Bariloche destierra la idea de que «hay que soportar» el dolor crónico

El hospital Ramón Carrillo de Bariloche es el único en toda la provincia que dispone de una Unidad del Dolor. El dolor fue catalogado como enfermedad por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor y por su alta prevalencia, hoy, desplaza a la diabetes y a la enfermedad cardiovascular.

El dolor fue categorizado como enfermedad por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor y tiene tanta prevalencia que, hoy, está desplazando a la diabetes y a la enfermedad cardiovascular. «Es una de las principales enfermedades que genera discapacidad», planteó la médica clínica del hospital Ramón Carrillo, Andrea Conte, que cuenta con un postgrado en Evaluación y Tratamiento del Dolor.

El hospital público de Bariloche es el único en toda la provincia que cuenta con una Unidad del Dolor desde 2018, aunque el caudal de pacientes todavía es bajo porque la mayoría desconoce que el servicio está disponible.

«La gente se acostumbra a vivir con dolor lo que produce una alteración en su calidad de vida, alteraciones del sueño y hasta discapacidad. La gente no sabe que existen especialistas que tratan el dolor», acotó Conte.

El dolor, por lo general, está asociado al cáncer, pero existen también dolores agudos a causa de politraumas, un cólico renal, un infarto de miocardio, contracturas o dolor postoperatorio. El dolor lumbar, por ejemplo, es uno de los que producen mayor discapacidad y está más asociado a las mujeres que los hombres.

Conte que, tambien es docente del postgrado universitario del Hospital Italiano, aclaró que el dolor crónico «está dado por un mal manejo del dolor agudo». «El 10% de los dolores crónicos se dan por haber manejado mal un dolor postoperatorio y el paciente queda con dolor toda su vida. Está la idea de que tiene que doler y hay que aguantar. No es así: el dolor hay que tratarlo», manifestó.

La mayoría de los casos llegan en etapas avanzadas, con pacientes que llevan entre 6 a 8 años soportando el dolor. «Es dolor crónico cuando supera las 12 semanas. Algunos casos son derivados por los médicos. Pero los profesionales prefieren derivar al paciente primero en el intervencionismo y luego, en lo que es tratamiento del dolor. Por eso, es importante que la gente sepa que existen profesionales que tratamos el dolor», expresó Conte que tambien integra la Fundación GADA (Grupo de Alivio del Dolor de Argentina).

Aclaró que los tratamientos del dolor no necesariamente son farmacológicos. Implican cambios de estilos de vida, ergonomía, el uso correcto de una plantilla o un bastón, ejercicios e incluso, complementos de vitamina D -ya que generalmente, está disminuida en pacientes con dolor crónico.

«Es un tratamiento multimodelo. A nivel país, hay unidades de dolor porque tiene una prevalencia importante, pero como nuestros mismos compañeros no conocen o no saben cómo tratarlo, quedan pacientes a la deriva. La Declaración de Montreal consideró el tratamiento del dolor como un derecho», indicó.

La especialista recalcó que con la pandemia por Covid-19, el tratamiento del dolor quedó más relegado aún. A su vez, se detecta un aumento del dolor por el síndrome poscovid. «Hay un aumento del dolor neuropático que compromete el sistema sensorial. «Es de difícil manejo. Hay pacientes que quedaron con este dolor y no saben que deben tratarlo. No se aborda con un ibuprofeno o un diclofenac sino con medicaciones adyuvantes u opioides», especificó Conte.


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