El llanto de un niño desató la euforia y la emoción

AP

El llanto espontáneo del hijo del capataz Florencio Ávalos, el primer minero en ser rescatado de la Mina San José, resumió ante la televisión y el mundo el drama vivido desde el 5 de agosto en el desierto de Atacama, en Chile. Bairon, de siete años, comenzó a llorar emocionado cuando una baliza anunció que su padre estaba a segundos de emerger a la superficie, en la cápsula metálica que izaría a cada uno de los 33 mineros del yacimiento cuprífero San José. Ávalos, de 31 años, llegó a la superficie tras recibir los vítores de sus colegas a 622 metros de profundidad. Su ascenso marcó el fin de la odisea para socorristas, familiares y mineros.


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