donde la quietud y el sedentarismo favorecerán la propagación de la enfermedad.
Uno de las primeras en dar un paso en esa dirección, ha sido la Provincia de Neuquén, quien por Resolución del Ministerio de Deportes Nro. 2021-13-E-NEU-MDEP del 28-1-21 declaró de interés deportivo a un documento que señala a la actividad física y deportiva como esenciales.
De los considerandos de dicho trabajo titulado “La actividad física y el deporte como actividades esenciales” elaborado por la Cámara de Gimnasios, Natatorios y Afines y el equipo interdisciplinario de dicho Ministerio aparecen datos alarmantes durante la pandemia, acerca de la pasividad y sus consecuencias, en relación a la salud de personas de todos los grupos etarios
Se encuestó a cinco mil treinta y un (5.031) habitantes de Neuquén y del alto valle, entre el 20 de marzo y el 21 de septiembre del 2020 sobre los cambios producidos en hábitos de vida básicos con relación a la actividad física, la alimentación, el sueño, la actividad laboral o escolar, las experiencias y las emociones.
Así mismo se arribó a la conclusión que, durante la cuarentena, existió disminución de la adherencia a la actividad física, aumentaron las horas frente a las pantallas y hubo un aumento de peso corporal.
Por su parte un estudio realizado con anterioridad por la cartera deportiva en la provincia neuquina, reveló que un 50% de los adolescentes no tuvieron capacidad aeróbica saludable.
Por tales motivos dicho trabajo propone promover, desarrollar e incentivar la actividad deportiva en todas sus formas, fortaleciendo el deporte comunitario y recreativo.
A nivel global durante el confinamiento, más del 50% de las/os participantes redujeron su tiempo de actividad física y más del 60% aumentaron su tiempo de sedentarismo (Wang, 2020).
Este autor, concluye su trabajo mencionando que tanto el gobierno como las comunidades deben recomendar una guía práctica para que niñas/os, jóvenes y adultos participen en la actividad física con una intensidad de moderada a vigorosa que pueda adoptarse fácilmente en el hogar.
La preexistencia de las enfermedades citadas, potenciadas por la quietud de tantas personas durante la cuarentena, requiere de gobiernos que adviertan en la actividad física y el deporte un aliado fundamental de la salud pública.
Solo de tal manera podrá empezar a cumplirse el añorado propósito de la OMS en su plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030: “Más personas activas para un mundo más sano».
*Abogado. Prof. Nac. Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com
Por Marcelo Antonio Angriman *
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