El Gobierno evalúa una mejora importante en la oferta por la deuda
El equipo económico contempla la posibilidad de bajar a un año el “período de gracia”, reducir la quita en los intereses por debajo de un 50% y subir hasta un 4% la tasa de interés.
Tras ingresar en un nuevo default, aunque definido casi en forma exótica como “light”, y con la urgencia de llegar a la fecha final del 2 de junio, en el Gobierno aseguran que el gabinete económico que comanda el ministro de Economía Martín Guzmán está delineando algunos cambios esenciales que permitirían cerrar con un grado de adhesión aceptable el plan de reestructuración de la deuda.
Fuentes del Ministerio de Economía comentaron a Río Negro que Guzmán y sus principales asesores en materia de deuda están elaborando modificaciones al esquema original propuesto por el Gobierno, tanto en materia de intereses, como de quita y período de gracia.
En principio, si bien se mantiene bajo un gran hermetismo, el gabinete económico estima que sería factible bajar el período de gracia a un año, en tanto que se podría concretar un menor recorte en la quita de intereses, para que la misma se sitúe por debajo del 50% y, a la vez, se incrementaría la tasa promedio, que en el proyecto oficial presentado en abril se ubica en 2,3%.
Particularmente sobre este último punto, en Economía aseguran que se podría subir algo más de un punto, con lo cual la tasa promedio se situaría entre el 3,7 y el 4,0 por ciento, una cifra que sería bien vista por los grupos de acreedores externos.
En la ecuación, de concretarse estos puntos de consenso, el Estado le aseguraría a los acreedores un valor por cada lámina de 100 dólares en el orden de los 42 o 43 dólares, aunque los fondos piden mínimo un 50 por ciento, aspecto que tampoco estaría tan lejano para poder cerrarse.
Sorpresa
En medio de la negociación, generó sorpresa una comunicación del Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, que está liderado por los fondos internacionales BlackRock, Ashmore y Fidelity, en la que celebró la extensión de las negociaciones con la Argentina por la deuda, pero reclamó una discusión “directa e inmediata entre las partes”.
En ese sentido, consideraron positivo que la Argentina “haya expresado una intención de trabajar con los acreedores, pero las acciones hablan más que las palabras. Durante el último mes, la Argentina no ha tenido prácticamente ninguna comunicación sustancial con sus acreedores”.
Paralelamente a las diferencias que se evidencian en el diálogo Gobierno-bonistas, en los últimos días circularon en forma insistente versiones acerca de un creciente malestar de algunos integrantes del Gobierno con el ministro Guzmán.
Le pasan factura por la exagerada demora en plantear la negociación de la deuda, como así también en la idea original de establecer un esquema de máxima sin haber negociado “nada”, para lo cual todo terminó en el fiasco del primer cierre del canje, el viernes 8 de mayo, con tan sólo una adhesión que no llegó al 18 por ciento de los acreedores.
Desde el lado de los principales grupos de acreedores se comenta que “Guzmán no los convence a la hora de cerrar una negociación” y se dice que uno de los preferidos de algunos grupos de inversión para dialogar sobre la resolución de la deuda es Sergio Massa, titular de la Cámara de Diputados.
*Por Fernando Nole
Tras ingresar en un nuevo default, aunque definido casi en forma exótica como “light”, y con la urgencia de llegar a la fecha final del 2 de junio, en el Gobierno aseguran que el gabinete económico que comanda el ministro de Economía Martín Guzmán está delineando algunos cambios esenciales que permitirían cerrar con un grado de adhesión aceptable el plan de reestructuración de la deuda.
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