El goleador
El "Bachi" viene de inflar redes en
Apenas cinco minutos necesitó para sentir confianza y comenzar a ser uno de los centros de la reunión. Eduardo Iachetti es desinhibido y parece que nunca se pone serio. Tiene 28 años pero su carácter es el de un adolescente. «Mirá el tatuaje que me hice en la espalda», le dice al «Ruso» Homann, mientras le señala un alacrán recién terminado. Detrás de esa máscara se esconde un goleador de raza que sigue sacudiendo redes por Sudamérica.
Junto a Pablo Parra fue el último jugador que salió de la cantera de Cipolletti. Luego de una confusa partida, cuando estaba pasando por su mejor momento, llevó sus goles Colón de Santa Fe. Después pasó por Juventud Antoniana de Salta, el Tiburones Rojos de Veracruz en México, Olimpo de Bahía Blanca con el que logró el ascenso, Olmedo de Ecuador, San Martín de Mendoza y finalmente el Blooming de Bolivia.
En la primera parte del año hizo un gran torneo en la B Nacional y llevó a los mendocinos hasta las puertas del ascenso a Primera. El equipo llegó hasta la promoción y perdió la chance de subir con Talleres de Córdoba. En su estadía en Mendoza anotó 17 goles, lo que hizo que el Blooming pusiera sus ojos en él. Allí jugó 13 partidos y convirtió 7 tantos más.
Su próximo destino será el Deportivo Cuenca de Ecuador, un club con más aspiraciones, que será dirigido por el «Profe» Daniel Córdoba.
«Mi llegada al Deportivo Cuenca tiene que ver con una mayor proyección futbolísitica porque el club apuesta todo a salir campeón. Es el único club en una ciudad de 500.000 habitantes que nunca ganó un campeonato y se está reforzando para lograr el título y, si se puede, intentar entrar a la Copa Libertadores», contó el delantero que ya firmó su contrato y sólo espera que pasen las fiestas para ponerse su nueva camiseta.
Momento para la sesión de fotos grupal. Iván Maida le pregunta: «¿Vos qué hacés?. «Yo nada, vengo a acompañar al 'Ruso'. Soy el jefe de la barra brava de Cipolletti, si tenés algún problema, avisame», bromea. Iván se lo cree hasta que lo ve vestirse de jugador y hacer jueguitos con la pelota.
Apenas cinco minutos necesitó para sentir confianza y comenzar a ser uno de los centros de la reunión. Eduardo Iachetti es desinhibido y parece que nunca se pone serio. Tiene 28 años pero su carácter es el de un adolescente. "Mirá el tatuaje que me hice en la espalda", le dice al "Ruso" Homann, mientras le señala un alacrán recién terminado. Detrás de esa máscara se esconde un goleador de raza que sigue sacudiendo redes por Sudamérica.
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