El Parque Victoria y el recuerdo de un lugar mágico de la niñez

Cuando Susana Enríquez se enteró de los festejos por la recuperación del lugar donde creció no dudó en viajar desde Buenos Aires para volver a disfrutar de las huellas de su madre.

“Tengo el recuerdo de que todo era un gran yuyal con maleza típica de la barda. A la vera del río Neuquén los sauces y la jarilla”, recordó Susana Enríquez, hija de Victoria Borja la mujer que plantó hace más de 50 años el pinar que hoy se conoce como el Parque Victoria; en cercanías del Ballester, en honor a su madre.

Susana miró el bosquecillo y le llegó la imagen de “ mi mamá cargando palas, regaderas y rastrillos junto con los peones plantando pinos y después llevando cuanta planta se pudiera al parque”, recordó Susana Enríquez, hija de Victoria y Manuel Enríquez, al describir el nacimiento del bosque de pinos Washington en Vista Alegre norte.

Hoy se celebrará con actividades deportivas y artísticas, la posesión del bosquecillo en manos de la comunidad vistalegrina.

Para los festejos, los pobladores de Vista Alegre norte están en primera fila, como Demetrio Martínez, uno de los “guardianes del Parque”, como lo definió Susana. También los hijos de Manuel Sasso, el jardinero de Moño Azul que compartió con la mujer empresaria la pasión por el crecimiento del espacio verde y el cuidado del lugar para que fuese un paseo de todos.

Los festejos por la recuperación del Parque Victoria estaban previstos para el fin de semana de primavera y se pospusieron para este 6 de octubre, ya que las ráfagas de viento y lluvia pronosticadas en esos días hacían insegura cualquier actividad al aire libre.

El intendente Gabino Jofré adelantó que casi la mitad del pinar deberá ser cortado y replantado debido a que están añosos y es peligroso el desgarre de ramas viejas con el viento.

El parque Victoria está ubicado en el interior del ingreso a Vista Alegre norte, es zona de encuentro, atesorado por los lugareños como si fuera propio.

El terreno era de la empresa Moño Azul en los tiempos en que la frutícola le pertenecía a la familia Enríquez, y si bien fue concedido por 99 años a la municipalidad local, el traspaso de la firma hace algunos años a compradores foráneos, marcó dificultades para la continuidad del acuerdo sobre estas cuatro hectáreas.

El parque “Victoria” deberá recambiar el 50% de su sombra”, reconoció el jefe comunal. Después de los festejos por la compra del bosquecillo, se prevé un cerramiento, iluminación, la construcción de parrillas para los pic nic del fin de semana, canchas deportivas para los niños y adolescentes y sanitarios y camarines.

“Vivíamos en la casa de Vista Alegre y el parque era nuestro lugar de juegos cuando éramos chicos. Mamá cargaba la camioneta con palas, rastrillos e íbamos permanentemente al lugar. Don Sasso se ocupó permanentemente de regar y mantener todo. Cientos de chicos iban los veranos a acampar”, describió Susana.

La imagen del bosquecillo lleno de jóvenes se repite actualmente los días de la primavera, y los fines de semana, cuando se utiliza como salida familiar con la llegada de los días de buen tiempo.

El marco del dique Ballester, el paso en las cercanías del canal Gramondo (que irriga las chacras en esta zona) y la inmediatez del río Neuquén, transforma todo el complejo “en un lugar mágico”, sostuvo Susana.

“Todo era ideal: el canal y el dique del otro lado del río, donde está el reloj de sol y la escalera de caracol en la caseta de los guardadique”, destacó Susana rememorando aquellos años de su niñez.

Manuel Enríquez y su esposa Victoria Borja se establecieron en Vista Alegre en 1956, donde vivieron 44 años.

Unos 80 pinos Washington fueron implantados por Victoria y los peones.
Yamil Regules

Demetrio Martínez, guardadique y protector del Parque Victoria.
Yamil Regules

Un buen lugar para un museo de los primeros años de la fruticultura

Susana Enríquez aprovechó este viaje para celebrar con los pobladores la posesión del Parque Victoria y para buscar la posibilidad de proyectar en el lugar , un posible museo.

No sólo planteó la idea a las autoridades locales, sino que dijo que estaba dispuesta a la donación de recuerdos de familia que a su vez fueron parte de la historia de la fruticultura en esta zona del Alto Valle.

“Hay una maquinita (de trocha angosta de las que se utilizaron para acarrear material durante la construcción del dique Ballester) que mi mamá le pidió de regalo a mi papá”, recordó.

“Esa maquinita está en resguardo, similar a la que hay en Barda del Medio; con ella se sacaron fotos desde Ringo Bonavena (el boxeador) hasta los artistas nacionales, escritores de la región y del país, al igual que diplomáticos de Estados Unidos que pasaron alguna vez por la casa paterna”, describió Susana.

Detalló que cuenta con una colección de su padre de más de 2.000 afiches “que son únicos y marcan la historia de la fruticultura” en la región y el país, dijo.

“También llevaba flores y plantas al Parque. Don Marcelo Sasso tenía largas horas de charla cómplice con Demetrio”.
Susana Enríquez, en referencia a los hombres que trabajaron en el lugar.

“Mamá decía que el parque debía ser para la gente de Vista Alegre y para el disfrute de los visitantes que pasen por el lugar. La recuerdo a ella plantando los pinos”.

Datos

Manuel Enríquez y su esposa Victoria Borja se establecieron en Vista Alegre en 1956, donde vivieron 44 años.
“Mamá decía que el parque debía ser para la gente de Vista Alegre y para el disfrute de los visitantes que pasen por el lugar. La recuerdo a ella plantando los pinos”.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios